viernes, 22 de julio de 2011

El éxito lógico

En su día tuve ocasión de conducir un coche que con el paso de los kilómetros y el tiempo he aprendido a alabar, a respetar, a comprender.
El automóvil es de los conocidos como ranchera, frutero, caja de muerto y similares epítetos despectivos. Para mí son una opción muy útil, normalmente de aspecto más dinámico, deportivo y juvenil que la versión berlina de la que proceden, e incluso he poseído algún ejemplar.
Pero me concentraré ahora en el elemento objeto de estudio: Cochedelpueblo Passat Variant:

Salvo por las desmesuradas llantas, virtualmente igual al probado.
Empezaré el breve reportaje por el final: lo peor de la versión probada, por desgracia, el motor. Mi cuñado se obsesionó con no superar un presupuesto máximo, aunque ello le implicara montar un ridículo motorcillo de mil seiscientos cc, ciento veinte cv, y el mismo par motor de un Vespino de los años ochenta. Si, la cualidad prestacional de ello hiede a todas luces, por desgracia. Para más inri, va unido a una transmisión automática Tiptronic de 5 velocidades, lento, aunque suave y cómodo. Total, para lo que el vehículo va a ser utilizado y en manos de quien, va sobrado. Yo le dije "joder, coño, estírate un poco y pilla el tdi de 140 cv con desegé", pero nada. Por culpa de unos cochinos dos o tres mil euros se ve obligado a soportar horribles caravanas y decenas de kilómetros por no poder adelantar en un suspiro, y además el consumo no baja de los ocho litros como mínimo. Una joya, oiga.
En fin, pelillos a la mar.
Como buen VW, hace tiempo que dejaron de ser el coche del pueblo, y se venden caros. Esta unidad, medianamente equipada y con ese ridículo motor, alcanza los treinta mil ecus. Aún así, proliferan versiones comúnmente más caras, pero ello tiene un motivo. Su calidad es buena. Las franquicias son correctas, la pintura está bien, no se ven tornillos ni tuercas, las juntas hacen su función, el interior es magnífico. Las puertas suenan como tienen que sonar, a calidad total, y eso es algo que siempre me gusta, ese clac, ese sonido como que el coche es perfectamente estanco. No suena a lata, para que me comprendan. Exteriormente no está nada mal resuelto, y me parece mucho más grato a la vista que la versión sedán. Y he escrito mucho más, adrede.
Pasamos al interior, y la sensación de calidad es total. Hay un salto del Golf al Passat bastante evidente.


Moooooola, la verdad.
No sólo es la calidad de los materiales. Es la ubicación de los mandos, es la situación del volante y su relación espacial con el asiento. Es el pedazo de asiento, cómodo pero sujeto, que aguantará tu peso en las curvas pero te permitirá rodar durante cientos de km sin cansancio patente. Todo queda a mano, es espectacular, por lo menos con mi tamaño ibérico me he encontrado como canario en su jaula. Detrás hay mucho espacio, caben tres sillitas para niños, y eso cabe en muy pocos coches de este segmento, comprobado. Del maletero mejor no hablar: es simplemente enorme, que es lo que se espera de un bicho de estos.
El apartado dinámico, obviando la deshonrosa cuestión de la inframotorización, no queda para nada mal. La estabilidad en línea recta es ejemplar, y en curva se defiende estupendamente, virando razonablemente plano incluso en curvas enlazadas. Es muy cómodo y suave, apenas se notan vibraciones de ningún tipo, y se puede atacar los virajes con cierta intrepidez.

En definitiva, este coche mola un huevo, yo mismo me lo compraría sin dudarlo si no fuera porque mi limitador, haciendo gala una vez más de su función limitadora, dice que lo odia. Lo curioso es que no me da ningún motivo. "Es que lo odio, no me gusta nada nada nada". Inexplicable.

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