jueves, 11 de agosto de 2011

Budismo, mecánica, monos y héroes

He finalizado,  por fin, la lectura del libro que me ha tenido entretenido los últimos días: “Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta. Una indagación sobre los valores.”
Ahora, mientras escucho The day the world went away, de Nine Inch Nails, me reafirmo en la idea inicial de que el librito es un bodrio. No sé porqué se le ensalza, si es que en verdad se ha ensalzado en los EEUU desde hace casi treinta y cinco años, ya que eso es lo que dice la publicidad sobre él.
Un tal Pirsig lo escribió en los años setenta, y la verdad es que el libro no trata ni de Budismo, ni de mecánica, ni tampoco se trata en profundidad el asunto peliagudo de los valores. Ni siquiera es una novela al uso.
Mi función ahora y aquí no es hacerles un resumen de ello, ni desbrozarles el argumento, si es que tal cosa existe en la obra. A mitad de camino entre un tratado de filosofía, a veces intrincado, a veces demasiado básico, y una novela con un road trip como eje central, no hay manera de que enganche, y lo he terminado por mis cojones. Así de claro. No se lo recomiendo a nadie, óbvienlo de sus intenciones de adquisición. No sirve para nada.
Ahora, de inmediato, paso a narrarles que he visionado tanto El origen del Planeta de los Simios como El Capitán América. Ambas cintas aún en cartelera, las considero realmente prescindibles. La primera tiene algo de mérito en cuanto a que todas las imágenes de simios son realizadas por ordenador, y son millones de fotogramas. Muy conseguido técnicamente, aunque la historia no emociona lo más mínimo. Una más que se apunta al rollo de las precuelas, que uno se va hartando ya de tanta tontería.
En cuanto al asunto del fetichismo nacionalista del CA, ¿qué decir? Un mojón en cuanto a los efectos especiales, y decir eso de una peli en el 2011 tiene tela. Por lo demás, es justo lo que uno se puede esperar a poco que conozca el Universo Marvel.
Por cierto, que entre los trailers previos a este último filme pude contemplar, horrorizado, uno de un estreno que se aproxima, The amazing Spiderman. ¿Otra versión más? Y también de otro remake de Conan, el Bárbaro, así como de una nueva visión de Los Tres Mosqueteros.
Me voy a cagar en la puta madre de alguien. ¿No habrá guiones interesantísimos, historias maravillosas que contar, que hay que rehacer lo mismo una y otra y otra vez? Es deprimente. Luego, algunos se preguntan el porqué de la caída de la industria del cine.
El origen del Planeta de los simios: suficiente alto, casi bien.
El Capitán América: suficiente.

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