martes, 5 de junio de 2018

mantenimiento periódico (I)

Como cada temporada, cuando llega el calor y las excursiones por el campo quedan vetadas, es el momento de hacer tareas para la conservación en buen estado de la máquina.
Ya cuenta con casi 18.000 km, y nunca se le hizo reglaje de válvulas, cosa que aunque el fabricante recomienda hacer cada 10.000 km, el taller autorizado al que religiosamente he llevado anualmente mi KTM no ha considerado oportuno llevar a efecto, limitándose a cambiar aceite y filtros. 

Me dispongo, poco a poco, con mis medios, a realizar las siguientes tareas:
- la referida comprobación de la holgura de válvulas
- cambio de bujías
- limpieza filtro de aire
- cambio de aceite y filtro, y limpieza de tamices metálicos
- limpieza y engrase de bieletas de suspensión
- cambio de líquidos de freno y embrague
- revisar nivel refrigerante

Aparte, como voy desmontando cosas aquí y allá, aprovecho para limpiar bien todo, comprobar apriete de tornillos varios, y echo un vistazo general por si veo algo raro.

Ya he limpiado el filtro de aire de espuma que llevo para la temporada campera, cosa que no reviste ninguna especialización: introducirlo en una solución de agua con unos polvos que disuelven el aceite impregnado, dejar secar, y volver a impregnar de aceite para filtros de aire.

Para seguir, he comenzado lo de las válvulas, después de leer con atención (varias veces) el manual de taller de la moto, visionar algunos videotutoriales en youtub, y consultar foros. Es la primera vez que acometo tal empresa, y todo comienza por desmontar lo que estorba: asiento, cachas delanteras, caja de filtro de aire, y diversos manguitos del sistema SAS (cuestiones ecológicas), todo por ese orden. Así llegamos a la tapa de balancines, que una vez levantada nos deja esta vista:


Ahora hay que coger unas galgas para medir el espacio que hay entre los empujadores de los balancines y los platillos que sujetan los muelles de las válvulas. Esa distancia, idealmente, debe encontrarse entre los 0'07 y 0'13 mm. Pues bien, las válvulas de escape arrojaron una holgura de 0'13 una, y 0'15 la otra, mientras que las de admisión ha sido imposible introducir la galga más fina que tengo, no hay espacio alguno: es lo que se llama "tener una válvula pisada", cosa nada bueno. Deben estar muy poco pisadas, porque no hay pérdida de prestaciones, detonaciones, arranca bien en frío y en caliente, y ralentiza a la perfección. Pero hay que subsanarlo imperativamente. 

Me llama mucho la atención que en la última revisión, el año pasado, con 12.000 km, no se revisara este punto crucial, lo que dice mucho (o muy poco, en realidad) del taller autorizado donde la he ido llevando desde que la compré, hace tres años. La moto no me ha dado más que alegrías, como ustedes, lectores de mi bloc, ya deben saber, y la contrapartida es la llevanza de un matenimiento un poco más exhaustivo que en otras máquinas. 
Bueno, puede ser contrapartida o no, como en mi caso que, al ser aficionado a la mecánica, estoy disfrutando de este proceso como un niño con un juego de Lego en Navidad. 

Me siento libre para hacer este trabajito, y feliz de poder contarlo. Espero que llegue a buen término y ustedes lo vean aquí prontamente.

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