jueves, 6 de octubre de 2016

Verano sin fin

Y pasan los días, y las semanas, y seguimos teniendo unas increíbles tardes de alrededor de 30ºC, con la playa toda ella para nosotros.
Es algo magnífico y muy disfrutable, sin ningún tipo de duda. 

Y si además nos encontramos al final de la navegada con ciertos personajes... pues las reminiscencias de un verano que se resiste a abandonarnos del todo son incluso más fuertes:


Hay que reponer sales y líquidos después del ejercicio, eso es algo que hay que cumplir siempre, y si es en buena compañía, pues mejor.

Los días pasan, como digo, y ya he perdido la cuenta de los que estamos aprovechando con nuestro aparatos de sobrevolar el agua. Y lo digo totalmente en serio. 
Hoy ha sido la última grandísima experiencia, un típico día de menos a más, y justo una hora antes del sunset se ha "enchufado" bien (curioso, hablar de enchufamiento cuando me refiero a 10 o 12 nudos, a esos extremos hemos llegado). 
Recoger el material mientras la oscuridad se cierne sobre nosotros lentamente es una experiencia bella si se ha podido aprovechar el viento. Y se ha podido, con creces.

Ya empiezan a salir, pocas, pero algunas sí, viradas y trasluchadas. Es un mundo muy diferente técnicamente. Uno ve videos en la web, y parece muy fácil... pero no lo es para nada. A día de hoy puedo estar feliz de haber asimilado bien algunos conceptos, y mi memoria muscular y sistema nervioso central dan muestras de funcionar correctamente, mucho mejor de lo que yo pensaba. 

En definitiva, me veo obligado a tomar decisiones curiosas, como no ir a la playa sabiendo que va a haber viento de sobra... porque uno está tan hecho polvo de tantos días seguidos que es necesario dar un poco de reposo al cuerpo.

Es justo y necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.