lunes, 29 de junio de 2020

singletrack fury: en compañía

En Aljapark me junto con Pedrito, y unidos pedaleamos hacia nuestros queridos y extensos pinares, que esta vez recorreríamos prácticamente rodeándolos, sin internarnos demasiado entre sus innumerables vericuetos. 
Cincuenta y cuatro, 54, km caerían por mi lado, apenas 40 por el suyo, diferencia derivada del tramo entre la capital y el punto de reunión. Ritmo tranquilo, buena temperatura con no demasiado calor conforme avanzó la mañana. Buenas sensaciones y diversión asegurada, como siempre que se circula por las sendas en las que cabe sólo una bici, con la alegría, además, de haber descubierto un nuevo y larguísimo singletrack de reciente construcción.
Aquí pueden ver a los dos felices rodadores:


Un servidor posando con las máquinas, leyendas vivas de otras épocas, velocípedos de btt perfectamente válidas hoy día, muy a pesar de los mandatos de los técnicos en mercadeo, y otros proselitistas de la obsolescencia programada, quiá!:


El corazón de las tinieblas

Mitad polaco, mitad británico, Joseph Conrad aprovechó sus viajes al continente negro, su experiencia vital, el conocimiento de las oscuras maquinaciones belgas en el Congo, para dar forma a este relato, esta novela corta, que se ha convertido prácticamente desde el inicio en un clásico en lengua inglesa. 

El corazón de las tinieblas eBook by Joseph Conrad - 9788832952339 ...

El argumento es simple, y quizá lo de menos. Lo importante, la enjundia, es tanto el fondo que subyace en la historia, como la forma de contarlo. 
El señor Marlow es contratado por una empresa belga dedicada a la explotación del marfil, para que remonte un río en busca del señor Kurtz, averigüe su paradero, se entreviste con él, y traiga de vuelta los colmillos que encuentre.
El retrato que se hace de la jungla impenetrable, los miedos, la enfermedad, el odio racial, la esclavitud, la barbarie, la degradación moral del ser humano... es lo que el autor consigue hacer llegar al lector como algo muy vívido, con una técnica desarrollada, consiguiendo trarladarle al lugar, al sentimiento. 

Posteriormente, esta historia fue el germen de la conocida película "Apocalipsis Now", variando su localización y personajes, pero en la que no obstante encontraremos numerosos paralelismos, sobre todo en el ambiente general y sus dos principales protagonistas, Willard y el homónimo Kurtz (interpretado por Brando, por si no lo recuerdan). 

Un clásico entre los clásicos, de cuya lectura, amena, entretenida, casi onírica, nunca se arrepentirán.

domingo, 21 de junio de 2020

Arroyo Gordo

Me pasé de rosca. 
Ya saben que me gusta mucho el enduro de Cartaya, que rodea la presa de Los Machos y se interna por los pinares de alrededor, y sigue el curso del Arroyo Gordo. Pues llevo tiempo dando vueltas a hacerlo saliendo desde casa montado en la bici. Sabía que iban a ser unos cuanto km, pero jamás pensé que tantos...
Pueden curiosear la distancia, mapa y otros datos de mayor o menor interés aquí.

Calculé mal, y salieron cuatro horas efectivas de pedaleo, nunca hice nada así, sobre todo sin estar previsto. Pero he aprendido muchas cosas. Cosas sobre mí. Es curioso cómo una simple experiencia de una tarde puede enseñarte tanto, y aunque mi limitador se asustó un poco cuando me vio llegar (por mi aspecto y cara) y me abroncó, yo estoy contento por el resultado, y puedo asegurar que ha merecido la pena. 




