martes, 29 de enero de 2019

Desmontando la XT

A veces sometemos a las motos a un trato más duro de la cuenta. Otras veces no es tan duro, meramente moderado pero muy continuo. La fatiga del material aparece antes o después, y la física tiene sus límites...

Una persona habituada a usar su XT660R por rutas off-road, tipo trail, se dio cuenta de que el chasis de su moto había dicho basta a la altura de los tubos verticales justo sobre la cogida del basculante. Las causas son desconocidas a priori, pero el abuso continuado parece ser la clave. Se soldó a medias, pero la solución era insuficiente a todas luces...
De modo que procede desmontar el motor, separarlo del chasis, para poder acceder a reparar todo el contorno que se rajó, como se podrá apreciar en las últimas imágenes.

Lo primero es quitar de enmedio todo lo que pueda molestar: depósito, aletines, desenchufar todos los cables y sensores, vaciar aceite (que en esta moto, de cárter seco, va en su mayoría en el tubo del chasis que baja desde la dirección), vaciar líquido refrigerante. Hay que soltar a continuación los numerosos pernos que unen motor y chasis, y el más importante de ellos, el que casa ambas piezas con el basculante, que tuvo su intríngulis para sacarlo y descolgar finalmente el motor hacia abajo y girándolo unos grados hacia la derecha.
Hubo que calzar con un gato y unos tacos de madera:


Con todo suelto, se va bajando el gato con cuidado, sujetando bien aquí y allá. Se desmontaron también estriberas y cable de embrague, tubos de vacío, refrigeración del cuerpo de inyección y la propia admisión.


Una vez extraído el motor, el chasis queda casi en pelotas de esta guisa:


Y el motor, junto con los tubos de escape y la rueda trasera:


A continuación un par de instantáneas en las que podrán ver las rajas por la parte interior del chasis, que daban al motor, y a las que no pudo acceder el soldador para reparar. Ahora tendrá fácil y libre posición para llevar a cabo su tarea con éxito:




Al ceder en esos dos tubos principales, dado el peso del motor y las fuerzas a que se ve sometida esa zona por la suspensión trasera, se ha deformado el travesaño al que van anclada las bieletas del amortiguador, doblándola hacia la trasera de la moto y rompiendo también dos sujeciones que agarran el motor por la parte inferior trasera y que, en un principio, no se habían visto:


Esto último tiene solución complicada, y quizá el dueño ni se ha dado cuenta. Debe haber alterado toda la geometría de la moto, pero no se ha podido percatar porque no ha conducido en este estado. 

Ahora hay que llevar la moto, o lo que queda de ella, empujándola, hasta el taller del soldador para que le meta mano. A continuación habría que pintar la zona, y remontar todo, que va a llevar un buen rato, aunque será una tarea gratificante. 

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