sábado, 10 de noviembre de 2018

El pantano

El objetivo era explorar la zona del pantano de Beas para enlazar dos rutas. Perico, siempre atento al terreno que rodea una finca familiar, me condujo en un día propicio para la práctica del todoterreno en moto, adentrándonos en zonas parcialmente ignotas.


El objetivo se cumplió más o menos fácilmente, y su cara de satisfacción era patente. La luz del día se abría paso entre nubarrones espesos, que se fueron tupiendo más y más a medida que iba pasando la mañana, llegando a crecer en mí la sensación de que en cualquier momento podía caer una de esas potentes lluvias tormentosas, cosa que finalmente no ocurrió.

Belleza de parajes sin fin en toda la zona que va desde Beas hasta Valverde, centro turístico-endurero de la provincia sin duda. Nosotros vamos en plan light, pero hacemos algunos pinitos con nuestras capaces monturas.


Pasamos junta a alguna dehesa dedicada a la crianza de ganado, y más tarde nos adentramos en pistas cercanas a la zona del Manzanito, cosa que no es que me quite el sentío, pero da acceso a otras rutitas entre cortafuegos y rampas, curvas y vadeos de arroyos. Bastante divertido.




Tras cuatro horas de pelea con las ruedas de tacos y la potencia de las austríacas, Perico y servidor separamos nuestros caminos a la altura de La Peñuela, desde donde volví directo a Huelva y él seguiría investigando, en su afán de preparar una ruta (que seguro será recordada en el futuro memorablemente) para el grupo. 
Feliz, cansado, harto de moto. Aún así, por la tarde, todavía me quedaron ganas de seguir castigándome en forma de carrera a ritmo leve durante 40 minutos. Me hago viejo, pero me resisto.

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