lunes, 24 de febrero de 2014

el misticismo

La base de toda religión es el misticismo, la sinrazón, el buscar respuesta a preguntas inventadas para dar sentido a una vida que no es más que eso, vida.
Luego, más tarde, se añade un codigo moral que se quiere mantener durante los milenios que dure el seguimiento de tal culto, adaptando ciertas normas a peculiares características circunstanciales del momento, como no comer carne de cerdo, o celebrar un día concreto, o lo que sea.
El misticismo en sí no es malo ni bueno, como todo. Lo malo o bueno es el uso que se haga de ello, y lo que se enseña y transmite a todos los que te rodean, la forma en que influye en la vida de nuestros hijos, nuestros amigos, nosotros mismos. Por desgracia, la mayoría de los religiosos ni si quiera son conscientes de esta situación, tan arraigado lo tienen dentro de su mente, que te tildan de loco, o peor aún, de iluminado, cuando les contradices en algo obvio.
Ejemplo claro:

Esto es puro misticismo irracional y estúpido, y además con una grave falta de ortografía:

¿Cómo explicar una puesta de sol si no hay Dios?

Y esto es la explicación racional y empírica, y demostrable:

Los rayos de luz llegan muy inclinados y atraviesan tanta cantidad de atmósfera que ésta hace de filtro y disemina la parte azul del espectro cromático de la luz, dejando sólo los tonos amarillos, anaranjados y rojos, que son los que nos llegan en la superficie de la Tierra.