sábado, 21 de septiembre de 2013

70

Bodo, un señor alemán que decidió aprender kitesurfing como autorregalo al cumplir los 70, nos demuestra que, como casi todo en la vida, querer es poder.
Claro, siempre contando con las ideales condiciones de la tranquila isla de Karpathos...


Todo un ejemplo, y queda claro que nunca es tarde para lanzarse a nuevas aventuras y que la juventud, o la vejez, es un estado de la mente.

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