jueves, 5 de septiembre de 2013

begin?

Comenzamos. Comienzo. Dejà vue, desde luego. ¿Qué más da?

Perdí la cuenta, y no me duele reconocerlo, de las veces que inicié una temporada de jogging.

Me da por ahí, y empiezo a correr un buen día, generalmente después de una temporada de inactividad. La necesidad fisiológica que siempre tuve de liberar tensiones a través del esfuerzo físico me ha llevado a practicar una variopinta y dispar cantidad de deportes, con mayor o menor fortuna.

Ustedes, escasos seguidores de este humilde bloc, ya se habrán dado cuenta de ello.

Por lo general, la llegada del calor veraniego obliga a una relajación en la actividad lúdico-física, por el calor reinante en estas latitudes, mayormente.

Así que, un par de días a razón de 20 minutillos cada uno, otro par de descanso, y ayer un poco más:


Un ritmo medio de poco más de 5 minutos por km, bastante mediocre, lo sé. Cuando acabé me tomé pulsaciones (oh, gran herramienta multipropósito llamada gayfón):

Muy relaxed, cardiopulmonarmente sobrado, el tema era conservar los músculos. Hace tiempo aprendía la lección y sé bien que yendo poco a poco es mejor y me libraré de las incómodas agujetas. Ya estoy mayor para sufrir, y sabiendo cómo evitarlo, ¿por qué no hacerlo?
No hay prisa, por supuesto.

En cuanto a las herramientas, les presento a mis amadas Asics, más de quince años con ellas:


¡¡Quince años!! Los más puristas del material deportivo se llevarán las manos a la cabeza. Pero lo cierto es que me han dado un resultado fabuloso, y he corrido con ellas durante cientos y cientos de kilómetros, con frío y calor, agua, barro, asfalto, campo, incluso he jugado a paddle, hice bici de montaña, algo de monopatín, turismo... De todo, he hecho de todo con ellas, oigan. Y si las cambio es porque creo, sinceramente, que puedo aumentar verdaderamente mi calidad de vida: unas zapas modernas serán más ligeras, con mejor sujeción y amortiguación. Pero no duden que resultará una decisión difícil deshacerme de mis queridas Asics...

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