sábado, 29 de mayo de 2010

viernes, 28 de mayo de 2010

El sindiós

El señor Fdez Vara saliendo del flamante V6, pagado con el sudor de todos los extremeños

El coche oficial del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, fue "cazado" a 170 km/hora incumpliendo las normas de velocidad en la noche del pasado lunes a su regreso de Madrid donde había participado en el pleno del Senado.

Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico detectaron a un vehículo de alta gama que conducía a una excesiva velocidad en la Autovía N-V, entre las localidades extremeñas de Trujillo y Miajadas, en concreto a la altura de la localidad de Santa Cruz de la Sierra (Cáceres), cuando el coche fue interceptado por un vehículo camuflado de la Guardia Civil.

Los agentes mostraron su sorpresa al escuchar de boca del conductor, tras ordenar la detención del automóvil, que el vehículo pertenecía a la Junta de Extremadura y que la persona que iba en el asiento posterior del vehículo era el mismísimo presidente de la Junta de Extremadura, por lo que tras varias consultas efectuadas a sus superiores decidieron no sancionar en el acto al conductor ni con una multa económica ni con la retirada correspondiente de los puntos del carné.

De esta manera, el coche reanudó la marcha sin ninguna penalización con destino a Mérida, donde tiene la residencia oficial el presidente extremeño. Se da la circunstancia de que el incidente se produjo horas antes de que entrara en vigor la nueva Ley de Seguridad Vial, este martes.

Al desvelarse los hechos, el presidente de la Junta de Extremadura ha pedido disculpas públicas: "No era yo el que conducía pero la responsabilidad es mía y la asumo". Además, ha añadido que "yo no digo (a su conductor) a la velocidad a la que hay que ir, pero sí pongo a la hora en la que hay que estar en un sitio y a tal otra en otro", por lo que aseguró que este incidente le hará replantearse la confección de su agenda porque con las prisas "pongo en peligro la vida de los que van conmigo y la mía misma". Ahora, indicó "espero que nos llegue la multa".

Otra versión de la delegada:

Vara desmentía así a la Delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, que a primera hora de la mañana había mentido a los periodistas indicando que el coche que fue detenido por la Guardia Civil no era el del presidente extremeño sino el de sus escoltas. "No se detuvo al coche del presidente sino en el que viajaban sus escoltas, donde iban los policías, por lo que si hay sanción será para el conductor de dicho vehículo, un policía, y no el de Fernández Vara", aseveró.

Para justificar la diferente versión de la delegada del Gobierno, Vara aseguró que había tenido "una equivocación".

En este sentido, Pereira indicó que "se ha abierto un expediente sancionador al conductor, que es un policía, como a cualquier otra persona que hubiera cometido un exceso de velocidad, o sea que no ha habido un tratamiento desigual", aunque a renglón seguido quiso dejar claro que la multa tiene todas las papeletas para quedar en papel mojado al aseverar que "el artículo 167 del Reglamento General de Circulación, en su artículo 25 de la Ley (sic) especifica que por razones de seguridad los escoltas pueden ir a una mayor velocidad".

Según esta versión oficial, en estos momentos "estamos en situación de prealerta" y además el presidente extremeño "venía de un acto oficial conocido y se dirigía a otro". También Pereira reclamó "bastante prudencia con este tipo de noticias" y "especial protección" para "el primer ciudadano extremeño".



miércoles, 26 de mayo de 2010

viernes, 21 de mayo de 2010

La DGT, los detectores, y Pere Navarro

El próximo martes, día 25 de Mayo, entra en vigor la nueva Ley de Seguridad Vial, que se publicó en el BOE en Noviembre del año pasado. Entre otras novedades, surge la aprobación -por no ser punible- de los llamados "detectores de radar", que son unos aparatitos que avisan de la presencia de un radar, camuflado o no, siempre que éste sea de los que funcionan en base a una emisió de radiofrecuencia, y no un láser -que esos son indetectables, por desgracia-.
No obstante, el texto de la Ley no es totalmente claro en este punto, porque en él se habla de los inhibidores, pero no se autoriza expresamente el uso de los detectores. Aunque como ya se sabe, lo que no está prohibido, a sensu contrario, está permitido...

Después, hace unos días, ha comparecido ante los medios el Subdirector General de la DGT, aclarando que sí se permitirán los detectores y los avisadores GPS, pero no los inhibidores de radares láser. Esto ha tranquilizado a la mayoría de los usuarios, pero aún así, hay muchos que no nos fiamos de la palabra de los políticos. Al mismo tiempo, se ha lanzado un comunicado de prensa por parte de la DGT, para "aclarar" algunos aspectos de la nueva Ley, que no ha hecho sino confundir más al personal.
Ahora, copio y pego una acertada, a mi modo de ver, aportación de un foro:

"A ver... como ya se ha dicho por aquí, por activa y por pasiva, en sus panfletos (vease revistas, notas de prensa, etc...) pueden decir lo que quieran. Incluso pueden engañar lo que quieran en ese panfleto (que yo tambien he recibido) firmado por Rubalcaba, en el que, entre otras cosas, dice en su tecer párrafo:
"No tengo ninguna duda de que con la puesta en marcha de esta reforma mejorará el servicio que les prestamos a ustedes y, sobre todo, continuará el descenso del número de accidentes de tráfico."

