viernes, 8 de febrero de 2013

Persiguiendo Mavericks

Brenda y Frosty, sobre Jay:
- ¿No entiendes, verdad?
- ¿Qué?
- Jay toda su vida te ha admirado. No te das cuenta de lo mucho que te necesita.
- ¿Quieres que le enseñe a montar esa ola? ¡Es un niño! No entiendo qué quieres.
- Jay de todas formas lo hará.¿Lo entiendes? Ni la muerte lo detendrá. Como a tí...


En otro momento, Brenda, su esposa, le dice a Frosty: "No todos ven el Mundo con tus ojos, tienes que tener paciencia".

Brenda y Jay, sobre Frosty:
- ¿No sufres demasiado?
- No, sufre más él.
- ¿De veras?
- A veces, cuando en la vida te han pasado muchas cosas, te vuelves muy severo contigo mismo.
- ¿De veras tienes quince?

Y durante más de media película, la trama se va desarrollando como una peli más sobre surfers, el veterano que enseña al novato, alguna pequeña historia de amor adolescente, los traumas de uno y otro por un padre que no estuvo allí... Pero sucede algo, algo totalmente inesperado -al menos yo no lo esperaba de ninguna de las maneras-, y se produce un giro importante. A partir de ahí hay algunos momentos interesantes emotivamente hablando. No quiero hacer un spoiler de esta breve review, pero sólo resta decirles que Chasing Mavericks no es una peli de surf al uso, ni por los actores, ni por la historia -o historias-, ni por las especiales olas de que se trata.

Es la historia de un proceso, de una metamorfosis, de un camino. Porque, como casi siempre, el camino es lo que importa. El camino.

Post scriptum: a destacar la banda sonora, con perlas tan maravillosas como los temazos de Butthole Surfers -atención al nombre del grupo!!!- o los legendarios Dinosaur Junior.

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