sábado, 6 de enero de 2018

Riders on the storm

Y aunque la espera me desesperó, mientras otros llevaban ya horas disfrutando del frente de baja presión que penetraba desde el Oeste, fue salir de la oficina, llegar a paso muy ligero a casa para comer algo, y salir pitando con un par de kites y la Skater para montarla en la tormenta. 
Su primera tormenta, que se ha saldado con varios gritos de emoción y alegría, de velocidad, de voladas, recortes, espuma y amor. Amor al viento y al agua. Amor a la vida. Amor a la libertad. 

La viva imagen de la felicidad ha quedado impresa en mi memoria para darme fuerzas y ánimos hasta la próxima borrasca.



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