Madre mía, qué poca vergüenza...
Os doy unos datos; concretamente los de accidentes con victimas de los últimos 5 años con datos (ya que la DGT solo pública datos hasta el 2008; los del 2009, hasta septiembre de este año nada de nada...):

Año 2004: 73.929 accidentes con victimas (muertos o heridos)
Año 2005: 71.263 accidentes con victimas (muertos o heridos)
Año 2006: 83.447 accidentes con victimas (muertos o heridos)
Año 2007: 85.222 accidentes con victimas (muertos o heridos)
Año 2008: 74.147 accidentes con victimas (muertos o heridos)

Vamos, que en el último año con datos definitivos (2008), hubo los mismos (en realidad un 0,3% más) de accidentes con victimas que hacía 5 años... concretamente, el año (2004) en el que el "Sr." Pere Navarro se hizo cargo de la DGT...

Pero es que en el año 2006, se produjeron casi un 13% más de accidentes que ese año 2004... y "casualmente", en ese año 2006 es cuando entró el "maravilloso" carnet por puntos, la instalación masiva de radares y las primeras reformas de leyes de tráfico promulgadas por el "Sr." Pere Navarro.

Pero a lo que voy es, a que como todos sabemos, en las revistas DGTeras, en las notas de prensa que luego nos ponen en las TV y los periódicos, etc... etos "Sres." pueden contarnos lo que quieran; no debería ser así, pero como nadie les para los pies, pues a estirar la cuerda...

El caso es que, actualmente, al que le ponían una multa de 150 euros, que con descuento se quedaba en 105, pues lo "normal" es que la pagase y no se metiese en juicios que son caros y largos... peeeeero.... ¿¿¿creeis que pasará lo mismo con multas de 6000 euros sin descuento???

Nota del transcriptor: la multa por llevar inhibidor pasa de ser dos puntos y 150 €, a 6 puntos y 6.000 €.
Y aquí, la ley dice lo que dice. Y no vale hacerse "pajas mentales", porque habla de inhibir sistemas de vigilancia del tráfico o inhibir sistemas de detección de radar... así que, un aparato que no inhibe, sino que detecta, NO ES SANCIONABLE.

Está claro que si quieren ponerte la multa por el detector, te la ponen. Pero eso, NUNCA puede salir adelante en un juzgado con la actual legislación. Bueno, con la actual sí... pero la que entra en vigor el día 25 no."

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Otra aportación:

Cuando el Pere entró en Trafico, lo que hizo fue cambiar la normativa de contabilizar a los muertos. Tuvo una polemica con el Instututo forense de Valencia, ya que no cuadraban las cifras....como por ejemplo, si el accidentado fallecía pasadas 48 horas, ya no contaba, si era mayor de 75 años tampoco....y cosas así, con el fin de reducir el numero de fallecidos.


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La DGT cambia la consideración de los heridos graves para ofrecer logros en materia de reducción de siniestralidad


La propia DGT estima en un 30 por ciento los casos que pasarán de ser heridos graves a leves

Una circular determina que los heridos que no requieran hospitalización serán considerados “leves” aunque sufran fracturas, contusiones, o shocks
La medida influye directamente en las cifras definitivas de víctimas, que incluye los 30 días siguientes al accidente:

"Madrid, 20 de mayo de 2010.- Desde comienzos de 2010, sufrir una fractura, una contusión, o un shock en un accidente de circulación dejará de tener la consideración de “herido grave” en las estadísticas de la DGT, si no necesita hospitalización.
De acuerdo con una comunicación a los Subsectores de Tráfico de la Guardia Civil, a la que ha tenido acceso Dvuelta, los heridos graves que no requieran hospitalización serán considerados heridos leves. Hasta ahora, el criterio de gravedad de un herido venía especificado en el manual “Investigación de Accidentes de Tráfico”, que edita la propia DGT, al considerar como tales, aparte de heridas que requieran hospitalización, las fracturas, conmociones, lesiones internas, aplastamientos, cortes o desgarrones graves y “shock” general grave que necesite un tratamiento.
La propia circular estima en un 30 por ciento los casos de “supuestos heridos graves” que no llegan a ser hospitalizados y que, por tanto, no han de ser considerados como tales.
La circular se refiere al cumplimiento de la O.M. de 18 de febrero de 1993, que define como herido grave a todo accidentado que requiera más de 24 horas de hospitalización, pero es ahora, después de 17 años, cuando se procede a aplicar el criterio.
Lo más sorprendente es que este nuevo criterio de contabilización de heridos se aplica con el objeto de comprobar la validez de un llamado “coeficiente de conversión” que sirve para obtener las cifras definitivas de siniestralidad (que incluyen accidentes y víctimas a 30 días, y no a 24 horas, que es el criterio de estadística provisional que se aplica en España), y que está fijado en 1,3. Esto quiere decir que si se multiplica por 1,3 la cifra provisional de víctimas, se obtiene el llamado “definitivo”. Llama la atención que, tratándose de tan sencilla operación matemática, el Ministerio del Interior separe hasta cuatro meses la publicación de las cifras definitivas de las provisionales, aduciendo motivos diversos relacionados con la dificultad en la obtención de datos de heridos en distintas fuentes, cuando realmente no existe aportación de datos alguna entre una y otra cifra.

