domingo, 13 de mayo de 2018

la ley del karma

No sólo voy a contar en este mi bloc lo bueno de lo que me ocurre. Para contrarrestar, les voy a hablar de lo que me pasó el jueves, que no son más que pequeñas contrariedades de la vida, de apenas importancia si lo analizamos mínimamente. 

Salí del trabajo y me dirigí raudo, cuesta arriba, hacia mi casa donde me debía esperar un plato de carrilleras ibéricas en salsa al Pedro Xi.. El plan era almorzar y encaminarme seguidamente a la playa para navegar con el foil: iba a probar por primera vez sin cinchas en los pies, y para ello me he estado preparando mentalmente los últimos días.

Primer contratiempo: el menú ha cambiado. Las carrilleras no pudieron ser, y en su lugar unos buenos solomillos acompañados de revuelto de espárragos y gurumelos. No es que no me guste la alternativa, antes al contrario, pero ya supone una contrariedad porque uno iba hecho a la idea, y la experiencia me demuestra que los cambios a estas alturas... en fin, que a partir de ahí todo iría cuesta abajo.

Geranio enano


Segundo contratiempo: dado que ahora disponemos de un único coche en casa, y que hay que llevar a mi primogénito a clases particulares a las 17 horas, o me busco la vida para ir a la playa, o tengo que esperar hasta esa hora para irme aprovechando que dejo al niño. La segunda opción se convierte en lo más adecuado, pues ya he pedido varios favores por similares circunstancias y nunca hay que abusar de la amistad de terceras personas.

Geranio enano


Tercer contratiempo: Debo estar a las 19 horas de vuelta para recoger al susodicho cuervo, por lo que iba a disponer de tiempo limitado para mi disfrute.

Geranio


Cuarto contratiempo: Yendo hacia la dirección donde debo depositar al interfecto, me cortan la principal vía transitable en coche, por lo que tengo que dar un rodeo de cojones.

Geranio


Quinto contratiempo: en dicho rodeo de cojones, llevo delante a una conductora que cumple rigurosamente el Código de Circulación, presta exceso de cuidado en intersecciones, y aminora peligrosamente cerca de calar el motor de su utilitario en curvas. Esto saca de quicio al más templado, y yo no estaba ya, a esas alturas, para muchas bromas. Hice acopio de paciencia desde lo más profundo de mi fortaleza mental, y aguanté.

Orquídea


Sexto contratiempo: Cuando por fin llego al spot náutico, siendo las 17:20, comienzo a calcular mentalmente el poco rato que iba a estar en el agua... Parece haber viento, monto la cometa de 10 metros, quito el footstrap de la tabla, y me dirijo al agua. Es meterme, y la brisa casi desaparece. La marea está terminando de bajar, hay que caminar con la cometa en alto hasta lograr la profundidad mínima para que la quilla y el ala del foil no peguen en el fondo, lo que se hace difícil con las olas y el viento en dirección perfectamente perpendicular a la orilla. El kite pierde sustentación repetidas veces, me veo obligado a hacer kiteloop para que no caiga al agua. Es una lucha sin cuartel, estéril, agotadora. Siento que una sensación de desesperación se va apoderando de mí. Tanto tiempo trabajando el valor para dar el paso de montar strapless, y todo se vuelve en contra... Finalmente decido salir tras unos veinte minutos de pelea de la que salgo derrotado sin poder siquiera hacer un simple waterstart.

Begonia


Miro el reloj, el tiempo sigue corriendo. Miro al mar, a las nubes, hago mis cábalas. Decido dar por terminada la actividad acuática. El maestro Manolo también se sale, pero decide quedarse a esperar un poco por si sube el viento.

Calanchoe


Desmonto y recojo todo, y llego a las 18:55 al punto de recogida del chaval. La tarde perdida casi completamente. Al menos, tengo un par de horas para leer y descansar con cierta tranquilidad, que no es poca cosa.

Incienso


En mi afán de buscar siempre lo positivo, incluso en lo negativo, pienso que es necesario que a veces pasen cosas como las relatadas. Cuando todo marcha bien, durante un largo periodo, no puede sino tender a empeorar, es pura física.

Geranio

He ido intercalando fototipos estampados en toda la gama de colores del espectro visible, tomados de mi patio particular y exclusivo, y de esta forma incorporo un poco de belleza natural a esta entrada que aunque en principio pudiera parecer que es pesimista o negativa, en verdad es ilustrativa y enseñadora de las circunstancias de la vida. Uno no puede apreciar lo bueno si no vive lo malo, aunque dentro de lo que cabe no se debería llamar malo a lo que me pasó en esa tarde extraña. Hacer eso sería injusto y desproporcionado desde el punto de vista ético-filosófico.
Creo que no hace falta abundar más.

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