domingo, 8 de junio de 2014

Marrón

Marrón, de ese color predominante se ha vuelto ya el paisaje que me rodeó ayer por la mañana, bien temprano.
Acabada la temporada de motocamperismo por la legislación anti incendios, se impone volver a viejas costumbres no por ello menos placenteras. En la alternancia, la variedad, está la obtención del mayor placer.

Por esta tierra se dice que sólo hay dos estaciones, verano e invierno. Yo diría más bien otoño y verano, porque el inverno no es verdaderamente frío. Cuando llega el seudoverano, lo normal es que caigan treinta grados centígrados en el momento álgido del día, y eso, inevitablemente, lleva a que todo se seque y el campo cambie el color hermoso de la clorofila por el del terruño asado.

En fin, que entre una cosa y otra, llegué a Sanlúcar de Guadiana, y seguí un poquito más al Norte hacia Pomarao, pasando junto a la presa del Chanza, donde hay un puente para cruzar el Guadiana.


Me llegué a adentrar unos kilómetros en el país vecino, a modo de cata del firme luso, pero ante el desconocimiento de dónde y cuándo encontraría un lugar adecuado para desayunar, y en notando que mi estómago ya se quejaba, decidí dar la vuelta, enlazar con Alosno a través de Villanueva de los Castillejos pasando junto a Puebla de Guzmán. Hermosas carreteras, a ratos entre páramos desiertos, ora eucaliptales, ora pinares. Asfalto perfecto, muy poco tráfico un sábado tan temprano.


Este pequeño paseo matutino de unos 200 km ha servido para hacer el rodaje a las nuevas gomas traseras, unos Hankook V12 Evo, que han sustituido a los magníficos Bridgestone RE050 que disfruté durante 19.000 km. Veremos si los nuevos son mejores, peores, más longevos o directamente un mojón pinchado en un palo.
No volveré a poner los Pirelli PZero que traía de serie, eso sí está claro. Los Toyo R1R que monté en el tren delantero siguen rindiendo al máximo nivel, y aún les queda vida por delante. Me están dejando muy buena sensación y ya veremos por qué modelo los sustituyo, porque cuando uno se acostumbra a solomillo, es complicado volver a comer hamburguesa.