sábado, 31 de diciembre de 2016

Giros

Uno se levanta un 31 de diciembre sin mucho que hacer, salvo seguir disfrutando de este final de año que está siendo como pocos, por la cantidad de sensaciones y buenos momentos. 
¿Qué mejor ocasión para dar un paseo en mi chiquitín? 
Con la ruta trazada en mi cabeza, buscando carreteras solitarias y curvas, parto tempranito.


La idea era tirar hasta Beas y allí desviarme por Candón a Niebla, subir a Valverde y buscar Berrocal. Pero cosas del destino me desvían, pues me encuentro una extrañamente desierta N-435. La ocasión la pintan calva, y decido subir hasta Zalamea y llegar a la Venta del Cruce.



Pronto llego a Valverde por este camino, donde le doy un poco de beber a la macchina, y atravieso esta pequeña ciudad, en la que se nota cierta actividad.



La carretera nacional sigue muy poco transitada, y la temperatura es baja. Ya habíamos perdido la costumbre a días tan fríos. El termómetro del coche oscila, 6º, 5º, a ratos 3º y aparece escarcha en el borden del arcén en las curvas en sombra, esas orientadas al Norte. Hay que tener cuidado en las zonas umbrías.
De pronto, un kilómetro más allá, 7º. Al rato bajamos a 5º de nuevo... La sierra es lo que tiene.



El paisaje es de postal, el verde lo inunda todo, el momento es bello:



Tras disfrutar un montón con esas curvas, cuestas, cambios de asfalto que tan bien conozco de años trazando finamente por esta vía, llego a la venta, donde inexcusablemente tomaré el desayuno.
Aquí, mi auto en el aparcamiento a pie de carretera, junto al sempiterno puesto donde venden miel artesana y queso de cabra del lugar:



No me podía ir sin catar el exquisito producto de la tierra.



El bar, sólo frecuentado por personajes de aldeas aledañas, mayoritariamente hombres de edad, vestidos de verde cacería y boinas. Es la indumentaria de los pueblos, de gentes acostumbradas a las durezas del clima, que se levantan un día como hoy, con frío que te cagas, y se dicen "¡qué coño!, vamos a desayunar por ahí".

A la vuelta me cruzo en la carretera con varios grupos de motos. Yo ya voy de recogida, y ellos están empezando. Yo de ellos habría esperado a después del almuerzo, el firme estará más adecuado para disfrutar en moto. Pero yo soy yo. Ellos son ellos.

ELLOS SON ELLOS.

viernes, 30 de diciembre de 2016

45

Otro momento más para celebrar el aniversario de mi nacimiento, día superfluo por lo demás. Y excusa perfecta para hacer siempre algo que me gusta, aunque no la necesite (la excusa, quiero decir).

Destino: Cabo de Trafalgar. Compañía: Manu. Actividad: viento y olas.


Es larga tradición para mí hacer una ruta en bici de montaña, por ejemplo, en este día señalado. Pero una cosa no quita la otra, y tanto más da, se trata de disfrutar. Y aunque la bici, el campo y el invierno forman una combinación casi insuperable, tengo que reconocer que desde aquel 15 de junio de 2012 en que el kitesurf entró en mi vida... nada ha vuelto a ser igual. No he practicado nunca una actividad tan absorbente, fantástica, y que me llene tanto.
Pero, sobre todo, aunque practicarlo en soledad sea algo inigualable si las condiciones lo permiten, hacerlo en compañía de seres humanos a quienes quieres... eso es bello, es algo que une, que llena más. Porque compartir esos momentos establece unos vínculos agradables. Ya que es difícil explicar lo que se siente, estar con personas que han experimentado lo mismo que tú, esa empatía, mola.


Tras la navegada toca reponer energías, y para eso está una buena ensalada y una hamburguesa de retinto, cosas propias y típicas de Las Dunas, chiringuito famoso por su enclave y por estar abierto 365 días al año.
Aquí primer plano del objeto que ingerimos gustosos:


Antes de irnos, una vista más o menos general de la playa, a la que ya estamos deseando volver. Días inolvidables he pasado en esas aguas, antaño escenario de lamentables actos de guerra, pero que hoy son objeto de deseo para la práctica de kite y windsurf, buceo, y pesca.



Y que sean muchas más!!!

jueves, 29 de diciembre de 2016

Xmas hardtrail

¿Qué mejor modo para celebrar estas fechas que una buena ruta en moto por los parajes típicos de la provincia?

Dicho y hecho. Por cuestiones familiares y de compromisos, la convocatoria fue escasa, y partimos tres, para acabar sólo dos después de que Lillo se volviera tras el desayuno obligado a base de tostada con jamón directamente extraído de la pata.



Seguimos Antuán y servidor, a lomos de nuestras criticadas y magníficas monturas, sendas 690 Enduro R, pináculo y cénit de la evolución del más puro trail enduro, que cumplieron las expectativas y rindieron al máximo nivel en un terreno que dominan a la perfección: pistas rápidas, reviradas, piedras, descensos con escalones, vadeos, barro, polvo, arena. Y también, porqué no, un poco de carretera. Son motos trail al fin y al cabo, y su polivalencia está fuera de toda duda, pero cuanto más la uso, más me maravillo de sus posibilidades.

Les dejo este video, extracto sintético de las cinco horas de paseo, para que se hagan una idea de los buenos ratos que pasamos a lomos de estas máquinas impresionantes, fruto de la ciencia y la técnica:


miércoles, 28 de diciembre de 2016

Hipótesis, metafísica.