La Scalpel, como siempre, magnífica en su desempeño, incluso en la zona del enduro, que es un terreno para el que no está pensada... pero ¿la modalidad la hace el terreno, el ciclista, o la bici empleada? Eterno debate que se cae por su propio peso cuando uno mira atrás y recuerda que ese mismo recorrido lo ha hecho con tantas bicis y en tantas circunstancias diferentes que toda discusión filosófica sobre este y otros aspectos se desmontan por su propio peso dedicándose más a montar en bici y menos a debatir en foros con argumentos que no llevan a ningún lado.

carretera de montaña

Una ensalada de curvas, recorrido de ida y vuelta con la única parada para sacar un par de recuerdos positivados electrónicamente con el celular. 


Quizá el día que comienza este atípico verano del 2020 sea el último que pueda danzar matinalmente un sábado sin agobios de prisas por el calor. Pronto será imposible disfrutar de nuestras carreteras y paisajes hasta que allá a mediados de agosto comiencen a bajar un poco las temperaturas. 
Después de la última revisión a fondo de la Monster (reglaje de válvulas, cambio de retén de piñón de ataque, tensión de correas de distribución), quise seguir cogiendo confianza con las gomas Mitas Sport Force +, que se han revelado como un neumático con buenísimas dotes de agarre para las exigencias de esta moto en carretera. No puedo juzgar más, pues hay máquinas que la doblan fácilmente en caballaje, y que pueden ser usadas en otro ámbito (como el circuito), para el que seguramente no están pensadas. 


Cerca de Cañaveral de León encontré un mirador donde inmortalicé esta curiosa señal. No me quise alejar más del punto de origen, y me tuve que dar la vuelta allí mismo, pero queda pendiente descubrir esa carretera de montaña que tanto promete. 

jueves, 18 de junio de 2020

Pushing the limits

El aguerrido piloto australiano de motos, a pesar de su juventud, ya ha escrito una biografía que tiene interés no sólo por su trayectoria deportiva, sino también por las especiales circunstancias que rodearon su infancia y pubertad allá en las antípodas, su paso al viejo continente en busca de avanzar en su carrera, y el descubrimiento de los tejemanejes que conforman el Campeonato del Mundo de Motociclismo.
Controvertido casi desde que pisó el Continental Circus, de carácter tímido (quizá en exceso), reservado, obsesionado con los resultados, sus elevadas capacidades como piloto en todas las categorías en las que compitió, unido al choque cultural que supone proceder de un país tan lejano como desconocido (agravado por la forma de vida nómada y buscavidas de su familia), le granjeó no pocas antipatías o, como mínimo, su práctica condena al ostracismo por parte de la mayoría de sus colegas, la prensa e incluso los aficionados. 

Todo esto cambió cuando se coronó Campeón del Mundo por primera vez con Ducati. Entonces dejó de ser Rolling Stoner

Pushing the Limits: The Two-Time World Moto GP Champion de Casey ...

El libro sobre la vida de Casey Stoner está publicado en inglés, y de momento no se ha traducido al español, pero se lee fácil y rápidamente. Se lo regalé a mi hijo Manuel para que practicara un poco la lengua de Shakespeare, pero no veía el momento de leerlo yo mismo.

Su carrera fue fulgurante y acabó abruptamente por motivos que el autor trata de justificar o disfrazar, y que se ha vendido como un cúmulo de circunstancias que coincidieron en el tiempo: falta de atención por parte de Honda, hartazgo de decisiones políticas por parte de DORNA, el nacimiento de su hija, las secuelas de su enfermedad y lesiones antiguas... pero si uno lee atentamente su devenir desde los inicios, y se observa como se van desarrollando los acontecimientos, yo he llegado a la conclusión de que lo que mató a la gallina de los huevos de oro fue la falta de motivación.

Él mismo da pistas a lo largo del libro: su meta final era llegar a competir en el mismo equipo y con la misma moto que su ídolo de la infancia, el también australiano Mick Doohan, que ganó cinco campeonatos con contundencia aplastante. Casey no pudo demostrar su valía con una NSR 500, pero sí con otra Honda con decoración y patrocinio de Repsol. Pareciera que todo en su vida deportiva estaba enfocado a la consecución de tal logro, y cuando lo alcanzó, la estrella se apagó, ya no había nada que desmostrar a nadie, y mucho menos a sí mismo (deja claro que sabe bien de lo que es capaz).

