miércoles, 5 de septiembre de 2012

Summer ending


Martes, 4 de Septiembre. Un simple gayfón, diseñado en California y ensamblado en China, es capaz de extraer tamaña guapeza de un sunset en La Canaleta, la única playa frecuentada por mí este año.
Alrededor de las 21 horas, en el seno de una tarde más que magnífica en lo tocante a temperatura, brisa, humedad relativa, por no hablar del agua: por fin casi transparente y de una templanza sin igual en toda la temporada.
Estuve largo rato disfrutando en soledad de momentos de relax haciendo el muerto en la superficie, deslizándome por la profundidad a ras del arenoso fondo a metro y medio más o menos, y dándome de leches intentando ponerme de pie sobre la tabla de surf de mi hijo que, obviamente, no está diseñada para aguantar ochenta kilos de puro músculo con olas de treinta centímetros...

Post scriptum: la prolongada ausencia de la influencia de Eolo en estas latitudes hace mella en mi inquietud. Deseo, ardo en ganas, desespero por planear sobre el agua salada arrastrado por un mínimo de doce o trece nudos.

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