En una entrevista concedida al Diario El País en marzo de 2009, el director general de Tráfico, Pere Navarro Olivella, afirmaba, respecto a las cifras de heridos, que “ahora tendríamos que entrar en una segunda fase: hablar de los heridos graves. Matarse o no es cuestión de azar. Si te toca, no lo cuentas. Pero el herido grave tiene cara, habla y te lo puede explicar. El paso siguiente es incorporar a estos heridos a las cifras.” También se ha venido pronunciando reiteradamente en el sentido de trabajar para disminuir las cifras de heridos graves.
Choca que el camino elegido sea este, pues introduce un duda más que razonable sobre la operativa habitual de la DGT a la hora de realizar las estadísticas de siniestralidad.

jueves, 20 de mayo de 2010

miércoles, 19 de mayo de 2010

Lo que el Estado me hace cada día

La entrada de hoy no necesita comentario alguno:


martes, 18 de mayo de 2010

Ayer

Ayer por la tarde estuve ayudando un poco -no mucho- a Jose Antonio Mandahuevos Mandinga Zulú Patalambre a instalar su nuevo carenado de competición en la bella 1098S. ¡Qué máquina!
Allí agachado, extrayendo algún tornillo de la quilla, recordé aquel día, hace un par de años, cuando fui con él a Desmosevilla a ver en vivo una 1098, y cómo realmente la emoción se apoderó de mí, y lloré. Lloré mirando el basculante monobrazo, sus soldaduras, de cuclillas, amando aquella moto. O quizá fue amando a lo que significaba, lo que suponía, lo que un día tuve y perdí.

Hace tres días fui al cine con mi hijo mayor, Manuel, a ver una peli de Jakie Chan, ese tipo bajito y divertido, que tiene la agilidad y el ingenio de un mono en la selva, pero que como ya va siendo mayor, ahora tira más hacia la comedia familiar y mete menos guantazos a los malos... y la emoción fue en mí. No pude reprimir las lágrimas en una de las escenas finales de la peli. O sea, la peli es mala, es lo que es, puro pasatiempo infantil, pero lloré, coño.

Quizá es la edad, quizá es mi situación, qué sé yo.

En fin, que de vuelta a mi casa ayer, en mi pequeño coche, no me sentía muy bien, y decidí dar una minivuelta con el techo quitado. Encima, para más inri, puse a Bjork a todo volumen, y paseando entre pinos, con una temperatura agradabilísima, volví a llorar. La cosa está jodida, lo veo venir. Y no me refiero a lo económico, que también.
Me recompuse un poco, llegué a casa, aparqué el auto. Entré en el salón y di un gran abrazo a Pepe, y luego vino Manuel y me rodeó diciéndome que me quería mucho. Subí al dormitorio y me tumbé en la cama boja abajo con la cara entre mis manos, conteniéndome.
Ahora escribo esto, y no sé si hago bien o mal. Supongo que me sirve de catarsis. El blog es mi litio.

lunes, 17 de mayo de 2010

Meritocracia

Hoy toca leer, amigos. Ilústrense un poco, que no les viene mal:

Meritocracia (del latín mereo, merecer, obtener) es una forma de gobierno basada en el mérito. Las posiciones jerárquicas son conquistadas en base al mérito, y hay una predominancia de valores asociados a la capacidad individual o espiritu competitivo tales como, por ejemplo, la excelencia en educación o deportes.
La meritocracia está asociada, por ejemplo, al estado burocrático, siendo la forma por la cual los funcionarios estatales son seleccionados para sus puestos de acuerdo con su capacidad (a través de concursos, por ejemplo). O también más comúnmente asociado a los exámenes de ingreso o evaluación en las escuelas, en las cuales no hay discriminación entre los alumnos en cuanto a las preguntas o temas propuestos. Así, la meritocracia también indica posiciones conseguidas por mérito personal.
Aunque la mayoría de los gobiernos están basados en parte en la meritocracia, esta no se expresa de forma pura en ningún lugar. Gobiernos como el de Singapur o Finlandia utilizan estándares meritocráticos para la elección de autoridades, aunque mezclados con otros. Un modelo próximo a la meritocracia puede ser la jerarquía militar en la cual teóricamente los puestos se obtienen por adecuación a ciertos valores.
El principal argumento a favor de la meritocracia es que proporciona mayor eficiencia que otros sistemas jerárquicos, dado que las distinciones no se hacen por sexo o raza, ni por riqueza o posición social, entre otros factores biológicos o culturales. Aunque existen clases sociales y los defensores de la meritocracia no pretenden acabar con ellas, el esfuerzo individual -entendido como mérito- es -se alega- un criterio más justo que otros para la distribución de los premios y ventajas sociales asociadas.
Conforme a lo que el sufijo "cracia" indica, la meritocracia es, estrictamente hablando, un sistema de gobierno basado en la habilidad (mérito) en vez de la riqueza o posición social. En este contexto, "mérito" significa básicamente inteligencia y esfuerzo. Mientras que la palabra "meritocracia" es ahora frecuentemente usada para describir un tipo de sociedad donde la riqueza, ingresos y clase social son designados por competición, asumiéndose que los vencedores; de hecho, merecen tales ventajas. Consecuentemente, la palabra adquirió una connotación de "Darwinismo social" y es usada para describir sociedades agresivamente competitivas, con grandes diferencias de ingresos y riqueza, en contraste con las sociedades igualitarias.
Gobiernos y organismos meritocráticos enfatizan el talento, educación formal y competencia en lugar de las diferencias existentes como clase social, etnia o sexo. En la práctica, las investigaciones sobre movilidad social indican que todos estos criterios supuestamente neutros favorecen a los hijos de los que ya son privilegiados de algún modo.
En una democracia representativa, donde el poder está, teóricamente, en las manos de los representantes electos, los elementos meritocráticos se incluyen en el uso de consultores especializados para ayudar a la formulación de políticas y en un servicio civil meritocrático para implementar dichas consultorías. El problema perenne de la defensa meritocrática es definir, exactamente, que se entiende por "mérito".

Orígenes e Historia

La palabra meritocracia probablemente aparece por primera vez en el libro Rise of the Meritocracy de Michael Young (1958). En el libro se la cargaba de contenido negativo, ya que la historia trataba de una sociedad futura en la cual la posición social de una persona era determinada por el coeficiente intelectual y el esfuerzo. Young utilizó la palabra mérito en un sentido peyorativo, diferente al común o aquel usado por los defensores de la meritocracia. Para estos, mérito significa, aproximadamente, habilidad, inteligencia y esfuerzo (Una crítica comúnmente hecha a la meritocracia es la ausencia de una medida especifica de esos valores, y la arbitrariedad de las elecciones).

Los primeros indicios de este mecanismo se remontan a la antigüedad, en China. Confucio y Han Fei son dos pensadores que propusieron un sistema próximo al meritocrático. También pueden ser citados Gengis Kan y Napoleón Bonaparte, cada cual utilizó en su vida y en la política de sus Estados elementos de la meritocracia

Fuente: wiki


¡ Abajo la meritocracia !


Michael Young
Escribo en letra de color azul algunas aportaciones y comentarios propios a las afirmaciones que hoy, cincuenta años más tarde, expresa este señor.
El hombre que creó este neologismo hace más de cuatro décadas, pide a Tony Blair que deje de utilizarlo:

"Estoy tristemente decepcionado por el libro que escribí en 1958, "La ascensión de la meritocracia"(Rise of the Meritocracy). Este neologismo que yo mismo creé es ahora comúnmente utilizado, especialmente en los Estados Unidos, y más recientemente se encuentra en lugar destacado en los discursos de Tony Blair.

El libro era una sátira que pretendía alertar (cosa que obviamente no ha conseguido) contra lo que ocurriría en Gran Bretaña entre 1958 y la imaginaria revuelta contra el poder meritocrático en el 2033.
O sea, que el libro sigue el esquema de una novela de ciencia ficción...

Gran parte de lo que predije en ese libro se ha hecho realidad. Es del todo improbable que el Primer Ministro se haya leído el libro, pero ha popularizado el término sin ser consciente de los peligros que entraña su puesta en práctica.

Mi argumentación se basaba en un análisis histórico indiscutible de lo que había estado sucediendo a la sociedad durante más de un siglo antes de 1958, y más marcadamente desde la década de los 1870, cuando la escolarización se hizo obligatoria y el acceso a la administración pública se convirtió en algo competitivo por norma.
Vaya, ahora resulta que la educación, el derecho a recibir una educación digna, y todas sus consecuencias de tener un pueblo más sabio y preparado es algo pernicioso.

Hasta entonces, el status estaba adscrito al nacimiento. Pero independientemente del nacimiento, el status se ha ido convirtiendo en algo más accesible.
Eso es bueno, ¿no?

Tiene todo el sentido nombrar a personas concretas para realizar trabajos en función de sus méritos. No podemos decir lo mismo cuando quienes son juzgados por sus méritos del tipo que sea ascienden a una Nueva Clase social sin dejar sitio para otros.

Las habilidades de tipo convencional, que solían estar distribuidas entre clases de forma más o menos aleatoria, se han venido concentrado en una sola clase gracias a la maquinaria educativa.
Pero los "habilidosos" vienen de las diversas clases sociales, que es lo que importa, la no discriminación por procedencia, sexo o raza.

Una revolución social silenciosa se ha realizado en las escuelas y universidades que se han orientado a la labor de cribar a los jóvenes de acuerdo con los estrechos límites de los valores educacionales.

Con una increíble batería de certificados y titulaciones a su disposición, el sistema educativo ha dictado aprobación para una minoría, y un suspenso para una mayoría que no consigue brillar desde el momento en que son relegados al fondo del sistema de graduación a la edad de siete años o antes.
A ver: es un simple y sencillo sistema de selección de los mejores, ¿no?, o acaso queremos que nos gobiernen o dirijan unos memos incapaces? Debe usted ponerse de acuerdo, señor.

