miércoles, 21 de febrero de 2018

4x4

Y Antonio Monkey se hizo con un Vitara. 
Un modesto vehículo todo terreno, igualmente válido para la desmesura fuera de la carretera pavimentada, y más en manos de ese equilibrista del motor.
Antonio ve las cosas, comprende el espacio, domina el tiempo, percibe la pendiente, el agarre, la inclinación lateral, la guiñada, el cabeceo, incluso sabe de algún modo inexplicable que no va a volcar.

Las dehesas de la provincia son testigos de nuestro paso, un grupo que se fue separando poco a poco, huyendo del polvo levantado por los aparatos automotrices. Algunos vacunos no muestran asombro ni miedo:


En un momento dado, el Suzuki rompe algún elemento de la transmisión afectante al tren delantero. Pero el buen hacer y disposición de Antonio logró hacer un apaño para terminar la ruta mientras los demás tomábamos un corto refrigerio. 
Nada que alambre y unos alicates no puedan solucionar: 


Continuamos lo poco que restaba para acabar la ruta prevista en modo 4x2, suficiente en las hábiles manos del piloto, hábilmente guiado por mi persona leyendo el rutómetro.
Decidimos continuar por nuestra cuenta en busca de algún bonito paraje para almorzar, aunque es ya un poco tarde. Da igual. 
Nos internamos siguiendo el curso del Río Tinto, lo que asegura localizaciones sin igual.


Antiguos y abandonados molinos de agua son pintorescos y curiosos de visitar.





Proseguimos. El paisaje es verdaderamente espectacular, siguiendo una antigua vía férrea minera que algunos quieren convertir en vía verde para ciclistas... lo que obviamente impediría el uso de otro tipo de usuarios del campo, la montaña y la naturaleza, pero eso ellos no lo ven ni lo comprenden. Porque el ciclista es, por lo general, excluyente, egoísta, avaricioso, y como no, vanidoso y siempre en posesión de la verdad y la razón absoluta.



A pesar de la época del año, el río lleva poca agua. Normal, ha llovido sólo cuatro o cinco días desde el final del verano. Nos podemos permitir cruzar en algún punto el cauce y llegar a una zona muy bonita donde tomaremos tortilla de patatas, chacinas y quesos, con refrescos y alguna cerveza.




El rutómetro me lo quedé, para trazar el track y volver a hacerlo en moto, con mis aportaciones particulares y disfrutar de otro modo, distinto aunque emparentado.

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