lunes, 13 de junio de 2016

la iglesia

El kiteboarding es como la iglesia: muchos asisten, pero son pocos los que comprenden.

A decir verdad, eso ocurre con muchas cosas. De hecho, ¿por qué no?, yo mismo me puedo considerar un mero asistente ensimismado (¿enmimismado?) en sus propios pensamientos y divagaciones cuando se supone que debo atender a lo que el predicador de turno nos está revelando.

¿Por qué es así? Bueno, cada cual tiene las motivaciones que tiene para asistir a misa, entiéndase de forma metafórica, claro. 

El ciclismo es un caso análogo, o montar en moto, o ir a votar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.