lunes, 19 de junio de 2017

modo ON

Llega el Plan Infoca, como todos los años. Ya no se puede circular ni si quiera por pistas. Todo lo que signifique "off road" está terminante prohibido, salvo casos excepcionalísimos y romerías, por muy multitudinarias que éstas sean y aunque cruzen por paraje protegido o parque nacional.
No me lamento, pues es inútil andarse con quejas o remilgos. Antes bien, mejor es siempre adaptarse y buscar alternativas para el disfrute.
Kit supermotard al canto hasta el mes de octubre, y a disfrutar de las más ratoneras y cuaternarias carreteras del norte de la provincia, que hay bastantes.
Salimos mi KTM 690 y yo poco después de las 8 a.m., con una temperatura perfecta de unos 25ºC.

Bajando un puerto entre Marigenta y Berrocal.
Los paisajes que se descubren tras cualquier curva quitan la respiración. A veces tengo que reducir la velocidad y casi pararme, porque la vista se me va a estas zonas boscosas, llenas de fronda cuyo verdor indica la presencia de algún riachuelo.

Esta vez me he adentrado hacia la provincia de Sevilla, llegando casi hasta Aznalcollar, de triste recuerdo por lo sucedido hace unos años con la empresa Boliden, que vertió unos residuos acabando con la salubridad del Corredor del Guadiamar. Decidí aparcar al borde del asfalto para sacar estas tomas a color de su presa. Es navegable, y hay algunos merenderos y cierta actividad turística a su alrededor:

El asfalto duplica su anchura a su paso por el embalse. Un buen muro para contener la presión.
Hacia la izquierda se intuye Aznalcóllar. 
Seguimos ruta hacia el Norte de nuevo, buscando una población llamada "Castillo de las Guardas", por una carretera en un estado bastante aceptable, lisa, buen asfalto, aunque estrecha y con muchísimas curvas ciegas. En este tramo de 27 km encontré muchos ciclistas. Ya eran casi las once de la mañana, y el calor comenzaba a apretar. Aprovecho uno de los numerosos túneles de encinas para lanzar estas instantáneas:






Esta carreterilla me ha gustado muchísimo, pero llegaba al Castillo de las Guardas acalorado, deshidratado, y casi hasta un poco mareado... demasiadas horas sin probar bocado, muchísimas curvas, concentración y, sobre todo, calor.
Nada que un café con hielo, un gran vaso de agua y media tostada de buen jamón de la pata no solucionen rápidamente.

Exquisitos placeres vividos en soledad.
No me quiero demorar en demasía, y pronto tomo el camino de vuelta, pasando por El Madroño, ya casi entrando en Huelva de nuevo. Antes de llegar a Berrocal no puedo evitar parar, prácticamente extasiado, para inmortalizar estos parajes que aún no han tomado el característico color pardo de la estación estival...




La máquina, como siempre, perfecta en su cometido y desempeño, aunque encuentro ahora su postura rara para atacar las curvas, una vez acostumbrado a la radicalidad de la 749. Nada preocupante, cuestión de sumar kilómetros.



La vuelta, a través de La Palma del Condado, pasando por la magnífica carretera de las 137 curvas, fue gozosa, y a partir de allí, a ritmo tranquilo por la nacional hasta Huelva.
Un total de 250 km, curvas para aburrir, paisajes para soñar, sensaciones que quedarán en la memoria y me darán energía y motivación durante varios días. De eso se trata, de vivirlo y, porqué no, contarlo.

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