lunes, 1 de enero de 2018

Dakar?

El Dakar, esa mítica "carrera-aventura-rally-promoción-negocio" que se ha convertido en algo tan absolutamente diferente a lo que T. Sabine ideó hace ahora casi cuarenta años, es algo muy diferente para muchos participantes.
No todo son equipos oficiales, famosos pilotos, coches, camiones y motos espectaculares, asistencias increíbles, y arreglos imposibles en tiempo récord mientras los masajistas ponen a punto los cuerpos cansados de los pilotos, que después se retiran a las motorhomes a dormir plácidamente.
No.

Hay otro Dakar, se llama categoria Malle Moto, y son pilotos privados con una moto y un cajón lleno de repuestos y herramientas, que la organización va llevando de una vivac al siguiente. No hay mecánicos que te esperen. Te tienes que limpiar, engrasar, mantener y arreglar la máquina tú mismo, quitando horas al sueño. Por supuesto, hay que montar la tienda de campaña, y si llueve, te jodes, y si hace calor, polvo, viento, nieve... pues también te jodes.

Si se rompe la moto, te jodes. Y es algo bastante duro, cuesta mucho esfuerzo físico y, por supuesto, económico, porque preparar una moto para esto es algo muy caro. Hay que tener nociones de mecánica para poder arreglar las posibles averías tú mismo, hay que tener inventiva, inteligencia, resistencia, y desde luego hay que saber andar en moto de campo. No es una prueba para viejos, ni para endebles, ni para cobardes.

Es todo tan, tan, tan diferente a la carrera que nos muestran en la TV, en los resúmenes de Teledeporte, Eurosport, etc, que parece una competición distinta.
Entre ayer y hoy he estado viendo este documental prácticamente grabado en su totalidad por un participante de Malle Moto, un tal Lyndon Poskitt. ¿No le conocías, verdad? Yo tampoco.
Ahora ya sí, y tened por seguro que su nombre tardará en olvidárseme, porque me ha abierto los ojos sobre lo que es el Dakar, o al menos lo que es el Dakar actual, que son dos Dakares en realidad. El de los famosos, pilotos oficiales, ha dejado de interesarme. Fin.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.