lunes, 15 de febrero de 2021

 Neal Stephenson, a quien ya he citado por aquí con ocasión de la lectura y pequeña reseña de dos de sus obras ("Anatema" y "La era del diamante: manual ilustrado para jovencitas") publicó en 1999 un libro que tuvo cierto éxito entre la crítica: Cryptonomicon.

Como pueden ver, ganó el premio Locus, que no es poca cosa, pero después de leer las cinco primeras páginas he decido no continuar. La novela es larga, como corresponde a estos tiempo modernos en los que, equivocadamente, se piensa que hay que escribir la Biblia en verso para tener un mínimo de calidad. Esa longitud, y la manera de irse por las ramas constantemente, introduciendo personajes insustanciales, descripciones aburridísimas, y explicaciones de conceptos matemáticos que dan verdadera somnolencia, motivaron mi abandono de la lectura. 

Nada que ver con Anatema, aunque en ésta ya se puede notar esa tendencia al rodeo y a liar las cosas, pero la trama es original, y la idea argumental es infinitamente superior. Y mucho menos con la magnífica "La era del diamante", una de las mejores novelas de ciencia ficción que han pasado por mis manos. 

Hay autores con los que ocurre esto, lo mismo hacen algo glorioso, que ellos sólo se cavan su propia tumba, pero supongo que es normal: es muy difícil mantener el nivel, y que las musas hayan iluminado alguna vez, no quiere decir que lo vayan ha hacer siempre...

Mi consejo es que se ahorren la intención de leer Critonomicón, pierdan el tiempo en cualquier otra cosa que sea, al menos, algo más placentero.


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