Disfruto cada segundo que paso en su compañía. Mi padre es el único con el que puedo tratar ciertos temas, y no sé si a él le pasa lo mismo, dada la pasión con que defiende sus hipótesis. Es cierto que, a pesar de su edad, sigue teniendo mucha vitalidad y pone tremenda pasión en todo lo que hace, cosa que le envidio y admiro.
El día de Navidad tuvimos una charla, que fue, como casi todas, la continuación de otra que tuvo lugar la noche anterior. Y así en un encadenamiento de sucesos, fruto de la Ley de la causa y el efecto, a la que él recurre como justificación última de la existencia de Dios.
Yo, claro, no comulgo con eso, y lo digo en todo su sentido literal, pero también en el figurado, si se me permite la alusión jocosa.
Fuimos sorprendidos mientras paseábamos por su cuidado jardín, hablando sobre el bien y el mal, y el origen humano del concepto, cosa que yo defendía. El, y no sé cómo ni porqué, no está muy de acuerdo, aunque al menos le hice dudar y me confesó, horas más tarde, que sigue dando vueltas al tema del mal. 
Yo le contesté que no le dé tantas vueltas, que está todo escrito y que es algo muy viejo y manido.

El momento de la diatriba:


Una vez avisados, saludamos alegremente:



Ah, mi padre. Todo lo que soy se lo debo a él. O casi todo.

viernes, 23 de diciembre de 2016

desvelando secretos, el misterio (II)

A vueltas con el tema de la tracción, hace unos días, en la salida multitudinaria (nueve y hasta diez motos) del fin de semana pasado, tuve un feliz rayo de iluminación cuando durante un rato fui detrás del Lepero. Sí, el Lepero, con mayúscula.
Tiene este señor una BMW F800GS, y es el causante de la entrada llamada " el misterio", del pasado día 14 de diciembre. Iba delante de mí por un serpenteante carril lleno de piedras, algunas roderas duras con motivo de las lluvias, y un constante sube y baja del terreno, y pude ver que a veces apretaba el acelerador y escupía piedras, sabedor de que yo, ese infame o maldito bastardo (inglorious bartard tarantiniano), le seguía de cerca. Lejos de arredrarme, me divertí esquivando las esquirlas lanzadas a mala leche mientras su bicilíndrico imitación de bóxer ametrallaba en un tan rápido como ineficiente explosionar.
Coñas cinematográficas aparte, paso a relatarles mi revelación más reciente. He aquí la curva de potencia de la 690 junto a la de sus rivales. Por la aparición de algunos elementos como la Pegaso o la SM610, deduzco que es de la primera versión de la KTM, la de 654 cc y 64 cv declarados:

Resultado de imagen de curva de potencia ktm 690

También he encontrado esta otra del modelo 2013, un poco más refinada teóricamente, pero aunque los datos no son exactamente iguales (¿acaso lo son los medidos en diferente tiempo y lugar y con métodos desiguales?), es interesante por poder ver con claridad los datos sin interferencias de otras curvas, y comprobar más claro lo que después les diré:

Resultado de imagen de curva de potencia ktm 690

Comprobamos que a 4000 rpm tenemos unos 30 cv, y que sobre las 5000 rpm hay un subidón cojonudo que nos lleva al momento de par máximo, sobre las 5900 rpm.

Visto en las gráficas lo que mi corazón y mi trasero ya sabían merced a las sensaciones percibidas desde el primer día que puse el culo sobre mi LC4, paso a confesarles que en mis rutas traileras, rara es la vez que paso de tres o cuatro mil revoluciones. Sólo si hay pique (sano y jocoso, claro), o un enlace de carretera, paso de esas rpm. Abusar del acelerador en campo no lleva a nada bueno, salvo que se abra el espacio tiempo en forma de pista ancha y recta con buena visibilidad. Esta moto puede correr mucho, y de hecho lo hace a la mínima insinuación con el puño.
Así, treinta caballos son más que suficientes para evolucionar con éxito y garantías por el offroad, y manejar con soltura y dignidad el peso de la máquina.
A 4000 rpm tenemos ya unos 55 Nm de par, que es un 80% del par máximo. El secreto está aquí, más que en la cifra de potencia. Ahora les recuerdo que a 4000 rpm, este motor está ofreciendo 2000 explosiones por minuto que se transmiten en pulsos de tracción. Ir más allá, salvo firme bien compactado y seco, es perder tiempo y gasolina, ¡aunque reconozco que puede ser muy divertido!

Pero como reconozco que la abstracta idea de "diversión" es un inmensurable por la propia subjetividad del concepto, me circunscribiré únicamente a fríos datos numéricos.

Una F800GS, para ofrecer esos mismos 2000 pulsos por minuto, debe ir, como ya deben ustedes de haber aprendido, a 2000 rpm, ya que su motor da una explosión por cada vuelta de cigüeñal. Claro, cada una de esas explosiones las da un anémico cilindrín de sólo 400 cc, que como consecuencia no ofrece mucho poder. Esto es una ventaja y una desventaja al mismo tiempo, según como se mire y se trabaje con ello.

He encontrado esta carta de curvas en la que se compara el motor original con el mismo y un escape diferente:

Imagen relacionada

No está mal la cifra de potencia máxima al motor, aunque a la rueda son 10 cv menos, como vemos en esta otra curva, enfrentada a su rival, la Tiger 900:

Resultado de imagen de curva de potencia bmw f800gs

Pero ésta a continuación es más interesante, pues incluye los datos precisos de potencia y par, y sus rpm, enfrentada a rivales varios:

Imagen relacionada

¿Qué es lo que estamos viendo? Tras analizarlo con cierta concienzudez, lo primero que llama la atención es que las curvas de la 800 son muy irregulares. Los motivos pueden ser varios, pero creo que apunta sobre todo a tema de homologación por ruidos y emisiones que suelen dar lugar a baches a medio régimen en casi todos los motores. Pero es que todas las curvas que he encontrado de este motor parecen una cordillera alpina, más que una ideal meseta o altiplano manchego. No vale la pena lamentarse, lo que hay es lo que hay, y tenemos que jugar con ello, y después, en la práctica, la verdad es que no se nota tanto.

Decía al analizar los datos de la 690, que para luchar en igualdad de explosiones, para tener la misma capacidad de tracción teórica, tenemos que considerar a la 800 funcionando a 2000 rpm... pero es que este motor es tan inexistente a esas revoluciones que en las mediciones ni sale. Increíble.
Siempre se leen quejas y se oyen lamentos por los coceos de los monocilíndricos a bajo régimen. Yo nunca he tenido problemas con este asunto, y además con la KTM, con ese glorioso embrague de mantequilla que tiene, es algo fácilmente subsanable, pero vamos, que una cosa es que haya que dulcificar con el embrague las pistonadas del motor, y otra muy diferente es que el motor muera o sea fantasma por debajo de 3000 rpm. Pero para el caso da un poco igual.
Ya que la 800 no funciona bien a 2000 según los gráficos (que yo creo que sí se puede ir a esas revoluciones, aunque la realidad es que tendremos poca respuesta al puño), igualemos entonces los datos de potencia: ofrece unos 30 cv a alrededor de 3400 rpm. Sus pistones tienen que ofrecer 3400 explosiones por minuto para desarrollar una potencia que en la 690 sólo necesita 2000 explosiones. Estas son las diferencias en rendimiento de trabajo entre un pistón gordo y dos pequeños, básicamente. La ventaja es que dos pistones pequeños se encuentran más cómodos girando arriba que uno gordo, y que por su menos masa (y por tanto, inercias) puede hacerlo más rápidamente, y ya sabemos que si puede girar más rápido, podrá extraerse más potencia final porque su límite físico está potencialmente más arriba. Dicho de otro modo, lo que pierda por abajo, lo gana por arriba.
Pero, ¿es esto una ventaja o un handicap para una moto trail? Después volveré sobre esto.

Siguiendo con el análisis de las curvas, hay un dato interesantísimo: el par. La BMW, con sus dientes de sierra, tiene una media más o menos plana, con dos picos, pero a partir de las 2500 rpm siempre por encima del par máximo de la KTM. Esto es cojonudo. De este modo, a 3400, que es cuando ofrece los mismos 30 cv que la 690 a 4000 rpm, la F800 casi está llegando a su primer pico de 70 Nm. Una pasada. Mucho par. Como la potencia es la capacidad de trabajo en un tiempo determinado, y es el producto de la relación entre el par (que es una medida estática) y las rpm (que implica tiempo), por eso no tiene mucha potencia a bajas rpm, pero eso va cambiando rápidamente conforme suben las revoluciones.
Mucho par, multiplicado por muchas pistonadas... y pronto tendremos problemas. Enseguida querremos cambiar a una velocidad superior para aguantar las embestidas de la rueda trasera que se empeña en adelantar a la delantera. En curvas ya ni hablemos, nos estamos jugando el pellejo.

Una moto como la F800GS, para andar por carretera es cojonuda: una curva de potencia que, aunque irregular, siempre está llena, es predecible, y facilona porque no asusta por su potencia máxima, que mueve con soltura el peso del conjunto. Para el campo hay que hilar muy fino con el gas, estar muy atento a sus dos picos de par, sobre todo al segundo sobre 5000 rpm, cambiar rápidamente a una velocidad más larga, y andar con ojo porque si dejamos que baje demasiado de revoluciones se nos muere.
Hay cosas en conducción offroad que son básicas, como levantar la rueda delantera de un golpe de gas para pasar un obstáculo. Esto, que se hace de manera fácil e intuitiva con una ligera enduro por poco potente que sea, o con una 690 más pesada pero manejable y de patada instantánea (como antaño la XR), en la BMW las cosas se ponen cuesta arriba y es fácil patinar, en sentido literal y figurado. Lógicamente, con superficies más deslizantes como arena o barro, todo se pone más y más cuesta arriba.
Por todo ello, Lepero, eres mi ídolo, y rebajarte a comprar una moto más ligera sería una hecatombe ideológica para nuestro grupo. Aguanta, y si acaso pilla una de esas nuevas Honda 1000, que son muy chulis y, ¡qué coño, moJonda es moJonda! Pero nunca una KTM LC8, eh, que se rompen.


Vuelta extra: el espinoso caso dela Tiger 900.
Sí, espinoso tela. ¿Nunca se han preguntado por qué no hay más por los caminos? Es más barata y mejor equipada de serie que la F800GS, y también un poco más potente, ¿no?

Pero estamos ante el ejemplo vivo del famoso adagio de Pirelli: "la potencia sin control no sirve para nada". Lo que en ruta de carretera es genial, en este caso es una verdadera pesadilla en el inhóspito terreno amarronado.
El tricilíndrico calado a 240º gira a 1333 rpm para ofrecer 2000 explosiones, pero sus pistones son aún más pequeños, unos 300 cc, que los de la BMW, por lo que la potencia que ofrece es prácticamente inexistente, y además viene a coincidir con el régimen de ralentí más o menos. La comparación de posibilidades de uso análogo al de un monocilíndrico es imposible en la práctica, y a medida que va subiendo de revoluciones se torna más y más utópico aprovechar ese potente motor por su falta de capacidad de dosificación y tracción. Como caso extremo, ¿se imaginan un tetra de 600 cc, una trail con motor de CBR600? Inconducible. Espero que estos últimos ejemplos les ayuden más a complementar y comprender lo relatado en la entrada "el misterio".

