domingo, 8 de noviembre de 2015

El irredento

Hace un par de días, el viernes día 6 de Noviembre, puse un post en mi muro dee FB, que me permito reproducir aquí, ya que son minoría los que compartimos en tal red social: 

Oportunidad de redención:
Lo hecho, hecho está. Ahora, imagínense el siguiente escenario: en el Gran Premio de Valencia, Penosa se ha escapado en primera posición, y Márquez y Lorenzo pelean por la segunda posición mientras Rossi va acercándose al sexto puesto... ¿Piensan ustedes que Marc atacará tan brutalmente desde la vuelta uno a Lorenzo como hizo con Rossi en Malasia? ¿Hará lo imposible por quedar segundo desplazando a Giorgio, aún a costa de que éste pierda el campeonato sabiendo que él mismo no se juega nada?
MUAHAHAHAHAHAHHAHAHA


El post tuvo sus comentarios, claro está, unos a favor y otros en contra, unos entrando en el pasado y basando sus respuestas en lo imposible, otros siguiendo mi intención de opinar sobre lo que pasaría el domingo, sobre ante la posibilidad de que se cumpliera mi hipótesis... como al final así ha sido, y la verdad es que no había que ser muy clarividente, joder.

Hoy, por tanto, hace un rato, me he visto obligado a poner lo siguiente en mi muro:

Bueno, bueno, bueno.... Tal y como predije el pasado viernes,https://www.facebook.com/luis.cipher.56/posts/903411403076806 Marc Márquez ha cumplido con el guión prescrito. Durante más de media carrera pegadito a pocos centímetros de la rueda trasera de Lorenzo, no se molestó lo más mínimo en siquiera enseñarle su rueda delantera en alguna apurada de frenada: PATÉTICO, a la par que esclarecedor para todos aquellos que aún no se hayan dado cuenta de la pantomima que tuvo lugar en Sepang. Aquello ocurrió a miles de kilómetros de distancia. Pero esta vez ha sido en nuestras narices. Decenas de miles de españolitos cegados por el falso, rancio y estéril patriotismo, han caído en las redes de la manipulación, el triunfo de lo falso, el enloquecimiento ante la consecución de un título ganado mediante apaños, amaños, trucos y confabulaciones. Y dicen que los italianos son mafiosos... Cuando a falta de cuatro vueltas para el final, los dos primeros bajaron el ritmo un segundo, hasta el punto en que Dani Pedrosa fue capaz de alcanzarlos, e incluso adelantar a Márquez, éste se revolvió furiosamente y atacó sin piedad a un compañero de equipo que había realizado la machada de circular en solitario durante 20 vueltas. Pero no tuvo el coraje, el valor, ni los cojones, de ser fiel a lo que él mismo tanto pregona y defiende a los cuatro vientos, y no se atrevió siquiera a molestar a Lorenzo ni cuando bajó el ritmo. Mientras tanto, Valentino Rossi, ese héroe contemporáneo al que quieren destronar y desposeer de toda su calidad, pureza, nobleza y hombría, en sólo diez vueltas pasó del penúltimo al cuarto puesto, lo que da que pensar, porque quitando el caso de el que miró para atrás en inoportuno momento (Petrucci, creo que fue), fueron todos adelantamientos limpios y nadie le regaló nada. NADIE. Pero ya había perdido 13 segundos con la cabeza de carrera que fue incapaz de disminuir. Como digo, se cumplió el guión a rajatabla. Márquez hizo lo que yo esperaba de él, como también lo hizo Valentino. Marc ha perdido su oportunidad de redención, con lo fácil que lo tenía. Al alcance de un derrape, de una apurada, durante más de media carrera. Duerme tranquilo, Lorenzo. Duerme tranquilo con ese título regalado por unos y otros. Al final, el Mundial de Motogp se ha convertido en otra escoria más donde mandan intereses políticos, económicos, y donde los mejores pilotos venden su alma a cambio de... eso me pregunto yo, ¿a cambio de qué? ¿qué ha sacado Marc Márquez de esto? No hablaré más del pasado. En la vida hay que mirar hacia delante, siempre. Pero me queda la triste sensación de que los dos únicos pilotos con sangre e ideales en esa parrilla de hoy, 8 de noviembre de 2015, eran Daniel Pedrosa Ramal y Valentino Rossi Palma. Los dos que han quedado por delante se han retratado ante millones de espectadores. Los que han quedado por detrás no son merecedores de estar participando en una competición en la que uno que sale desde la última fila es capaz de pasarlos a todos sin despeinarse. Definitivamente, me paso al rugby. All Black forever. And ever.

(Tendrán que disculpar la ausencia de puntos y aparte, pero el formato de publicación de FB tiene sus carencias.)

Es triste, al menos para mí, ver que tales actitudes ocurren en una pista de competición. Es triste que haya cientos de miles de personas que teniendo la misma información, los mismos medios, pensemos de manera tan radicalmente diferente. Algo falla. Sin duda.
Ya Platón plasmó hace veinticinco siglos que quizá viviéramos en algo irreal, y que únicamente fuéramos capaz de percibir las ideas. Ideas que se ven afectadas a la hora de recibirlas y, por supuesto, interpretarlas, por nuestras querencias, afecciones, intenciones, miedos, y experiencias anteriores, entre otras cosas. Empiezo, por tanto a cuestionarme la existencia de algo que pueda llamarse "la realidad", o "la verdad". Si los hechos, los puros hechos, son algo tan "etereo", algo que depende tantísimo de nuestra capacidad de percepción... ¿cómo asegurarnos de lo que vivimos? 

Llevo toda la semana dando vueltas a este tema, y aunque la epistemología es algo que se viene estudiando desde antiguo, me siento un poco raro. ¿Raro? No sé si es ciertamente esa la palabra. ¿Defraudado? Quizá, sí, pero ¿con quién o con qué?

Lo mejor sería que dejara de preocuparme, desconectar un poco, vivir mi vida, mi momento, mis ilusiones. Alejar todo aquello que me indispone. Pensar menos. Actuar más.


Valentino no está solo. Somos muchos los que pensamos igual, incluso en Hispanistán. Le queda un año de contrato, y no creo que siga compitiendo en Motogp más allá, por lo que ha perdido la que quizá ha sido su última oportunidad de ganar un décimo Campeonato. ¿Qui lo sà?

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