domingo, 5 de octubre de 2014

Lo positivo en lo negativo

De todo se puede extraer algo bueno. Y si no, se inventa o se crea.
Vamos por partes. Un pinchazo, en el argot kitero, es cuando uno va a la playa a navegar con esperanzas de que haya viento suficiente, y tal elemento meteorológico no se da.
El pinchazo es tanto más gordo o grave cuanto más tiempo llevemos sin tocar el agua y la distancia que separe nuestra residencia de la arena mayor sea.
A veces va por rachas, y cuando te toca una racha mala... bufff, uno se plantea cosas.

Pero con el tiempo aprendemos a gestionar la frustración. Por eso es tan importante que los niños, desde pequeñitos, aprendan que no lo pueden tener todo, y que la palabra "no" es parte de sus vidas. Cuanto antes compramos este concepto, mejor pasaremos los trances de este tipo.

Así que el viernes me planté en Isla Canela, la playa más occidental de Andalucía, esperando poder navegar sabedor de que las condiciones no eran para tirar cohetes. Pero iba armado con mi definitiva xBow de 16 metros. Aunque no fue un pinchazo lo que se dice total, porque rasqué media horilla, en líneas generales esperaba más. Entramos en otra cuestión, que es la espectativa, a tener en cuenta porque condiciona en gran medida la magnitud del pinchazo. Cuanto más esperemos, peor.

Bueno, aparte de tener que subir y bajar la cometa yo solo, que con un bicho de estos tiene su miga, la mininavegada no fue para tirar cohetes. Recogí todo bien sequito, en un final de la tarde con temperatura estival, y me dirigí al nuevo chiringuito que se ha establecido por allí, El Paradise. Su enclave es magnífico, y permite gozar de unas puestas de sol inigualables.

No pude resistir la tentación y pedí un tercio de Gran Reserva, me aposenté en una mesa alta, y vislumbré algo magnífico. Deseé que amigos míos hubieran estado allí acompañándome, disfrutando de aquél momento casi mágico.

Eclipse

Bajando

A punto de.


Sienta bien una cerveza cuando uno ve cosas así. Me abstraje y la olla rulaba de idea en idea. No me emocioné especialmente, lo reconozco, pero aprecié mucho ese regalo de la naturaleza a primeros de Octubre.

Espero poder ver muchos más atardeceres, pero sin haber pinchado.