Con ciertas reticencias después de una tarde/noche de copas y desenfreno alimenticio, esta mañana me dispuse a dar una vuelta. En principio vuelta de reconocimiento y, al primer tapón, zurrapa. Me encuentro con este desbarajuste en una pasarela larguísima que sirve para sortear y hacer practicable una zona de arena de playa pegada a la laguna de El Portil:
Parece que la están arreglando, pero lo curioso es que al principio del camino no había ningún cartel o señal avisando de esto. De modo que he tenido que dar la vuelta y perderme por cualquiero otro de los cientos de caminos que hay por la zona.
Ha sido una verdadera gozada disfrutar de un día perfecto en cuanto a temperatura y sol, consistencia y agarre del piso, todo verde, con charcos por aquí y por allí...
Pocos kilómetros, pero suficientes para mí, después de un día poco loco el sábado, y dos tardes seguidas de kitesurf en condiciones salvajes el jueves y el viernes.
La pierna me dolía un poco al principio, y no dejó de quejarse hasta que calentó bien después de 6 u 8 km. A partir de ahí todo fue perfecto.
Como no iba con el rollo racing habitual, aprovecho estas cortas y tranquilas salidas para observar el entorno, e incluso he podido tirar un par de photos:
La Chameleon, como siempre, estuvo perfecta, ideal: manejable, razonablemente ligera para el tipo de bici que es, y además bonita. Me ha gustado mucho la goma trasera, una Maxxis Crossmark, que tracciona decentemente en los pocos terrenos embarrados que he pasado a pesar de su taqueado junto y rodador por el centro. Ningún problema en curvas, y la rueda delantera iba por un rail, pero claro, es que la Kenda Nevegal es un neumático genial, y con eso no voy a descubrir la pólvora ahora.
Ahora viene una época de poco viento, y espero viajar menos los fines de semana, de modo que pueda recuperar la forma bicicletil y disfrutar de esos singletracks que inundan la zona.
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