miércoles, 13 de noviembre de 2013

Monster 1200

Lo que faltaba.
Recién presentada en el Salón EICMA de Milán, cita ineludible para presentar las ultimísimas novedades de la moto a nivel mundial, nos llega este, ¿cómo llamarlo?, engendro extraño.



¿Pero que carajo es ello?

Cójase una Diavel (EL HORROR), métanla en una batidora con una Monster 1100 y un motor de 1198... agítese, y a lo que salga lo estrellan de frente contra un muro: tendrán esto que ahora les enseño.



Me acerco a la página web de la marca para investigar la gama 2014 y veo cosas. Para empezar, lógicamente, desaparece la Streetfighter 1200. Quizá la Streetfihgter es una moto que nunca debió existir, como tampoco debió ni debe hacerlo la moderna Mulstistrada. La antigua, en cambio, la veía más lógica, aunque su hueco lo suple con creces la actual Hypermotard.
Diavel, Multi, SF, son motos que, como la horrible ST, nunca debieron pasar de la trasnochada mente de algún atolondrado diseñador a la cadena de montaje. Son las cosas que tiene que un grupo inversor que no se dedica a las motos hubiera adquirido la marca.
Desde que el grupo VAG compró Ducati, muchos estábamos esperando cuál sería el primer movimiento.... y ahora vemos que nuestros temores se confirman.
Poco a poco me vuelvo más y más y más talibán en cuanto a lo que era, es y debe ser en el futuro Ducati.

Me niego a colgar aquí más pictogramas de semejante bodrio del diseño, que debe pasar a formar parte de un archivo que se llame "lo que nunca debe hacerse, y mucho menos por parte de un fabricante italiano de motos deportivas".
A ver, es que no sé por dónde empezar. Simplemente el aspecto visual mastodóntico con toda la masa desplazada exageradamente a la parte delantera, ya es para de un gusto dudoso. Da pena ver cómo los japoneses y el resto de las marcas europeas hacen cada vez diseños más puros y atractivos mientras Ducati se pierde en no sé qué caminos extraños.
La distancia entre ejes, propia de una Harley Softail; suspensión trasera sin bieletas; escapes retorcidos de aspecto custom; un radiador que parece una gárgola colgada en una catedral levantada en honor al mal gusto, en vez de para idolatrar al dios de la velocidad y la belleza sobre ruedas que debe ser cualquier cosa parida en Borgo Panigale... son sólo algunos aspectos que salen a bote pronto de un rápido vistazo.

Prefiero no seguir comentando esta atrocidad sin sentido alguno. Todavía habrá quien la defienda, incluso quien la compre, porque está claro y la historia lo demuestra: hay gente para todo y no hay más ciego que el que no quiere ver.

Esa moto es una auténtica mierda. Y punto. Pero, claro, ¿qué se puede esperar de alguien que diseña los coches con menos alma del mercado...?

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