viernes, 19 de febrero de 2016

La verdad duele

No, no es una entrada sobre pensamientos políticos, filosóficos, emocionales ni parecidas cuestiones. No.

Will Smith protagoniza "La Verdad Duele", un thriller dramático basado en la increíble historia real del Dr. Bennet Omalu, el brillante neuropatólogo forense que descubrió por primera vez la presencia de encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad neurodegenerativa progresiva causada por traumas repetidos en el cerebro, en un jugador profesional de fútbol americano y que luchó por dar a conocer la verdad. La cruzada emocional del Dr. Omalu lo lleva a un peligroso enfrentamiento ante una de las más poderosas, y queridas, instituciones del mundo.


Nominada al Globo de Oro por el papel del bueno de Will, encarnando al citado doctor, el no ser siquiera nombrada en la ceremonia de los Oscar ha llevado al actor a desentenderse defintivamente del entramado holibudiense... No debo entrar en tales disquisiciones comerciales, más que de contexto socio-político, que es a donde lo quieren llevar algunos.

Me quedo con la peli, que tras los fiascos sucesivos que ya he comentado en este bloc (El renacido, Los odiosos ocho), me ha dejado un buen sabor de boca.

El título original, "Concussion", que se puede traducir como "commoción cerebral, golpe", es más directo y definitivo que el que, lamentablemente y como viene siendo norma desde tiempo inmemorial, se ha adjudicado para su exposición en salas nacionales hispanistanenses.

Nos encontramos de nuevo a un Smith encarnando a un ser que lucha. Un inmigrante de origen Nigeriano que se ha adaptado a la vida de lo que él cree que es un paraíso social y laboral, donde quiere que sus hijos crezcan, y envejecer con dignidad, lleno de felicidad y gloria. Pero todo se trunca cuando, en el ejercicio de su profesión (médico forense especializado en autopsias) descubre un secreto largamente escondido por la poderosa NFL. Al mismo tiempo conoce, por casualidad (o por caridad) a una chica que se convierte en su compañera inseparable, confidente, y consejera en momentos difíciles, comenzando a hacer planes de futuro que, irremediablemente, y como consecuencia del enfrentamiento con un poder que va más allá de lo que él nunca pudo imaginar, se derrumban de la noche a la mañana...


Todo su mundo se ve afectado, y también la vida de los que le rodean y le quieren, y debe elegir. Se enfrenta a un dilema que va más allá de lo exigible a un ser humano, y precisamente es él, como un ser humano con grandes valores y anhelos, quien tiene que tomar decisiones que afectarán a su futuro, su familia, sus hijos.



En ciertos pasajes, veo recuerdos, rememoro el papel de Smith en "En busca de la felicidad", donde saca a relucir sus capacidades para el drama, para papeles realistas y duros, lejos de su estereotipada imagen de cómico que tanto éxito le ha dado. Me gusta.
Como igualmente me gusta mucho Alec Baldwin, a pesar de que es un actor ciertamente inexpresivo, pero transmite mucho cariño y valor en su papel, que es lo que importa. Otros secundarios son merecedores de tremendos aplausos, como su jefe en la morgue, encarnado por Albert Brooks, excelente, impecable en su ejecución; o la bella Gugu Mbatha-Raw, primero inmigrante sin nada, después compañera "forzosa" de piso, más tarde amante, esposa, madre.

Merece la pena verla, más sabiendo que está basada en una historia real, con un final, digamos, feo pero muy propio de los tiempos en los que vivimos...

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