domingo, 24 de mayo de 2015

Desmontando mitos

Honda es Honda. Ya he hablado de esto.
Pero hay que seguir educando, hay que desmontar los mitos. Acabar con los mitos y las leyendas es tarea dura, sobre todo cuando uno vive en el seno de un pueblo supersticioso, cabezota y muy poco ilustrado, como por desgracia lo es el pueblo español.
Claro, hay excepciones, por supuesto, y me congratulo de conocer a muchos aficionados, verdaderos aficionados a la moto. Personas que, como yo, miran el producto y no la marca. Valoran lo bien hecho, y saben reconocer lo bueno y lo malo, porque somos sabedores de la única verdad suprema en este asunto: la moto perfecta no existe.
Acabo de leer esta interesante entrada en el blog de Motorpasión, la segunda parte de las resultas de una charla privada con Jordi Viladoms, piloto de KTM en el Dakar.

100581 Jordi Viladoms 4 1024

Hablar con cualquier moterillo de esta España nuestra sobre Honda es como hablar con el Papa sobre Jesucristo. Así de claro. No hay mucho donde rascar, y no sacarás más verdad suprema que la de "Honda es la mejor, y en ella encontrarás la salvación de tu alma motera", o algo así.

Sinceramente, ese modo de pensar me da pena y asco a la vez. Ese dogmatismo es tan atroz y tan sinsentido, que per se, sin ninguna otra ayuda, califica absolutamente al que lo practica. No hay más. 

Conste, para empezar, que yo he tenido dos motos Honda, y he conducido muchas otras. Puedo hablar con cierto conocimiento de causa por tanto. Pero no hablaremos ahora de sensaciones y emociones, eso ya lo he hecho en la otra entrada.

Corre el rumor de que un motor del ala dorada es eterno, jamás se rompe. Y tampoco hay que hacerle mantenimiento. Se dice que hay quien nunca pisa un taller, y mucho menos un taller oficial porque son muy caros (¿debo entender, por tanto, que las Honda son para tiesos?). Es ridículo.
Las motos japonesas se rompen como las demás. Tienen que seguir un mantenimiento como todas, en igualdad de condiciones. Lo eterno no existe, al menos en la mecánica. Otro día hablaremos del Universo.

Quiero creer que la competición es algo bueno y gratificante porque las soluciones desarrolladas allí, antes o después llegan a los modelos de calle. Así, como se dice en Motorpasión, y es público y conocido, KTM no tuvo que cambiar ningún motor, mientras que el equipo Honda tuvo que cambiar dos motores, perdiendo así toda opción a ganar la carrera por culpa de las penalizaciones. 
Hablamos de motos de 450 cc que rinden unos 70 cv, y que durante 9000 km han ido prácticamente a tope, pero además en muy diferentes condiciones climáticas y de terreno, con mucho polvo, barro y sal, a diferentes altitudes, y con distintas formas de conducir. 
La tecnología usada no podíamos ni imaginarla hace diez años. A mí la técnica, la ingeniería, el desarrollo que la mente humana es capaz de lograr... siempre me ha ilusionado y maravillado.

Ahora, en la calle, cualquiera puede comprar una KTM 690 Enduro R como la mía, un motor que rinde muchísimo, y espero que por muchos miles de kilómetros, pues incorpora numerosas y curiosas novedades mecánicas y electrónicas. Pero creo que esto es sólo la punta del iceberg, y que grandes cosas nos esperan en pocos años. Y espero estar ahí para verlo y disfrutarlo. Y que ustedes lo vean.

Mi nueva moto, con una potencia específica de casi 100 cv por litro, cifra récord en una moto con esa cilindrada, y parecida a motos de competición de cross y enduro, tiene doble bujía de distinto tamaño y cuatro curvas de potencia seleccionables. Logra un consumo ridículo en comparación con el rendimiento que extrae. Incorpora árboles contrarrotantes para eliminar vibraciones, embrague hidráulico con sistema antideslizamiento en retenciones, cárteres de magnesio. Además, suspensiones de calidad multirregulables, un chasis mutitubular soldado a mano, multitud de piezas mecanizadas CNC... todo para lograr unas prestaciones tan increíbles como aprovechables, y un peso inferior a 150 kg. Eso hay que pagarlo. Así de sencillo. 
Sí, una BMW 650 como la que yo tenía era un poco más barata, o una Teneré o XT660R también. Pero son motos que no es que jueguen en otra liga... es que juegan a otro deporte!!!

Mientras tanto, y mientras Honda no ponga a la venta una moto que satisfaga mis intereses e inquietudes, sigo aprendiendo a comprender mi nueva montura, sigo aprendiendo, sigo disfrutando. En esta ocasión, como ya dije esta mañana, una ruta 100% on road, acompañados por buenos y experimentados conductores.
He disfrutado mucho, y sé que ellos también. La ruta, por la parte portuguesa del río Guadiana, subiendo desde la frontera Sur hasta Mértola, y bajada en diagonal a Huelva desde Pomarao, ha sido muy bonita, carreteras llenas de curvas con asfaltos en mejor o peor estado, muy acorde para atravesarlas con nuestras motos todoterreno.


Acompañado de dos maxitrails, motores bicilíndricos y grandes envergaduras, pensadas por y para tallas germánicas, es una pena que yo esté catalogado como en la media del celtíbero común.


Es que la "pequeña" 690 casi ni se ve... pero es muy válida y tremendamente eficaz en carretera, como se pudo ver.


Deseando acabar el periodo de rodaje, ya queda poco. Pronto podré destapar el tarro de las esencias de ese cilindraco... me agarraré fuerte al manillar.

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