Lamentablemente, la narración va dirigida a un espectro muy amplio de público, aunque mayormente sus lectores serán aficionados al motociclismo, y no quiere entrar demasiado en el apartado técnico, ni de las motos que usó, ni en sus trucos de pilotaje. Es sabido que su manejo espectacular es el resultado de un aprendizaje y una base sólida en el mundo del dirt track, algo absolutamente desconocido en Europa, y que ya importaron en su día los pilotos americanos de los años noventa. Casey llegó a Inglaterra con catorce años sin haber corrido nunca sobre asfalto, ni con una moto que tuviera freno delantero, y el uso que hacía del freno trasero fue su principal nota discordante en el apartado de la conducción que le diferenció de sus coetáneos. Eso le ayudó muchísimo en las categorías superiores, en los inicios de la aparición de la electrónica necesaria para controlar la potencia de las MotoGP, y nadie entendía cómo podía meter en curva aquellas Ducati tan largas entre ejes.

Aquí con su ídolo:
Casey Stoner recibió la visita de Mick Doohan - a photo on Flickriver

Casey Stoner, una estrella fugaz que lo dejó todo para irse a pescar tranquilamente. Quiero creer que ahora es feliz en su rancho rodeado de su sacrificada familia.

lunes, 15 de junio de 2020

El hombre estocástico

A mediados de los años 70, Robert Silverberg (de quien recientemente he estado hablando) nos dejó esta novela que resulta entretenida hasta cierto punto, pero que nos deja un amargo sabor de boca.

Pasión por la ciencia-ficción: El hombre estocástico (1975 ...

En ella, se nos presenta la historia de Lew Nichols, un exitoso estocástico. La estocástica estudia los sucesos en términos de probabilidad, es decir, si son posibles de acuerdo a un análisis estadístico además de una serie de variables aleatorias añadidas. Por ejemplo, la psicohistoria de Asimov es estocástica, los brokers usan métodos estocásticos para intentar predecir el comportamiento de la bolsa, y así otras tantas cosas.
Dirige sus servicios y esfuerzos a favor de Paul Quinn, un político que le contrata para que le ayude a prosperar en su carrera política hacia la presidencia de los EEUU, pasando por la alcaldía de Nueva York. Pero un buen día conoce Carvajal, un señor que tiene el don de ver el futuro, pero no como lo hace Lew, nuestro protagonista, sino que lo ve literalmente. Como consecuencia de este don, Carvajal se nos presenta como un hombre gris, triste, pasota, derrotado y hundido, pues a través de su experiencia ha comprobado que el determinismo es la norma, el futuro es inmutable, tanto como el pasado, todo está escrito y nada se puede cambiar, ni si quiera el día y hora de su muerte (que por supuesto conoce y ha visto muchas veces en sus visiones). 
No queda claro porqué se pone en contacto con Lew, le ayuda, y quiere enseñarle a usar ese don que, sostiene, todos tenemos pero muy pocos son capaces de aprovecharlo. 
La lectura se sucede amenamente entre sucesivas experiencias que confirma la habilidad de Carvajal una y otra vez, con penosas consecuencias para nuestro Lew, quien ve cómo su carrera se derrumba e incluso su maravilloso matrimonio se tambalea y de destruye.
Lew no hace sino poner en duda el aludido determinismo, pero no es capaz él mismo de intentar cambiar su futuro, ni de hacer una sola prueba para comprobar por sí mismo tal cosa, lo que para mí es el error más garrafal de la trama. Era necesaria una confirmación o una ruptura de la teoría de Carvajal, para dar un final adecuado, y no sé en qué estaría pensando Silverberg cuando lo escribió.

