domingo, 29 de octubre de 2023

Tentudía se resiste

El sábado día 28 de octubre tenía a mi disposición toda la mañana libre, lo que quise aprovechar para realizar una ruta largamente esperada. Ya la tenía bien estudiada sobre el mapa, y cargado el track en el móvil en la app Osmand, que se ha revelado como fácil de usar y eficaz sobre el terreno, aunque tiene la pega de que consume bastante batería, y aún enchufado el celular al cargador de la moto, se va vaciando lentamente (aún así, daría para varias horas de ruta). Lo achaco a que quizá mi batería no se encuentra en lo mejor de su vida útil. 
El pisteo comenzaría en Beas, siguiendo la pista que tira hacia Niebla, ancha y recién repasada. El sol está bajo y me da de cara, por lo que voy con mucha precaución. Llego hasta el puente sobe el Tinto, me asombro de la cantidad de agua que lleva, que no deja ver las piedras del fondo y su peculiar color rojizo. Al cruzar este puente, enseguida tiro a la izquierda por una pista que antiguamente sería una vía de tren, y veo algún cartel defendiendo la creación de la "Vía Verde del Tinto", proyecto largamente ansiado por la comunidad ciclista y senderista de la provincia. 
Pronto llego al puente que significa la carretera de Valverde del Camino a La Palma del Condado: 

Al fondo, las nubes que serán protagonistas más tarde...

Paso por debajo, y sigo la antigua vía férrea, hoy desmontada (sólo afloran a veces algunos durmientes carcomidos).


 Unos cuatro o cinco kilómetros más adelante debo dejar este camino para coger a la derecha una pista de dificultad incierta que me llevaría a la carretera de La Palma a Berrocal. Este tramo del antiguo ferrocarril minero se hace eterno por su incomodidad, lleno de piedritas que sobresalen aquí y allá, a ratos circulando peligrosamente cerca del borde del camino a varios metros de altura sobre el agua, a veces tramos de barro... Y yo con mis neumáticos lisos jugando con fuego. ¿Es esto acaso la emoción del trail?
Sea como fuere, avanzo muy lentamente dadas las circunstancias, ya lo tenía previsto porque he pasado por aquí varias veces, en moto, en coche y a pie. 
Y cuando quedan sólo unos treinta o cuarenta metros para coger el desvío, el reciente temporal ha dejado un árbol cruzado sobre el camino, imposible de rodear o esquivar para mí y mi máquina. Oh, desolación. Con lo que he sufrido estos últimos cinco o seis kilómetros, sólo faltaba esto. No hay más opción que desandar el camino hasta la carretera de Valverde, y allí decido obviar el tramo de pista que me llevaría hasta Aznalcóllar. Doy un tranquilo paseo hasta este pueblo sevillano por carreteras secundarias, pero cuando llego hasta allí es bastante tarde, y está empezando a llover, el cielo está muy oscuro, y se ha levantado viento. He perdido mucho tiempo recreándome con el Río Tinto. Quedan aún 120 km hasta el Monasterio de Tentudía, y después habría que volver... imposible llegar a tiempo para almorzar, y no le puedo hacer esto a los míos. Así que decido abortar en este punto la ruta trail para retomarla próximamente desde aquí.
Decido subir hasta El Madroño, donde desayunaría a las 12:30, vaya horas, y tomaría a continuación por Ríotinto  para bajar por la N-435 hasta Huelva.
Mi viaje truncado ha sido así. Me quedó un sabor agridulce, primero por ir yo solo, lo que supone demasiada aventura tratándose de una moto de estas características, lo que me impide lanzarme a acometer determinadas empresas por el peso y las limitaciones de suspensiones y geometrías. En segundo lugar porque no me pareció, sobre el papel, una ruta demasiado ambiciosa, y sólo pude hacer la mitad.  
En modo maxitrail hay que estudiar mejor todo esto, y la experiencia sin duda me ha servido.

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