sábado, 8 de noviembre de 2014

only lonely solitude

Oh, sí. Una vez más, me adentro en los entresijos del trail exploratorio en plena soledad, lo que no es recomendable ni acertado por la propia "peligrosidad" del concepto. Pero, amigos, ¿no había que correr aventuras? ¿no estamos sobre una "adventure bike"?
Llevado a esta situación por una serie de circunstancias que culminaron ayer tarde cuando me enteré de que, contra todo mi pronóstico, no podía asistir a una ruta oficial del CTA, mientras visionaba con los míos la fantástica obra de ciencia ficción Interstellar (de la que quizá les hable en otro momento) decidí que saldría en mi super mini GS a correr mundo.

Y no podía hacer la famosa ruta oficial por no ser socio de pleno derecho del dicho Club, lo cual acepto. Cada club tiene sus normas, y se supone que están para algo. Yo llevo poco tiempo en este tipo de rutas semicampestres, emblando, hard-trail, o llámense como se quiera, y la verdad es que no veo clara la pertenencia ningún club por el momento. Además, como buen marxista, sigo una de las máximas fundamentales del gran e inimitable Groucho:


Estando así las cosas ( o como diría Nerón antes de quemar Roma, rebus sic stantibus), uno va acompañado cuando le dejan o le invitan, y en caso contrario salgo solo, the lone rider.
Sin problema.
El buey solo bien se lame.

Tras llenar tanque y pasar el tramo conocido que me lleva a Cartaya por la vía rápida, en el entorno del enduro de Cartaya prosigo donde lo dejé hace seis meses, con la intención de seguir preparando una rutilla que algún día regalaré a mis compañeros de fatigas... si es que consigo acabarla.

Les pongo ahora algunos momentos parados en la cuarta dimensión y situados aquí y allá, entorno bello y sumamente aventurero. Si tuviera unas alforjas, un saco de dormir y algún bidón amarrado al transportín, me podía pegar un gran pegote en el foro Advrider, el más prestigioso del mundo... pero ¿quién quiere engañar a quién? ¿Ein?







Es un poco rollo tener que parar a lanzar algún pictograma inmortalizante, te corta el ritmo, y más si uno va en plena búsqueda exploratoria. Pero de vez en cuando hay que tomar recuerdos, puede ser bonito verlos el día de mañana.

Sólo decir que cumplí la misión encomendada por mí mismo, porque, deben tenerlo claro: mis deseos son órdenes para mí. No puedo resistirme. Soy así.

A ratos me he visto semi perdido en medio de ninguna parte por un resto de pista o vereda antiquísima por la que hace algún quinquenio que no pasa nadie. Pero con tranquilidad, el uso de alguna aplicación del gayfón, y un poco de sentido de la orientación, he salido airoso de la situación.

Y me maravillo y me quedo a ratos mandíbuloaperto cuando mi pequeña GS me descubre estos mundos del off-road. Y me quito el sombrero, sí, oh vosotros mis estupefactos amigos, ante la pericia de los ingenieros y diseñadores que crearon esta moto, una máquina capaz de hacerme disfrutar en un puerto de montaña hasta rozar rodilla, como de trasladarme sin desfallecer por terrenos poco propicios para la tracción y la estabilidad como esos por los que he transitado hoy.
Bravo!
Chapó!
Olé!