viernes, 1 de noviembre de 2013

trail

Deseando llevo varios días ya de estrenar las nuevas gomas, Mitas e09, en mi GS Sertao.
Mejor día no podía ser: fresco pero no frío, poco tráfico en carretera y montaña, estoy en plena forma, y me pasé casi cuarenta minutos anoche para trazar una mini-ruta buscando en gúguel earz y wikiloc.

Dicho y hecho, me levanté esta mañana cuando mi cuerpo lo quiso, tranquilamente desayuné, y después de unos breves preparativos tomé dirección aljaraque, tranquilito, para ir calentando la máquina. Por la carretera del cementerio enlazo con una pista ancha, bastante lisa, y en su mayor parte con suelo bien compactado y algo de gravilla suelta, donde doy rienda suelta y puedo catar los tacos en la moto por primera vez. Todo correcto, muuucho mejor que con los Metzeler Tourance de serie, demasiado enfocados al uso por carretera.


Alguna que otra recta bastante larga donde dar rienda suelta al caballaje del aparato... Buena tracción y estabilidad. Nada de flotación del tren delantero como sí ocurría con los Tourance, y frenada más que aceptable, bastante sorprendente.

Llego a Gibraleón, y cojo por un camino que sigue el curso del río Odiel hacia arriba, quiero decir hacia su nacimiento. Al principio es un singletrack, pero luego se va abriendo, y a ratos cabe un coche, a ratos la vegetación ha ido comiendo espacio.


La seudocámara del gayfón impide captar la esencia del momento, pero aunque no lo sepan, ahí está el Odiel.

Voy disfrutando del revirado trazado, con subidas y bajadas, todo en segunda y a veces tercera velocidad.


Mi intención era llegar hasta un puente unos kilómetros más arriba, cruzar y seguir por pistas más abiertas hacia San Bartolomé de la Torre, peeeeero:


En efecto, una puerta con alambre de espino y todo, cerrada a cal y canto con candado incluido. Lo curioso es que el camino que me ha llevado hasta ahí no va a ninguna otra parte, no enlaza con nada, ni lleva a fincas ni cosas así. Ya podían advertir, kilómetros atrás, que el camino estaba cortado. He pasado por tres vallas como esa, abiertas de par en par, hasta llegar aquí. Me ha extrañado bastante, porque desconozco por dónde se podrá cruzar al otro lado... desde luego que cerca de ese punto no es, y un vadeo es imposible.

Así de triste se quedó la BMW:


En fin, media vuelta y patrás. Tendré que trazar una ruta alternativa por la margen izquierda, o buscar cómo seguir más hacia arriba a ver qué me encuentro. Pero eso tendrá que ser dentro de dos o tres semanas.

Me ha gustado mucho el paseo de hoy, a ratos rápido, a ratos más técnico. La moto se ha comportado bien, y no me he cansado apenas. Las ruedas de tacos aportan una nueva dimensión a la experiencia de conducir una trail, y es que hasta por carretera van bien!!!

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