Esta Nueva Clase tiene todos los medios a su alcance, y en gran parte bajo su control, por la que se reproduce a si misma.
Yo creo que si el producto de su reproducción no es capaz, caerá sin remedio. Si es capaz, se mantendrá, pero, al fin y al cabo, ¿no estamos hablando de mantener a los más capaces al frente?

Mis predicciones más controvertidas y la subsiguiente advertencia se fundaba en un análisis histórico. Pensé que las clases más pobres y los más desaventajados serían doblemente marginalizados, lo que de hecho ha ocurrido. Al ser marcados desde la escuela son más vulnerables para más tarde formar parte del "ejército de reserva" que es el desempleo.
Yo no veo que las clases más pobres estén doblemente marginalizados. Y lo de fundar una predicción en un análisis histórico me suena a los expertos en psicohistoria de la novela "Fundación" de Isaac Asimov. O sea, pura ciencia ficción.

Son fácilmente desmoralizados al ser mirados con desprecio de forma tan hiriente por personas que se han ganado su status por si mismas.
Usted está generalizando, me parece, la posible actitud personal de algún individuo concreto. No se puede juzgar así a toda una sociedad. Del mismo modo, se podría decir que los que no se han podido ganar su status por si mismas miran con rencor y recelo, con odio y envidia, a los que les han superado en la escalada del mérito. Eso siempre ha ocurrido, y siempre ocurrirá, no tenemos remedio.

Es muy duro en una sociedad que valora tanto los méritos ser juzgado por no tener ninguno. Jamás antes las clases bajas habían quedado tan moralmente desarmadas como ahora.
Pero, ¿qué dice usted, hombre? Jamás las clases bajas han tenido las poderosas armas de la información y posibilidades de formación que hay ahora. Me pregunto en qué sociedad vive usted, señor Young, y si está al cabo de lo que se cuece en la calle, en los colegios, en los parques... en todas partes!!!

Mediante la selección que opera el sistema educativo las clases bajas han perdido a muchos de los que debieran haber sido sus líderes naturales, sus portavoces de la clase trabajadora que se continuaran identificando con la clase de la que procedían.
Estos líderes realizaron una feroz oposición a las clases más ricas y poderosas en interminables disputas tanto en el parlamento como a pie de fábrica, entre los pudientes y los no-pudientes.
Una oposición basada en qué, y para qué. ¿Acaso la oposición es buena per se? Oposición sistemática por la simple pertenencia a una clase... eso está muy pasado ya, oiga.
Parece que el autor echa de menos el marxismo y su cacareada lucha de clases, a pesar de las derrotas sociales y tremendas injusticias cometidas en los países socialistas, un bloque del Este que se cayó por su propio peso.

Con la ascensión de la meritocracia, las masas "descabezadas" de líderes han sido desarticuladas; según pasa el tiempo, vemos como se vuelven más y más pasivas, y desmoralizadas hasta el punto de no preocuparse ni por ir a votar. Ya no tienen a nadie de los suyos que los represente.
Pero, ¿qué dice usted, por favor? Uno no puede abandonar así a su familia, a sus amigos, a su entorno. No tiene nada que ver llegar a un puesto político dirigente con abandonar un barrio, o un status social. Puede ocurrir, sin duda, pero no necesariamente. Eso es una opción personal, sin más. Al menos aquí, en España, siguen existiendo líderes sindicales y políticos que se deben a sus bases honradamente. Eso sí, ojalá fueran así la mayoría...

Para ver la diferencia, solo tenemos que comparar los gabinetes de gobierno de Atlee y Blair. Los dos más influyentes miembros del gabinete laborista de 1945 fueron Ernest Bevin, para la cartera de Exteriores, y Herbert Morrison, elegido líder de la Cámara de los Comunes y Vice Primer Ministro.
Bevin dejó la escuela a los 11 años para subsistir como ayudante de granjero, pasando después a pinche cocina, chico de los recados, conductor de furgonetas, de tranvías, hasta que a la edad de 29, se hizo activista del sindicato local de Bristol, en la General Labourers' Union de Dock Wharf, donde alcanzó gran popularidad al obtener, en un célebre enfrentamiento con uno de los más destacados abogados del momento, casi todas las reivindicaciones del sindicato.

Herbert Morrison fue en muchos aspectos una figura aun más significantiva, que se hizo notable no tanto a través del sindicalismo sino a través de su experiencia en el gobierno local.
Su primer trabajo fue también como chico de los recados y dependiente en una tienda de verduras, de donde se trasladó para hacerse dependiente de un supermercado y uno de lo primeros operarios de centralitas telefónicas. Llegó hasta Ministro de Transportes gracias al éxito previo obtenido en su labor en el Ayuntamiento de Londres.
Tuvo éxito en la forma que Livingstone y Kiley se esperaría que lo hicieran ahora, unificando el servicio metropolitano de metro de Londres, autobuses y tranvías en un solo mando y propiedad dentro de una compañía única y pública de transportes metropolitanos. Hizo del transporte público londinense el mejor del mundo durante los siguiente 30-40 años, siendo modelo para todas las industrias nacionalizadas después de 1945.

Otros cuantos miembros del gabinete laborista de ministros de Attlee, como Bevan y Griffiths (ambos mineros), tenían similares orígenes de la clase obrera más baja y fueron una razón de orgullo para mucha gente corriente que se identificaba con ellos.

