viernes, 12 de julio de 2019

Muero por dentro

Muero por dentro, de Robert Silverberg, fue nominada a los premios Nebula y Hugo en 1972, y obtuvo el Gigamesh de 1988. 
Se narra en ella la historia de David Selig, un telépata capaz de leer la mente de quienes le rodean, y las dudas y miedos que le acucian cuando su poder comienza a debilitarse hasta desaparecer. La novela está escrita en su mayoría en primera persona, relatando con intensidad las sensaciones, los temores, una total neurosis que domina su vida y que le ha convertido en un outsider, un inadaptado, un marginal, a pesar de tener una buena formación académica. Otra parte se cuenta en tercera persona, y la línea temporal alterna el presente con saltos al pasado que van hasta su infancia, poniéndonos al día de sus numerosas y curiosas experiencias de descubrimiento y uso de su poder, que es al mismo tiempo una maldición, según cuenta.

Resultado de imagen de muero por dentro robert silverberg

No esperen mucha acción, pasajes espectaculares, emoción a raudales. En cambio, se trata de un viaje sicológico, una autobiografía en la que el protagonista se desnuda contándonos sus íntimas relaciones con otros personajes: peleas, comerciales, amorosas, sexuales, familiares... Incluso se cuenta detalladamente su forma de ganarse la vida, habiendo caído tan bajo como para dedicarse a hacer trabajos a estudiantes universitarios a cambio de unos dólares por página mecanografiada. Una ruina de vida, vamos, para un ser dotado con un regalo excepcional, que contrata ampliamente con la situación de otra persona con el mismo don a quien conoce, que no comparte sus contradicciones morales ni paranoias.

El libro es corto y se lee bien. Es una ciencia ficción extraña, si es que verdaderamente se puede englobar en ese nicho, pero como curiosidad tiene un pase, y no me arrepiento de haberlo leído.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.