Y si no, zanjo aquí el asunto. Les doy por casos perdidos. Que cada cual se las avíe como pueda o quiera.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Drive

¿Cómo hacer que conducir sea siempre un placer? Bueno, sinceramente, tal cosa no es posible. Hay tantos imponderables que no dependen de nuestra propia voluntad, que es irreal pensar siquiera en tal posibilidad.

Lo que no quita que, en ocasiones, uno busque su momento. Y otras veces, sin buscarlo, se presente, y es entonces cuando uno disfruta. Las veces que más he disfrutado ha sido cuando no iba a buscarlo. Simplemente se conjugan ciertos elementos: soledad o compañía, el vehículo adecuado, la hora del día propicia, uno poco de banda sonora acorde (nunca mejor dicho)...

Y de repente, esta misma tarde:


Me dirigía a San Bartolomé de la Torre, a una visita que le debía al Hombre que Susurra a las Cometas. Amena charla de todo tipo de temas, comentarios sobre la vuelta al mundo en solitario y sin escalas de la Vendee Globe, un poco de técnica cometera... las cosas propias, con un tazón de café entre las manos y la pequeña chimenea tipo salamandra que calienta el salón.

Buenos momentos, sin duda.

La vuelta, sobre las 21 horas, ya bastante oscurecido, sin mayores incidencias. Un paseo corto, que se hace aún más corto con el maravilloso destechable germano que tantas alegrías me da... ¿cómo diablos pienso siquiera en malvenderlo? ¿Por qué? La inviabilidad económica de tal transacción ha quedado patente, una vez más, con el disfrute de hoy. Porque son estos pequeños viajes, los que surgen sin pensarlo, los que se disfrutan y te cambian la percepción de las cosas. ¿Y qué es la realidad para cada uno, si no lo que percibimos en nuestro interior (sea lo que sea que exista fuera)?

A vuestros cuerpos dispersos

Este es el título de una novela escrita por Philip José Farmer, que ganó el premio Hugo en 1972.

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Se nos cuenta en ella la búsqueda de una explicación a lo sucedido a Richard Burton (un explorador que vivió a principios del siglo XX, y no el famoso actor) tras su muerte, momento en el que aparece en un extraño planeta junto a treinta y seis mil millones de seres humanos, los que se estima que han existido hasta el año 2008.
Todos lo hacen desnudos, sin un solo pelo, y con cuerpos de cuando tenían veinticinco años, mezcladas sus nacionalidades y épocas de origen, sin ninguna explicación. De hecho, si alguien en este nuevo estado vuelve a fallecer, resucita a la mañana siguiente.

La trama se desarrolla desde el punto de vista de Burton, que se obstina en buscar respuestas a las numerosas preguntas que le acosan en su nueva "vida", y navega con un barco rudimentario en busca del origen del río a lo largo del cual se asientan los amagos de civilizaciones que van surgiendo con la convivencia de los resurrectos. La tecnología, como pueden suponer, es inexistente, como lo son la mayoría de las materias primas, y se ven obligados a vivir en forma medieval prácticamente, y cada cual sobrevive como puede.

Este planteamiento, como pueden suponer, abre un abanico infinito de posibilidades a desarrollar, tantos que quizá el autor se ha visto obligado a desechar muchas ideas, y también a no poder desarrollar como hubiera querido las que decidió incluir. Todo apunta a un tipo de novela más de fantasía que de verdadera ciencia ficción, aunque la inclusión de los "Eticos", los seres artífices de tamaña gesta, la investigación de las causas, motivaciones, etc, sí entra en el más ortodoxo campo de sci-fi habitual... hasta que comprobamos que poco aportan cuando por fin aparecen ante Burton, y sólo sirven para dejar muchas puertas abiertas a posibles continuaciones, cosa que el señor Farmer no pudo resistirse a hacer, con desigual éxito, según parece, y es que prácticamente nadie recomienda la lectura de las secuelas.

La lectura se hace amena, por la cantidad de aventuras que surgen, y la inclusión de personajes históricos que dan color a la historia. No está mal desarrollado, y el lenguaje es fácil y poco rebuscado, lo que hace que se lea del tirón. No obstante, se echa de menos un poco más de profundidad, pues ya que trata de asuntos filosóficos, religioso, sociológicos, y antropológicos, lo hace de puntillas.

Pero ganó un premio importante, de los más importantes. ¿Cómo serían los rivales? En definitiva, es mejor que muchos, pero tampoco lo considero un imprescindible. Que lo sepan ustedes.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Ocasión navideña.


Cualquier ocasión es buena para reunir a un grupo de aficionados a lo que sea. Por ejemplo, a dar vueltas en moto por el campo, de forma más o menos civilizada, eso sí.


Lo que se ve al fondo, esas pequeñas montañitas, es Portugal, un paraíso para muchas cosas, deprimente en otras. Cosa que, por otro lado, ocurre en todas partes y a este lado del Guadiana no es diferente.


Tres BMW, dos Yamahas, una Zuzuki y cuatro KTM. No es mal conjunto, motos tan dispares que han pasado por los mismos sitios demostrando sus capacidades, y las de sus pilotos.


Parte de la expedición en el meeting point previo a la salida. Sin prisas, ya que la misión era llegar a Sanlúcar de Guadiana para almorzar, y después volver tranquilamente por carretera.

Sentados en el punto de destino, dos de los tres pedros de la reunión. Detrás de nosotros nos contempla Alcoutin. Se nos ve tristes y aburridos, lo normal.


Tantas motos, tantos kilómetros de charcos, barro, piedras... acaban haciendo mella en la mecánica, y esta vez le tocó a la 800 de Diego. Nada importante, cositas de la electrónica que se subsanaron fácilmente con las sabias manos del ingeniero del grupo. La ironía más grande, un tipo con equipación completa austríaca echando un cable a una bayerische. Las leyendas negras se siembran no se sabe dónde ni cuando, pero los frutos se recogen constantemente en los foros de opinión, aunque yo siempre digo que el movimiento se demuestra andando, y que unos tienen la fama y otros cardan la lana...



