sábado, 10 de enero de 2015

Pinos, arenas, barro, carretera... autopista al trail

Un sábado más, y ya se está convirtiendo en costumbre, he salido con el sector de Huelva, del CTA.

Esta vez fuimos cuatro, todos con motos monocilíndricas en torno a los 650 cc, que por eliminación y características propias, se convirtieron desde tiempos iniciales a la creación del concepto en las máquinas ideales para estos menesteres, porque tienen la potencia suficiente para desplazarte por carretera cargado de equipaje si viene al caso, y su peso es contenido para poder manejarlas con más o menos éxito en el off-road.

No pude salir, una pena, pero alguien tuvo que apretar el obturador...
De derecha a izquierda: BMW Sertao, KTM 690 Enduro R, Yamaha XT660R, y BMW xChallenge.

Cuatro motos, cuatro, y las cuatro distintas, como distintos sus jinetes, con diferente experiencia pero con un denominador común: querer disfrutar de la naturaleza a lomos de estas bestias de entre 48 y 63 cv.
Aconsejado por Paco Oliver, el más endurero, le bajé la presión al neumático delantero hasta un punto que yo jamás lo habría hecho... pero los resultados han sido espectaculares. Mi moto ha volado bajo sobre las arenas entre Bollullos, Almonte y Lucena. Jamás disfruté tanto de la arena.
Me llegué a creer Laia Sanz, en serio.
Largas derrapadas en las curvas más abiertas, velocidad mantenida en las rectas serpenteando la parte trasera mientras la delantera se mantenía estable y firme, con seguridad. Ha sido muy bonito.
El bosque de pinos en la zona cercana al Rocío es espectacular. Pinos elevados en un más de arena y sotobosque que hace las delicias de nosotros, zigzagueando por los caminos ancestrales que unen pequeñas localidades y fincas, a la sombra... ahora con tierra más suelta, luego con barro y algún pequeño charco, más adelante terreno firme y de buen agarre. Un poco de todo.


Hasta que llegamos a una trampa de barro. Un lodo pegajoso que hizo que un par de motos tocasen suelo sin mayor consecuencia, y que nos hizo sudar de lo lindo para atravesar los 400 ó 500 metros que eran una auténtica pista de patinaje. Menudo fregao.



En fin, el tiempo se nos echaba encima, hemos perdido un buen rato en el fango, pero llegamos a Lucena por fin. A la salida del pueblo, un poco más allá, cruzamos el río Tinto, un vadeo no muy profundo, pero vadeo al fin y al cabo. El primero que he hecho desde que empecé en este rollo del trail en moto. Por supuesto, con éxito:

Toma ya, y encima chuleando a una mano!!!!

Tras el vadeo vino el incidente del barro. Cuando por fin salimos a la carretera que une San Juan del Puerto con Niebla, y tras un intento infructuoso de volver a Huelva por campo, nos encontramos una valla, ya eran pasadas las dos de la tarde y decidimos volver por carretera y unos kilómetros de autopista a Huelva.
No me canso de repetirlo, me parece maravilloso, increíble, que unas máquinas que nos han llevado eficazmente por todo tipo de terreno, sean capaz después de trasladarme a 40 metros por segundo sin esfuerzo ni problema por la pista asfaltada a dos carriles, en plena sintonía con el resto del tráfico rodado enlatado... solo que muuuucho más molón!!!!

MUAHAHAHAHAHAHAHAH

Al principio dije que lo que nos unía era querer disfrutar, y el objetivo se consiguió con creces.

Prueba gráfica con perspectiva poco agraciada, pero igualmente ilustrativa.