domingo, 15 de marzo de 2020

Confinado

Sábado y domingo, 14-15 de marzo.
Se establece el estado de alarma en todo el país. Con no poco retraso y problemas en la negociación y redacción del decreto que lo establece, según rumores por desavenencias con catalanes y vascos, y exigencias marxistas de los ministros comunistas, a las 21:00 horas del sábado nuestro Presidente Sánchez comparece para anunciar y explicar las medidas encaminadas a controlar el avance del Covid-19.

Resultado de imagen de pedro sanchez estado de alarma
Ofú, la que te ha caído, Pedrito...
A pesar de que las restricciones se hacen operativas a partir de la publicación en el B.O.E., y efectivas a partir de las 0:00 horas del domingo, en nuestra casa el sábado ya no pusimos un pie en la calle, siguiendo todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias. La obra que tengo enfrente de mi casa tampoco tuvo actividad, y eso sí que fue novedoso, pues todos los sábados empiezan a martillear a las ocho en punto y no paran hasta la una o las dos de la tarde. El derecho al descanso no es igual para todos.
Eso implicó una buena sentada leyendo, viendo un par de películas, navegando por la red... No me aburrí, lo conseguí, pero me acabó doliendo un poco la espalda. Estoy mayor, no es bueno tanta pasividad, tanto sedentarismo.

Amanecemos el domingo, verdaderamente el día uno en que estamos viviendo una situación única en nuestra historia y en nuestras vidas. Yo tengo proyectos y cositas pendientes, tela, y no me quedará hueco para el aburrimiento, pero sí me toca un poco la moral no poder salir a montar en bici, en moto, o simplemente a pasear. Hay que hacer ejercicio, sea como sea, y además de unas series de flexiones y estiramientos que habitualmente hago, Espe, el Limitador, me ha recordado que tengo en algún lugar de la buhardilla mi rodillo. WOW!!! Después de cinco días sin tocar un pedal, ni me lo pensé. He enganchado la flaca en el trastero, y con los auriculares y un poco de música cañera he estado cuarenta minutos, obligándome. 
No recordaba lo duro que es el rodillo: siempre hay que empujar, no hay momento para el descanso, hay que vencer una resistencia, aunque sea leve. En la bici real hay cuestas hacia abajo, y te da el aire refrescante, juegas con el equilibrio dinámico, el paisaje cambia, el rodar es más fino.
Pero el rodillo, ay amigo, encerrado en un zulo sin ventilación, el calor sofocante, el sudor constante que pronto empapa la toalla que pongo sobre el manillar y el cuadro para protegerlos, y forma un charco en el suelo; el sonido zumbante del rodillo; la postura (en la carretera, y sobre todo en el cambio, se cambia de postura según las circunstancias del trazado)... pero sobre todo el agobiante calor, los chorreones de sudor, la intensidad del entrenamiento, son pruebas difíciles de superar y que llevaron a que, en su día, lo escondiera en un oscuro rincón dentro de un armario, lejos, donde nunca lo viera.

Auto-instantánea en el apogeo sudoroso y peludo:



Bueno, hoy domingo, después de la siesta, me doy cuenta de que la falta de lluvias, las fechas en que estamos, y las prohibiciones de circulación, dan al traste con lo que queda de temporada de moto de campo. Daño o consecuencia colateral, qué más da. Bajo al garaje y limpio el filtro de aire de la KTM. 
Tantas horas para pensar... ¡Hay que mantener ocupada esta cabecita! 

Un par de ratos leyendo, navegar de nuevo por interné, redactar esta entrada, salir al balcón a aplaudir a los sanitarios por segundo día consecutivo. 

Estamos vivos. ¿Alguien lo dudaba? Aunque menos libres, eso sí. Pero hay que aceptarlo.

2 comentarios:

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