Sea como fuere, eso le pudo pasar a cualquier moto, y que fue un asunto de mala suerte, pero el dueño de la BMW estaba realmente contrariado, y enfadado por la actitud del grupo merced a sus últimas declaraciones. Lo achacaremos a cosas de la tensión del momento y un susto más que tuvo a la vuelta.
No todo va a salir perfecto siempre, y los fallos y averías ocurren desgraciadamente. Ponemos a estas máquinas al límite en muchas ocasiones, y es cierto que el 99% de las ocasiones responden a la perfección. No se puede echar por tierra el nombre de un fabricante, o la actitud de un compañero, por un suceso aislado.
Pelillos a la mar.

No comimos mal, entre risas y birras, como siempre. Un poco de fresco sí que hizo, pero el día fue fantástico en general:



Me llevé la gopró, pero no me di cuenta de que estaba en modo de foto continua cada dos segundos, en vez de el modo grabación de video... He tenido que ver más de 2700 fotos casi iguales, para al final hacer una mísera selección que les dejo seguidamente:

Bully y yo anduvimos perdidos del grupo unos kilómetros

Al final nos estaban esperando más adelante. Habían cogido un atajo desviándose del track. El miedo es libre.

Contraluz entre pinos para adivinar a Maqui con su maxi 990 abriendo las aguas. El Moisés del trail.

Un lujo contar con tu compañía, fenómeno!!!

Efecto túnel

Echando una mano a Lillo para subir por una rampita complicada

Se mascaba la tragedia con la 800. La combinación barro+rámpa húmeda en sombra...

Hay que hacer piña

Me uno al pelotón remolcador

Agua en los caminos por doquier, la tónica general





¿Habrá sido la última del año? Quedan pocas oportunidades, es cierto, pero nunca se sabe.

jueves, 15 de diciembre de 2016

impacto

Impactado. Así me quedé cuando por fin la vi en persona. En vivo. En directo.

Y me pareció tan increíble que no me atreví ni a montarme. Cosas raras.



La Triumph Thruxton R, modelo 2016, versión de un clásico que ha sido absoluta y totalmente renovado, me dejó cariacontecido. Una mezcla entre triste y emocionado con toda seguridad, pero sin duda sorprendido. Y es que tengo que reconocer que las instantáneas de catálogo no le pueden hacer justicia: en vivo es un juego de volúmenes y distancias, acabados perfectos y mucha calidad la mires por donde la mires.



Aunque sigo sin comprender la obsesión de la marca inglesa de imitar la forma de los carburadores en una moto alimentada por inyección... No van a engañar a nadie, y deja una sensación de engaño, de juguete para niños o algo así, y lo llevan haciendo desde las primeras Bonnies de la nueva era. Bueno, es un detalle, ahí queda, pero quizá el único defecto que se le puede achacar a un diseño que en todo lo demás resulta impecable.



Su motor, que antaño no llegaba a los 900 cc, ha sido aumentado con muchos anabolizantes, y sube hasta 1200, rindiendo 97 cv a 6750 rpm, y un par de 112 Nm a sólo 4950 rpm. Cifras nunca vistas en una máquina de este porte, y que la meten directamente en la liga de la tristemente descatalogada gama Ducati Sportclasic, que inició esos patrones de estética deportiva retro y prestaciones dignas.
Con unas medidas de 97'6 x 80 mm en cuanto a diámetro por carrera, comprendemos que es un motor de carrera larga, que busca par a bajo régimen, y que por construcción no puede subir hasta niveles estratosféricos de revoluciones que una moto moderna alcanzaría con facilidad. Así, por ejemplo, una Ducati 1198, de igual cilindrada y número de cilindros, tiene unas medidas de 106 x 67'9, y es capaz de dar su potencia máxima de 170 cv a 9750 rpm, con un par de 131'4 Nm a 8000 rpm.
A cambio de sus limitaciones (que sin duda son buscadas expresamente en la mesa de diseño del ingeniero de turno) en prestaciones puras, la Thruxton ofrece suavidad, sensación de motor lleno, una conducción sin estrés, un tacto característico, sonido precioso y una longevidad superior.



Su equipamiento es de máximo nivel, sólo hay que ver la horquilla, o los frenos. En esta última imagen destaca la ruleta de regulación del rebote, pinza monobloque con anclaje radial, discos flotantes, y llantas de radios. Todo esto junto es algo que hoy nadie ofrece en el mercado. La horquilla es una Showa que no tiene nada que envidiar a la de las mejores superdeportivas, con regulación de compresión en alta y baja velocidad. La leche.
Por supuesto, tiene todos los gadgets electrónicos que una moto moderna puede desear, y que hasta hace poco sólo incorporaban las motos R más extremas: ABS desconectable, control de tracción, varios modos de potencia...



El motor. El típico motor Triumph, bicilíndrico en línea, que aporta la máxima tecnología que la marca ha incorporado jamás a su clásica creación. Así, culatas de cuatro válvulas por cilindro, refrigeración líquida (por primera vez), embrague antirrebote, calado a 270º... Ya saben lo que esto significa gracias a la última entrada explicativa sobre la importancia del calado para las sensaciones, sonido y capacidad de tracción, supongo. Les recuerdo que esta maniobra en el cigüeñal asimila sus características a las producidas por un motor en uve a 90º. ¡Magnífico!

La máquina es impresionante, estuve varios minutos mirándola, como niño pequeño que babea frente a escaparate de tienda de juquetes. Al fin y al cabo, es un juguete, pues su tamaño contenido así ayuda a considerarla: parece pequeña, y supongo que lo es. La que contemplé era de color rojo, un rojo cereza claro metalizado impresionante, con su colín monoplaza y todo. Espectacular. Como lo es su precio de 15.300 euros, más cara que la Speedtriple que había al lado, digamos que la versión del siglo XXI de este mismo concepto. Algo increíble e incomprensible, pues las separan décadas de tecnología. Supongo que el marketing manda, y si uno quiere ir a la moda... hay que rascarse bien el bolsillo. Hay otra versión de Thruxton, sin la R, pero es más "vulgar", aunque su motor es el mismo, y lleva todos los aditivos electrónicos citados, pero adolece de suspensiones y frenos del montón, lo que le permite bajar 3.000 euros el precio...

No creo que vea muchas por la calle, y mucho menos en Huelva. Es un concepto no para todo el mundo, aunque reconozco que a mí me entusiasma. Veremos si resiste el momento del paso de la moda hipster, y las scramblers y caferacers se vean como lo que son, verdaderas cosas del pasado.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

el misterio

Para muchos, el comportamiento de una moto es un maldito misterio, propio de conjuros que se guardan en libros escritos desde tiempos antiguos y transmitidos secretamente de maestro a pupilo, siguiendo ritos sagrados inaccesibles a los mortales comunes. Y no.
No es ningún secreto. ¿Acaso creen ustedes que los ingenieros que diseñaron el motor de su gran motocicleta no saben lo que hacen? Bueno, cuando veo algunos productos que llegan a ponerse en venta... empiezo a dudar.
Pero vayamos por partes.

Quiero hablar hoy de la tracción, que es la capacidad de un vehículo (en este caso una moto) para avanzar aprovechando el par motor transmitido por la transmisión, sin que la rueda (en este caso la trasera) pierda adherencia, o lo haga en la menor medida posible debido a las características del terreno por el que se circule. Esta es una definición que me acabo de sacar de la manga y sin recurrir a la wikipedia, buscando un fácil entender de la cosa y no liarme mucho con tecnicismos.

Dejemos a un lado el término "potencia". Lo que mueve a una moto es el par, que se puede traducir como la fuerza que desarrolla el motor al convertir un movimiento lineal (el pistón que sube y baja) en uno circular (el cigüeñal que gira, y transmite ese giro finalmente a la rueda trasera mediante unos engranajes intermedios para desmultiplicar dicho giro). El par se mide en kilos por metro, o también en newtons por metro, aunque al final es lo mismo. Ahora no nos importa mucho esa medida, pero sí importa que lo que se transmite del motor al suelo, a través de engranajes y finalmente la rueda trasera, es una fuerza, y que traccionar se trata, al fin y al cabo, de perder la mínima cantidad de esa fuerza inútilmente, consiguiendo eficacia mediante el avance ininterrumpido hacia adelante.

Okay, espero que con estos presupuestos no les haya estallado la cabeza. Aunque reconozco que alguno ya habrá dejado de leer llegados a este punto, y que a otros les empieza a doler la cabeza, pero joder, leer cuesta, estudiar cuesta más, y transmitir el conocimiento es una tarea que a menudo se torna en hercúlea, y yo reconozco que no soy muy bueno en eso.

Seguimos.

En carretera, asfalto, circuito y etcétera, casi cualquier cosa tracciona, y las cosas sólo se ponen delicadas cuando aparece la lluvia, o llevamos entre manos máquinas muy potentes, o pilotamos en condiciones extremas en las que aparecen otras fuerzas conjugadas con la necesidad de tracción, como la gravedad, la fuerza centrípeta, la inercia en las frenadas, o las transferencias de pesos.

En el campo, donde el agarre siempre es precario por las características intrínsecas del firme sobre el que evolucionamos, el tema de la tracción es mucho más delicado e importante, a pesar de que los usuarios de motos trail parecen ignorar soberanamente la física de lo que llevan entre manos. No obstante, en descargo de los motoristas off-road, hay que alabar el interés ancestral por los motores de un sólo cilindro (por sus características de ligereza y fácil mantenimiento), y más tarde por el paso de los humeantes dos tiempos por unos más complejos cuatro tiempos. ¿Por qué se dio ese paso? Todo está relacionado, como veremos dentro de poco.

Ahora quiero explicar el concepto de "pulso", o "pulsación", que se podría explicar como cada golpe que surge como consecuencia del ciclo termodinámico, derivado de la energía provocada por la explosión en el cilindro del motor. Esta pulsación se transmite a través del motor hasta la rueda en forma de súbita intención de girar, y es tanto más poderosa cuanto más par sea capaz de generar dicha explosión. Es muy fácil detectar estos pulsos, o las explosiones que los generan, cuando el motor está girando a bajo régimen o a ralentí, sobre todo en los motores de un cilindro, incluso en los de dos cilindros. Ya en los de tres y cuatro cilindros es casi imposible para el oído humano distinguirlos, lo que deriva igualmente en las consecuencias que más tarde describiré.

Cada vez que la rueda trasera recibe una de estas pulsaciones de par, por efecto de la tercera Ley de Newton, o Principio de Acción y Reacción (esto no lo voy a explicar aquí, es de física de secundaria y todos deberían saber de lo que hablo), la moto tiende a avanzar, salvo que derrape.
En un motor monocilíndrico, se produce un pulso cada dos vueltas de cigüeñal, o sea 720º de giro. Tenemos así que hay un "empujón" a la rueda, y a renglón seguido un determinado tiempo durante el que el motor no transmite, permitiendo que las aguas vuelvan a su cauce. Este tiempo entre explosiones es determinante para la tracción, porque deja que el neumático se recupere del estrés, vuelva el taco de goma a su posición original, se tranquilice su posición sobre el firme.
Es en este tiempo de descanso donde se encuentra la diferencia. Es fácil sentirlo en la práctica, sobre todo a bajar revoluciones, donde podemos notar cada pequeño empujón que nos da nuestra moto, y podemos ver en la moto que nos precede que va dejando una huella similar a una línea discontínua, fruto de los repetidos pulso-descanso-pulso-descanso.

Hay motores que tienen más o menos tiempo de descanso. Pero no me malinterpreten: todos los monocilíndricos de 4T tienen el mismo tiempo de descanso, que son exactamente 720º de giro del cigüeñal. En los monocilíndricos de 2T se descansa la mitad, exactamente 360º, pues hay una explosión con cada giro del motor. Por esto es por lo que un 4T ofrece más capacidad de tracción que un 2T cuando las cosas se ponen difíciles (barro, arena, piedras, cuestas...). Vale, un 2T tiene otras ventajas, sin duda, pero ahora estamos hablando de capacidad de tracción, y ahí el 4T gana por goleada.

¿Recuerdan cuando en los años noventa, en pleno apogeo de la lucha Doohan-Crivillé, Honda se sacó de la manga el motor Big Bang? En los motores de cuatro cilindros en uve de las 500 2T de la época, a pesar de tener la mejor configuración mecánica para extraer potencia según el reglamento vigente, y prácticamente también para traccionar a la salida de las curvas con la moto inclinada (ya que un motor en V, de forma natural, ofrece unos pulsos "irregulares" que favorecen ese efecto), se llegó a un punto en que la potencia era tal, y entraba tan violentamente, que los ingenieros idearon algo revolucionario: desfasar el calado del cigüeñal para acercar todas las explosiones, y dejar un tiempo de descanso hasta el nuevo ciclo de explosiones. No tengo los datos de calado de esos cigüeñales, que pertenecen a HRC, pero todos nos dimos cuenta enseguida de que algo totalmente distinto había cuando el sonido de sus escapes era muy diferente.

La solución planteada por Yamaha en la R1 de 2009 aplica el mismo principio: el cigüeñal Crossplane, derivado directamente de la experiencia de la M1 de MotoGP, que desfasa los momentos de explosión respecto de un motor normal de cuatro cilindros en línea.

Por todo ello, como consecuencia de lo explicado, es fácil comprender que el mejor motor para traccionar es aquél que tiene sus explosiones más espaciadas, o mejor dicho, aquél que deje más tiempo entre explosiones para que la rueda recupere. Si el motor es pluricilíndrico, cuanto más agrupadas estén las explosiones dentro de un mismo ciclo, más espacio habrá entre cada conjunto de esas explosiones, con lo que se consigue un efecto similar.

En el siguiente cuadro me permito una visión esquemática de los ciclos de los motores más frecuentes en motos de campo y trail. Téngase en cuenta que, salvo en el motor de 2T, en los demás un ciclo completo debe tener 720º, o sea, dos giros completos de cigüeñal, durante los cuales transcurren los tiempos de admisión, compresión, explosión y escape. He tomado que la explosión ocurre a los 540º de giro, permítanme esta licencia teórica, que hará más fácil la comprensión por simplificar (en la realidad, este dato puede variar de un fabricante a otro, e incluso de un motor a otro).