Esta novela tiene un estilo muy distinto a la de los anteriores libros que he ido reseñando aquí, más elaborado en los personajes y diálogos, más profundo en los sentimientos y creación de situaciones de los protagonistas, pero tiene la tremenda pega de no resolver el asunto ya aludido. 
Si lo llego a saber, no lo hubiera leído, aunque reconozco que he pasado buen rato haciéndolo.

lunes, 1 de junio de 2020

Singletrack fury: enduro de Cartaya

En un día planificado, con el track en la cabeza, tuve suerte que la mañana salió fresca además. 
El enduro de Cartaya para bici todo terreno se compone de diversos tramos con algunas variantes, y se puede hacer en un sentido u otro, pero no es igual, hay que conocerlo para disfrutarlo.
Empecé a rodarlo hace muchos años, y lo he hecho con varias bicicletas distintas, rígidas y de doble suspensión, en invierno y en verano, sólo y acompañado. Pero casi siempre solo.

En esta ocasión, saliendo desde la Venta Consolación donde dejé aparcado el coche, hay que hacer un ratito de vía verde hasta el Puente de la Tavirona que cruza sobre el río Piedras, donde me desvió a la derecha por un caminito que transcurre paralelo en sus inicios a dicho río. Pero pronto se separa y se pierde en vericuetos, sube-bajas, piedras por miles, algo de arenilla, y pinares infinitos. Pronto se llega a la Presa de los Machos, y ahí buscaremos el sendero que la va rodeando, un camino estrecho que tiene alguna que otra variante, mucho tramo técnico, bajadas con rocas sueltas, maleza que se estrecha, y repechos casi imposibles (alguno directamente inciclable en un sentido, y trialera de descenso en el otro, todo tiene sus pros y sus contras). En un momento dado hay que cruzar el canal de abastecimiento que se nutre de la referida presa,  y seguir más hacia el Norte hasta acabar este tramo unos kilómetros más adelante. Con suerte podremos ver aves rapaces, incluso ciervos.

De repente el terreno cambia, se vuelve más arenoso, y aprovechamos una pista ancha para escapar del influjo de las arenas que en época seca y calurosa, como ahora, resulta inviable para ir en bici sobre un terreno que, además, se suele encontrar removido y ablandado por el paso de las motos de enduro. 
Siguiendo brevemente esta pista hacia el Norte, que se convierte poco a poco en otro singletrack rápido y bonito entre pinos altos y mucha sombra, llegaremos a la carretera que lleva al embalse. En esta carretera tomaremos hacia el Este, a la derecha, buscando adentrarnos un poco más adelante en otra pista muy ancha que nos llevará a coger la segunda parte del enduro, que discurre por el denominado Arroyo Gordo. 
Este arroyo, cuyo cauce nunca es demasiado y en esta ocasión iba completamente seco, nos va presentando variantes paralelas a uno u otro margen, que facilitan mucho el flow y disminuyen la dificultad de transitar por un firme que es de todo menos firme: piedras, lascas, raíces, arena... todo ello normalmente removido por el paso de motos de campo. Es muy chulo, y más divertido y fluido si lo hacemos de Norte a Sur, que si lo intentamos al revés. Yo lo he hecho siempre de abajo hacia arriba, pues así fue como lo descubrí en su día, mucho antes del nacimiento de los foros y las redes sociales, y como uno es animal de costumbres, así se me quedó grabado en mi mapa mental de itinerarios.


Cuidado con las lajas si te caes ahí:


Allá abajo me espera cruzar un arroyuelo de los muchos que me encontraría:


No todo son piedras:


Imposible subir, es difícil plasmar la inclinación en foto bidimensional:


Otra perspectiva:


La bici escogida fue mi actual endurera, un viejo y pesado cuadro Da Bomb de solo 5 pulgadas de recorrido, acomopañado de la robusta horquilla RS Pike de 140 mm; frenos básicos, grupo acorde al low cost, todo piezas recicladas y sacadas del cajón de sastre para darle uso a este cuadro de geometría que hoy se consideraría como trasnochada e ineficiente... pues menos mal. Uno se adapta a lo que tiene, y si esta Cherry Bomb era buena bici en 2005, ¿por qué no iba a serlo ahora?