Es un fuerte contraste el que se da hoy en dia en el gabinete de Blair, compuesto mayoritariamente por miembros de la meritocracia.
Pero, a ver, ¿no se trataba de eso? Si tiene mérito, si tiene capacidad, inteligencia, formación adecuada, si lo merece -en una palabra-, no importa de donde venga, siempre que cumpla las premisas del mérito.

En este nuevo ambiente social, a los más ricos y poderosos les está yendo bastante bien para si mismos. Ya se han librado de las incómodas críticas por parte de este tipo de gente a la que se tenía que escuchar. Esto ayudó en su dia a mantenerlos controlados, lo contrario de lo que está sucediendo bajo el gobierno Blair.
La meritocracia de los negocios está de moda. Tal y como los meritócratas creen, e incluso como se les hace creer, que su ascensión viene de sus propios méritos, se sienten merecedores de todo aquello que se propongan.
Llegan a ser insoportablemente presumidos, mucho más incluso que aquellos que se sabía habían alcanzado el poder no por sus propios méritos, sino por ser "hijo o hija de", es decir, unos beneficiarios del nepotismo. Las nuevas élites pueden llegar a creer que están moralmente legitimadas.
Tan segura se siente esta nueva élite que no dejan un resquicio en la captación de nuevos beneficios para si mismos. Las viejas restricciones que el mundo de los negocios se había impuesto, todas han sido eliminadas y, tal y como se predijo en mi libro, todas las formas de "dar el pelotazo" han sido ya ideadas y explotadas.
Sus salarios y primas se han disparado. Stock options en condiciones más que ventajosas, bonos de oro, paracaídas de oro se han multiplicado también para esta minoría.

Ah, ya veo a donde quiere llegar, señor Young: usted quiere una meritocracia, sí, pero no una igual para todos, sino una meritocracia que excluya a determinadas clases sociales en favor de otras. O sea, que primero promulga la igualdad de acceso a los cargos, propugnando como criterio objetivo el mérito personal basado en criterios objetivos de capacidad, inteligencia, desarrollo, educación y habilidad, sin importar de donde venga o proceda el individuo, y al final, pasados cincuenta años -en los que usted esperaba sin duda una revuelta social bolchevique, una revolución cultural maoista, o una derrocamiento castrista a partes iguales-, se da cuenta de que no, de que al final sigue existiendo una lucha de clases, una separación en estratos sociales, una injusticia social galopante...
El resultado ha sido que la desigualdad se ha extendido como norma y se hace cada vez más escandalosa cada año que transcurre, y sin que rechisten los líderes del partido que una vez fuera el portavoz tan vociferante y carismático por una mayor igualdad.

¿Qué se puede hacer en esta cada vez más polarizada sociedad meritocrática? Algo avanzaríamos si el señor Blair retirara esta palabra de su discurso habitual, o al menos admitiera los inconvenientes de su puesta en práctica. Todavía avanzaríamos más si él y el señor Brown marcaran distancias con la nueva meritocracia incrementando los impuestos sobre las rentas de los más ricos, y también fortaleciendo el poder local como una forma de que el pueblo se involucre y tenga su oportunidad en la política nacional.
Señor Michael, la desigualdad siempre ha existido. ¿Qué importa acuñar o utilizar un término? Llámelo "meritocracia" o no. Siempre ha estado ahí. Entre hermanos de sangre hay diferencias, entre los niños de un aula de veinticinco alumnos hay claras diferencias de aptitud y de actitud. En una sola ciudad de 50.000 habitantes ya se ven claramente barrios marginales y zonas prósperas y ricas, al igual que una gran amplitud de clase media.
Eso es así simplemente porque las personas no son iguales unas a otras. No somos robots, oiga. Eso es muy viejo, y no se puede cambiar, porque entonces ¿qué hacemos, por qué esforzarnos, por qué luchar por lo que queremos o nos gusta? Sus tesis comunistas empiezan a aburrir un poco ya. Sí.
Hice otra predicción en mi libro relativa a que la sistemática seleccion educativa en la escuela se vería reforzada, yendo más allá de lo que ya teníamos. Mi autor imaginario, un ardiente apóstol de la meritocracia, dijo poco antes de la revolución, que "ya no sería por más tiempo necesario seguir rebajando los niveles para intentar extender nuestra elevada civilización a los niños de las clases más bajas".

Al menos todavía estamos a tiempo de que esto no tenga que ocurrir. ¿O no?"

EPÍLOGO:
Yo veo sólo algunas pegas a esto de la meritocracia basada en la educación, la capacidad, y la inteligencia. La más importante es la diferencia de oportunidades a la hora de acceder a la educación adecuada de los niños. Todos sabemos que hay colegios y colegios, institutos e institutos, universidades y universidades. A veces, las clases desfavorecidas no se pueden permitir que los jóvenes estudien fuera, simplemente pagar una cara matrícula universitaria, o tienen que compaginar estudios y trabajo para salir adelante. Todo esto no pasaría si hubiera un correcto sistema de subsidio para el estudio -becas- bien llevado y administrado, no lo que ocurre en nuestra sociedad, que es una fuente más de corrupción, engaños y trampas por parte de muchos, que al final ha acabado por perjudicar a los que verdaderamente quieren estudiar y medrar dignamente.

La meritocracia, como término, como palabra o neologismo, es posible que se le ocurriera a Michael Young en 1958, pero simplemente es lo que ha ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad desde que el hombre es hombre. De hecho, se aplica al reino natural de forma impepinable y definitiva. Se llama "selección natural", en la que gana el más fuerte, el más rápido, el más hábil o el que resiste más.
Yo pienso que la meritocracia siempre ha estado ahí, por los siglos de los siglos, y que no por categorizarlo ahora en forma de corriente educacional o política resulta que se ha inventado ahora. No.

En la Edad Media, y hablo de hace ocho o nueve siglos, el que iba a la guerra a defender un reino, y lo hacía bien, era premiado con prebendas y derechos que se le negaban al que no quería ir a jugarse el pellejo. Un buen militar ascendía, y cuanto más ascendía y más demostraba su valía, más derechos y prebendas recibía: tierras, dinero, títulos nobiliarios... que luego se iban entrelazando con otros de su misma "categoría meritoria", se formaban alianzas, pactos, más luchas por el poder, asesinatos, matrimonios de conveniencia -siempre entre los que tenían el mérito, por supuesto-, y de ahí vienen las diferencias y desigualdades sociales. Está claro que esto es un burdo ejemplo, pero tan burdo como clarificador de lo que puede ser la meritocracia. La gran pega del sistema medieval es que era tan difícil ascender en la jerarquía social, por no decir casi imposible, que muy pocos de las clases bajas llegaban a destacar. Y como contrapartida, los favorecidos por los méritos de sus padres, abuelos y bisabuelos, aunque fueran unos memos y pardillos, inútiles, puteros y pródigos, podían seguir disfrutando de la posición social adquirida por sus progenitores, aún sin merecerlos según las consignas que se están plasmando aquí y ahora.

En este sentido, la meritocracia actual, más basada en la educación y la inteligencia, la capacidad de trabajo, y tal y tal, como se ha expuesto al principio, es mucho más asequible para todos. Es más fácil acceder a una vida gustosa, generosa y buena vida al fin y al cabo, y sigue siendo extremadamente difícil llegar a la cúspide de la pirámide del mando -pero siempre lo ha sido-, donde uno nada rodeado de tiburones.

sábado, 15 de mayo de 2010

Heil !!

Miguel Zapatero saludando a la grada en el pasado GP en Montmeló. Lo lleva en los genes, indudablemente...

lunes, 10 de mayo de 2010

panta rei

Sólo comentaré que me ha parecido una idea genial, y muy bien ejecutada:

Cara y cruz


He aquí la fusión de dos mundos: el heptacampeón sobre una Desmosedici, correctamente ataviado y pilotándola con plenas facultades.

En cambio, nuestro españolito, que cumple todos los tópicos del españolito medio -bajito, moreno y usualmente cabreado-, liándola para encaramarse en la D16 oficial... ¿Pero es que este chico no se ha montado en una moto en su jodida vida? ¿O qué? Es sencillamente ridículo.

Ridículo, a todas luces.

No obstante, le felicito públicamente por el resultado que obtuvo ayer.

sábado, 8 de mayo de 2010

la foto, la peli



Vaya par, vaya dos, menudos personajes. Creo que la peli la he visto siete veces al menos. Y cada vez me ha parecido mejor. No se puede estar en el Mundo, en estos tiempos que nos han tocado vivir, sin haber visionado tal explosión de ingenio y belleza que inunda nuestros sentidos.
Simplemente grandes, ambos.

martes, 4 de mayo de 2010

El Golf monovolumenizado

Añado hoy una reseña sobre esta auto, porque he tenido ocasión de conducirlo varias veces, observarlo detenidamente mientras me maravilla cómo en el Siglo Veintiuno de nuestra era se puede diseñar algo tan anodino, comprobar su inexistente atractivo cada vez que lo veo circulando, repitiéndome a mí mismo que sí, que algo debe tener cuando hay quien lo compra.
Por tanto, intento analizarlo con más profundidad... pero es que no se puede descender tanto para hablar de un paralelogramo en tres dimensiones, que es como se podría definir a esto:

Más insulso no se puede.

En fin, que esta cosa tiene poco que contar visto desde fuera que no haya dicho más arriba. No quiero hacer demasiado hincapié en el concepto, ni en el empacho de birra que debía llevar el jefe de diseño de la marca teutona cuando aprobaron ello. ¿Por qué? ¿A quién va dirigido? ¿Quién lo necesita? ¿Es realmente necesario? Bueno, básicamente, el Touran es un Golf más alto y más largo y más cuadrado, con lo que tiene mucho espacio interior comparado con él. Y además el maletero es fácilmente aprovechable por sus dimensiones basadas en los ángulos de noventa grados, e incluso puede albergar un par de miniasientos para la Srta. Pepis a modo de tercera fila, lo que abre aún más el espectro de utilización. Si usted tiene dos o tres hijos pequeños y es dado a viajar, o a practicar deportes al aire libre, puede encontrar cierta gracia al concepto, sin duda. Sobre todo viendo a la competencia, a las opciones alternativas: el Opel Zafira -conocido por gripar motores más rápido de lo que estos salen de la cadena de montaje-, el Renault Scenic -de particular estética francesa y dudosa fiabilidad-, Citroen Xsara Picasso -el horror-, o C4 Picasso -estética interior afrancesada hasta el extremo, puag-, Ford C-Max -sosísimo-, Toyota Verso -ummmmmmmm, puede-, o Seat Altea XL -la opción más lógica, ya que tengo uno-.
En fin, que exteriomente, pasa el test sin pena ni gloria, lo que no es bueno ni malo per se, sino todo lo contrario, no sé si me explico, lo que me lleva a pensar que es buen coche para un gallego.


¿Le suena? Seguro que sí.

Abrimos la puerta y pasamos al alemanizado interior, que es igual a "sin alma" cuando de VW se trata. No conozco ninguno, pero que ninguno, que te emocione en algún sentido, para bien o para mal, cuando entras en él. VW tiene esa extraña capacidad de hacer que sus coches sean de un ambiente casi estéril, carente de cualidad acogedora. Algunos decían que el Golf GTI Mk 2, sin duda el mejor de la saga, era espartano: pues a mí siempre me gustó, era el interior perfecto para ese coche. Pero el de hoy, señores, eso, eso, eso no se hace. Uno se monta, se pone al volante, y es como si no se hubiera bajado de cualquier otro vulgar vehículo automotriz. Esa es la sensación que queda, y es así, quizá, por que todo está en su sitio, no echa nada en falta y uno se siente como en su casa desde el primer momento. Sólo noto el volante demasiado horizontal para mi gusto, lo que le da un poco de sensación de furgoneta o monovolumen al uso -no tan exagerado como en un Sharan o un Alhambra, pero casi-. Los relojes son calcados del Golf, igual que la consola, los mandos del clima o la radio. Hay que aprovechar la sinergia, ahorrar costes, y eso se nota mucho en el grupo VAG. No es un punto negativo, no, pero te deja esa sensación de dejá vùe una vez que te has montado en uno cualquiera de ellos.

Toooooma espacio.

El espacio es correcto, sobre todo en las plazas traseras, y la altura libre al techo es elevada, sobra sitio para los cuernos. El tacto de los mandos es correcto, sin más, y hay cierta sensación de solidez y calidad. La apariencia de los plásticos no es mala, pero tampoco para tirar cohetes. El modelo probado tiene, además, el laureado y fantastiquísimo cambio automático de doble embrague y seis velocidades DSG, que es una maravilla de la técnica según los entendidos. Bajo mi punto de vista, es rápido pero brusco en los cambios a marchas superiores, nunca interpreta bien los deseos del conductor, y lento en las reducciones en modo manual, a veces más que un cambio clásico de convertidor de par. Es inútil buscarle las cosquillas a la transmisión, ya que este coche no está hecho para correr, apurar marchas hasta el corte, ni hacer reducciones salvajes, sino para pasear tranquilamente, viajar, o llevar a los críos al cole o a casa de los abuelos para dejarlos allí el fin de semana.


Caben varios cadáveres.

La conducción, como se adivina, no es nada del otro mundo. Se lleva con suma facilidad, pues exactamente eso es el objetivo de este cacharro: llevarte desde A hasta B con comodidad, gastando poco, y lleno de bultos -incluída descendencia-. La suspensión de serie es cláramente enfocada al confort, demasiado blanda, y hace que el coche se incline en el más leve viraje, y que su estabilidad se resienta incluso en recta si pillamos cambios de alfalto, juntas de dilatación o simplemente esas bañeras que a veces pueblan nuestras lamentables autopistas. Encima, el auto probado llevaba unas llantas de 17" con gomas sobredimensionadas, lo que hace llegar más ruido al interior y provoca una extraña mezcla de notar todas las imperfecciones del asfalto unido a una bamboleante carrocería. Quiere aislar y hacer el camino placentero, pero es un error montar ese juego de llantas, intentando transmitir una deportividad que no sólo no tiene, sino que tampoco va con la idea del coche. Su consumo, a pesar de su nefasta aerodinámica y los excesivos neumáticos, no es malo si no superamos los límites legales, rondando cifras entre 6'5 y 7 litros a los cien, lo que obviamente se logra con un motor muy evolucionado y pulido a lo largo de décadas. Tiene suficientes reservas de par para adelantar con comodidad y escalar cuestas de importancia, incluso cargado, cumpliendo su cometido a la perfección. A pesar de ello, no es capaz de hacerme olvidar el run run a petroleto tractor cuando arranca y te encuentras a ralentí esperando a que el semáforo cambie a verde. Es lo que es.
No hablaré de sus cualidades dinámicas, no viene a cuento. Aparte de que no hay. Punto.

En definitiva, si a usted le sobran casi 30.000 pavos, tiene varios hijos, quiere un coche que no llame la atención en absoluto pero no quiere renunciar a cierta calidad de construcción, aunque le importen un carajo los coches en general, este es el suyo, no cabe duda.

lunes, 3 de mayo de 2010

Lloré de la risa, en serio.

Por fin, el señor Motos me ha hecho reir... aunque supongo que por la intervención de Los Morancos, que tienen to el arte: