Antonio Maeso, ese andaluz que tiene metido en la cabeza, como si de una poderosa obsesión se tratara, el correr en la Isla de Man, el famoso TT de la Isla, lo ha hecho ya varias veces.
Con pocos medios, luchando por su afición, locura incomprensible para muchos, o simplemente amor por la velocidad, la libertad, la emoción. Por la vida, en fin.
La vida.
Y precisamente eso, el amor a la vida que él con tal indiferencia se juega, ha sido lo que ha estado a punto de quitársela. A punto de escapársele a plena luz del día, siendo consciente de todo lo que esta pasando, me puedo imaginar el dolor horrible que ha debido sufrir cuando, a 250 km/h ha golpeado con su rodilla contra un muro en su última vuelta de la categoría Superbike, cuando iba calificado 19º.
Como consecuencia, ha sufrido rotura de tibia, peroné, rótula y fémur. Aún así, esta fuerza de la naturaleza fue capaz de parar la máquina de casi 200 cv sobre la hierba sin irse al suelo, entre gritos de dolor.
Fue trasladado a Liverpool, donde le operaron los mejores médicos del Reino Unido.
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Días después del grave accidente sufrido en la Isla de Man, el propio Antonio Maseo, que permanece ingresado, ha podido hacernos llegar un relato directo del accidente: “Encaraba la última parte de la zona de la montaña cuando erré en la trazada de la curva Black Hut, impactando con la rodilla de manera brutal contra el muro del interior de la curva, cuando viajaba en quinta a 250 km/h. Inmediatamente me vi desviado de la trayectoria y, cuando el impacto con la montaña parecía inviable, milagrosamente evité el choque con la misma yéndome por la hierba y rozando el bordillo y la montaña”, explica el piloto almeriense, que en seguida se dio cuenta de la gravedad de su situación, con la pierna descolgada del estribo y un dolor insoportable, e intentando detenerse sin caer de la moto y agravar aún más la lesión.
Maeso consiguió parar la moto en Verandah, y apoyado en su pierna derecha tuvo que aguantar el dolor hasta que los comisarios se percataron de lo que realmente había sucedido, ya que al principio pensaban que se trataba de una avería mecánica.
Una nueva operación de reconstrucción se ha efectuado hace tres o cuatro días, y ahora espera tranquilo, preparándose para la larga recuperación que tiene por delante.
Unos dirán que "tanto va el cantaro a la fuente...". Otros no.
Otros le deseamos mucha fuerza y ánimo, que le van a hacer falta.
Es lo que tiene el gen. El maldito, y maravilloso, gen del que tantas otras veces he hablado aquí.
Como colofón y premio para el que haya llegado hasta aquí, les dejo este video de una vuelta a la Isla por el propio Maeso:
