domingo, 23 de octubre de 2011

DEP

Casi al final de una temporada atípica, desigual, horrible en muchos aspectos, esta mañana ha tenido lugar un trágico desenlace.
Todos mis lectores sabrán ya de ello, y en un principio estuve tentado de no hacer una entrada al respecto. Pero por desgracia ya he podido leer comentarios crueles, despectivos, inhumanos. Y no me cansaré de repetir que uno de los grandes problemas que tiene nuestra sociedad, si no el más grande, es la falta de humanidad.
Marco Simoncelli nos ha dejado. Una caída que ha sido un calco de la mía hace ahora casi ocho meses lo dejó tirado sobre el asfalto de Sepang poco después de las diez de la mañana, hora española.
Ya dejé clara mi visión de este joven de 24 años en una entrada el 16 de Mayo pasado. Cinco meses después he tenido que reprimir las lágrimas para que mi hijo Manu no me viera llorar.
Para mí ha sido fuerte ver esto. Mucho. Joder, si es que hasta mi madre me ha dado un abrazo prolongadísimo cuando me ha visto.
Un comentario de mi colega Julen en la entrada de marras me ha animado a escribir estas líneas a modo de desahogo, y refrendo, repito y valoro muchísimo sus palabras:
 Era un puto crack, con el gen y murio tratando de levantar la caida.

Marco en 2008, ganando el Campeonato del Mundo de 250 cc.

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