sábado, 29 de diciembre de 2018

No tengo boca y debo gritar

Harlan Ellison nos regala este cuento publicado en 1967 (ojo a la fecha), que ganó el premio Hugo el año siguiente.

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Y digo que es importante tener en cuenta la fecha en que se escribió y publicó, los años sesenta, dado su argumento: En el relato se cuenta cómo una computadora militar (AM, tomado de I think, therefore I am, inglés para pienso, luego existo) toma consciencia de sí misma y decide acabar con la especie humana mediante un holocausto nuclear, rescatando únicamente a cinco personas, cuatro hombres y una mujer a los que mantendrá con vida y presos en un laberinto solo para torturarlos como venganza contra la humanidad por haberla creado. Los cinco humanos se ven condenados a una existencia horrible. AM los dota de vida inmortal, los alimenta con los imprescindible para sobrevivir, envía criaturas de pesadilla para que los atormenten, y evita con su poder que puedan suicidarse para dar fin al sufrimiento al que son sometidos.
Pensar en aquel momento histórico en una trama tal, tan sencilla como novedosa, aunque hoy nos parezca algo obvio, es de tener una gran lucidez y visión, porque ¿quién tenía entonces una computadora? ¿Cómo se podía pensar en una red?

Como dato curioso, Ellison afirmó que Skynet, la máquina que toma conciencia de sí misma y lidera la guerra contra los humanos en la saga cinematográfica de The Terminator, está basada en su visión del ordenador AM de este relato, y tras demandar al estudio productor de la película, en todas las versiones posteriores de la misma aparece su nombre en los créditos, ya que el argumento se «inspira» no solo en este relato, sino en otros dos más escritos por él.

Ahí queda el dato. El trabajo escrito se lee rápido dada su intensidad, su violencia, y nos deja un final un poco feo para nosotros, los seres humanos... Tómense un rato para hacerlo.

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