martes, 3 de febrero de 2015

El placer de navegar en casa

Hace mucho tiempo, en mis inicios, creo que la primera vez que navegué en la Culata, aquél que me introdujo en el arte-deporte del pandorguismo, Luiky, me lo dijo. Que El Portil era un paraíso. Que él había estado en medio mundo navegando...  y que allí había de todo. Que un día bueno en El Portil no tiene precio.
Entonces creí que era un exagerado, el típico huelvano de "mi tierra es la mejón"... Pero el tiempo le ha dado la razón. Todo esto teniendo en cuenta que yo no he navegado por medio mundo, sólo por la costa occidental de Andalucía y parte del Algarve.

El Portil puede enamorar, en serio. Ayer tuvimos una tarde realmente gloriosa:
Mar tranquilo cerca de la orilla y en cien metros para adentro. Olas al fondo. Con la marea baja todo esto se amplifica.
Hay otros paraísos en la costa cercana que pueden tildarse de lugares únicos, como Tarifa (hasta cierto punto, porque ya he hablado anteriormente de lo que es y de lo que en verdad no es Tarifa), Isla Canela o Faro. Enclaves que comparten un fáctor común: ofrecen distintos escenarios al mismo tiempo, y sobre todo son cambiantes según la marea del momento o la componente del viento que sople.
A mí me gusta mucho El Portil, cada vez más, por que tiene su punto salvaje (que creo no tiene Isla Canela, por ejemplo) con esa isla que surge del agua con la bajamar, aquí plano y allí olas, y mucho espacio para navegar a tu antojo. Pero sobre todo porque lo tengo al lado, y eso es un lujo.

El final de la tarde, espectacular como siempre.
Una persona que también conocí a través de Luiky es Jesús Vigueras, un joven que lleva un tiempo aprendiendo a hacer windsurf, pero que lleva bastante navegando en barcos dignos de ese nombre. A vela, claro, de otro modo no es navegar. Este ha sido el que me enseñó lo de "el tiempo que se pasa navegando no se descuenta del resto de tu vida.....es tiempo extra...".
Bueno, quizá es una exageración, producto de la exaltación del espíritu tras una buena navegada.

Fin de fiesta con colacao doble y un par de tostadas para reponer calorías. Agotados, pero MUY contentos.

Ah, el placer de navegar en casa....como una vez tituló Antonio Abellan: