martes, 23 de agosto de 2011

Watch talk

Bueno, bueno, bueeeeeno. Hoy les hablaré de uno de mis relojes favoritos. Este ejemplar me ha acompañado en innumerables sesiones playeras, windsurferas, bodiboarderas, y bodysurfers. En cambio, no ha catado piscina apenas.
Se le supone una sumergibilidad de 200 metros, lo cual nunca comprobaré más que nada por un terror ancestral a la oscuridad, el frío, a lo desconocido, y a que haría falta escafandra o equipo de respiración autónomo análogo.


Se trata de un Swatch Irony Scuba 200 Hydrospace de 1998. Me lo regaló mi limitador, con gran acierto, ya que me encantó desde el primer momento: huía de la estética plasticosa, débil, enclenque, de los Swatch al uso, y tenía, entre sus principales características, una caja de aluminio bastante gruesa y resistente -doy fe, por los innumerables porrazos que el angelito se ha tenido que tragar-, y un cristal mineral extremadamente abombado que hace que el reloj sea aún más tocho.
La correa, eso sí, era gruesa y ancha, como buen reloj de buceo, pero la calidad de su material era el mismo que el de los otros trescientos ochenta y seis modelos de plástico barato de Swatch, por lo que adoleció del mismo problema que todos los Swatch plasticosos de variados colorines: con el tiempo tiende a perder elasticidad, se cuartea, cambia de color oscureciéndose, y termina partiéndose. Añádase que el fabricante suizo no vende repuesto para el Scuba 200...
Por ello, mi adorado suizo pasó a ocupar su sitio en el fondo a la izquierda de mi cajón relojero, y ahí ha estado varios años hasta que, oh, sí, casi no podía creerlo cuando encontré en la eBahía una correa que se adaptaba a mis necesidades, pero construida en longevo aluminio. Ayer mismo se la instalé y quedé bastante satisfecho con el resultado.
Aquí una toma semilateral para que puedan apreciar el grosor del bicho:


El objeto tiene un diámetro de caja de 44 mm sin contar la corona -la cual es grande y fácil de manejar-, y un grosor de casi 17 mm, lo que es mucho, y en gran parte debido al cristal domed. El bisel es giratorio, algo obligado en un diver, pero en algún momento de su vida perdió el muelle o mecanismo que hacía "clik, clik", con lo que ahora gira un poco loco. No me causa gran estrago, porque mi capacidad de inmersión no va más allá de seis o siete metros, y por tanto no tengo que tener en cuenta tiempos de descompresión ni ná de ná. También se despegó el puntito luminoso, qué se le va a hacer.
Sí, el reloj es de cuarzo, no automático, y cuando desmonté la pila para cambiársela resulta que era de la marca Seiko. Sin comentarios.
En resumen, que esta pieza es un poco especial para mí, rara de ver entre los aficionados a los Swatch y también entre los coleccionistas de divers, que suelen tirar más para Seiko, Rolex, Omega, o marcas más desconocidas para el público general y que ahora aquí paso de enumerar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.