Para que se aprecien mejor las diferencias y ver medianamente claras las diferencias, he encadenado tres ciclos seguidos, es decir, seis vueltas de cigüeñal.
El primer caso es el del ejemplar caso del monocilíndrico 4T, que origina un pulso cada dos vueltas, separando cada explosión exactamente 720º. No hay un motor de 4T que separe más las explosiones, físicamente es imposible, a menos que electrónicamente se configure para que la inyección de combustible o la chispa de la bujía deje de actuar premeditamente (caso de los controles de tracción, que pueden espaciar, o mejor dicho, elegir dejar ciclos sin explosión, en busca precisamente de mayor tracción).
A continuación pueden ver cómo se comporta un motor de un cilindro de 2T. Se caracterizan por ofrecer una explosión con cada vuelta de cigüeñal, el doble que un equivalente de 4T. Precisamente por este motivo pueden ser teóricamente el doble de potentes a igualdad de cilindrada y régimen. Estos pulsos son equidistantes en el momento angular del cigüeñal, ofreciendo, lógicamente, el doble de pulsaciones que un 4T. Deja, por tanto, la mitad de tiempo a la rueda para recuperar la tracción.
El bóxer de BMW calca las características del monocilíndrico de 2T. En el cuadro, el número "1" corresponde a un cilindro, y el "2" al otro. Esto, sin embargo, puede no ser igual en todos los bóxer, que por construcción y diseño podrían tener las muñequillas del cigüeñal desfasadas de modo distinto (en las motos BMW el desfase es de 180º), pero no quiero entrar ahora en estas cuestiones que podrían distraer.
Si observamos la línea de la 800 GS, que es un bicilíndrico paralelo calado a 360 grados, comprobaremos que su entrega de pulsaciones es idéntica a la del bóxer. Esto no es casual, sino un efecto buscado por BMW en su intención comercial de ofrecer el tacto y el sonido de sus hermanos mayores. Aparte, tiene unas ventajas de equilibrado que hacen de este 800 un motor suave y fiable, pero que no tracciona tan bien como otros. El comportamiento tanto del bóxer como del 800 es teóricamente igual al de un mono 2T, con una explosión cada 360º.
En la práctica, y fíjense en esta curiosidad, un mono 4T a 6000 rpm tendrá tantas explosiones como un bóxer o una 800 a 3000. Esto es aleccionador, y nos enseña que a menos revoluciones (y explosiones), mejor tracción.
Seguimos con el motor en uve a 90º. Esta es una configuración que hoy día no ofrece ningún fabricante, aunque sí lo hizo Cagiva con su Elefant de los años 80 y 90. Lo he puesto porque es interesante a efectos de comparación con otra que más adelante verán. De forma matemática, un motor en uve a 90º, con su muñequilla única en el cigüeñal a la que van unidas las bielas de ambos cilindros, produce la explosión del primer cilindro, y una vuelta y cuarto más tarde la del segundo (360+90). Esto hace que la explosión del segundo cilindro se acerque a la siguiente explosión del primer cilindro, dejando un mayor espacio entre los grupos de dos explosiones. Vale, el espacio no es enorme comparado con un bóxer, pero esos 90º se notan, y mucho, tanto en la tracción como en el sonido.
Motores similares en su concepción son los dos que trato a continuación, el V a 75º, que montan las KTM bicilíndricas, y el V a 45º, que llevan las Harley refrigeradas por aire (ya sé que no hacen motos trail, pero veremos más tarde porqué las pongo). Hacer la V más cerrada tiene la ventaja de un motor más compacto, lo que ofrece ventajas a la hora de colocarlo en el chasis y centrar masas. No son tan efectivos como un V a 90º, pero siguen siendo mejor opción que el bóxer, ya que aunque poco, si juntan los pulsos. La medida es pequeña, pero esos 45º y 75º se dejan notar en la práctica más de lo que pareciera.
Traigo a continuación el motor de la Huqvarna Nuda 900, un bicilíndrico en línea calado a 315º. Esta es una solución inédita, a la par que atrevida y, porqué no decirlo, valiente. Implica que la explosión del segundo cilindro tiene lugar antes de terminar una vuelta desde que ocurrió la del primer cilindro, exactamente 45º antes. Fíjense que, en la práctica, acercar o alejar 45º la explosión del segundo cilindro, tiene el mismo efecto, y por tanto, el motor de la Nuda transmite sus pulsaciones como un motor en V a 45º, el de la Harley. Una Harley que subiera de vueltas con alegría, y fuera capaz de girar a 10.000 rpm sonaría exactamente igual que la Husqvarna, ¿no es curioso? Como contrapartida, mientras que un motor en uve a 45º tiene unas sanas características de equilibrado derivadas de su arquitectura de cilindros, el motor en paralelo a 315º es, por definición, todo lo contrario, lo que obliga a introducir en el cárter una tercera biela ciega para equilibrar y suavizar las vibraciones, solución que funciona a la perfección, como ya demostrara Ducati con la Supermono de los 80... pero esa es otra historia de la que ya hablé por aquí hace años.
Pasamos ahora al motor de la nueva Honda True Adventure 1000, un bi en línea calado a 270º. Esta solución no es nueva, la lleva haciendo Triumph décadas, y no en vano las últimas Yamaha Supertenere 750 y las TDM iban caladas igual. Esto quiere decir que la explosión del segundo cilindro se produce incluso antes que en el caso de la Nuda, lo que en la práctica equivale al funcionamiento teórico de un motor en uve a 90º. La idea es cojonuda, magnífica, y si conociera al ingeniero a quien se le ocurrió, le daría un abrazo y un beso. Elimina de un plumazo toda la complicación que tiene un motor en V (doble distribución, muchas más piezas, y ajuste más complicado, amén del espacio robado),  aportando las ventajas de tracción, tacto y sonido del legendario uve a 90º. Claro, como el de la Nuda, debe ir acompañado de algún sistema de equilibrado que lo haga viable, pero eso es algo que no presenta ningún problema. Si se fijan en el esquema, la opción del V 90º y el 270º son las que más se acercan al monocilíndrico.
Y por último tenemos la peor configuración para una moto que va a circular por firmes deslizantes: el tricilíndrico en línea de Triumph en sus Tiger. Lo que en el asfalto puede ser delicioso, no tiene porqué funcionar fuera de la carretera, donde los requerimientos son muy distintos. La suavidad y el equilibrado natural del un tricilíndrico juegan en su contra cuando de transmitir la potencia al suelo se trata. No en vano, muy pocos son los que se aventuran en el off-road con estas máquinas, y la mayoría acaban cambiándolas por otro modelo más práctico y eficaz. ¿Por qué ocurre esto? Podemos ver en el dibujo que las explosiones de sus tres cilindros están espaciadas exactamente 240º entre sí (240*3=720). Esto provoca que sus pulsos se encuentre demasiado cerca como para permitir que la rueda traccione debidamente. El efecto en la práctica es un motor suave, pero demasiado eléctrico en su entrega, sin apenas separación entre sus pulsaciones de par, cosa que se agrava si el motor hay que llevarlo "alegre", pues ya he explicado que a más revoluciones, pero se tracciona. La inclusión de este tipo de motor en la gama del fabricante inglés obedece sin duda a imagen de marca y tradición, más que a eficacia, algo similar a lo que pasa con las BMW.
Quede claro que no es que no se pueda ir por el campo con una BMW o una Triumph, sino que en cuanto la cosa se ponga difícil (barro, arena...), será más complicado evolucionar con ellas, sobre todo comparando con las otras opciones.

Esta entrada la he realizado con dedicación y cariño para mis amigos traileros. Espero que hayan podido comprender lo que quiero transmitir. Todo está en los libros y, en los tiempos que corren, también en la World Wide Web. Se podría hablar muchísimo más sobre este tema, porque me dejo en el tintero otros motores y configuraciones que aunque sí se usan en motos de carretera, no tienen cabida en el mundo trail, sobre todo el Crossplane de Yamaha, que es algo que me encanta, y los V4, el cénit del diseño... buffffff.