domingo, 12 de marzo de 2017

Valverde

Lillo estaba teniendo problemas últimamente con su XT660, a la que está poniendo al límite de sus capacidades. A veces nuestras rutas trail se endurecen un poco, y no nos damos cuenta. Vamos a buenos ritmos... y no es lo mismo una KTM 690 que una Yamaha XT.
Ha tenido que cambiar una bieleta de la suspensión trasera para levantar la moto de atrás, y así no golpear el guardabarros con la rueda al hacer tope. Había roto dos guardabarros en muy poco tiempo. 
Ahora su moto está más levantada, y se ha vuelto más juguetona. El se anima fácil, y nos tenía preparada una ruta que... para empezar nos metimos en este berenjenal que parece salido de la selva virgen del Amazonas:



La idea era llegar a Pozuelo, una pequeña localidad aledaña de Valverde del Camino. Por aquella zona, cuna del enduro más auténtico, abunda lo montañoso, riachuelos sin fin, muchas cuestas, y buen terreno.
Estas imágenes parecen tomadas en los Alpes:


Se nos ve muy contentos, y es que lo estábamos pasando de fábula:


En Valverde decidimos desayunar, un poco tarde, casi a las doce del mediodía. Se ve que nos habíamos entretenido más de la cuenta, y las tostadas con buen jamón de la pata nos sentaron de lujo.
Decidimos a partir de ahí abortar el plan inicial de seguir hacia el Norte para llegar a Pozuelo, y en su lugar pensamos en tomar hacia Gibraleón, vía Fuente la Corcha, por una ruta muy divertida que está llena de curvas, buena tierra, muchos charcos muy largos que alguno nos lo pensamos bastante para atravesarlo...

Pero todo salió bien. Al final, el lavado de la moto pertinente con los comentarios oportunos, y deseando repetir estas experiencias.

¡Qué sensación de libertad, de volar, de placer!

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