domingo, 9 de diciembre de 2012

Una mañana en las carreras

No, no quiero saber nada de los chanchullos y enjuagues varios que, estoy seguro y convencido, han tenido que suceder para que Dos Hermanas tenga su propio hipódromo. Algo destinado a un deporte tan elitista como las carreras de caballos, afición que en esta parte del planeta tiene poca tradición, o ninguna; la cantidad de terreno ocupado y el dineral invertido que jamás será amortizado -amén de cuestionar, por supuesto, si de lo público se tiene que financiar o siquiera facilitar algo así-, son sólo algunas de las cosas que me vienen a la cabeza cuando he entrado hoy allí.
Esta mañana abandoné la idea de practicar el bicimontañismo debido a unas molestias estomacales, y decidí acompañar a mi cuñado y varios sobrinitos y sobrinitas, amén de mis propios cuervos, para presenciar un par de mangas:

Presentación de los contendientes para que los vea el público de cerca

Vista con gran angular electrónico trucado
Momento emocionante de la llegada a meta
Poco más que añadir a tan trasnochado evento. No vi tocados estravagantes, ni damas de alta alcurnia, ni glamour, ni apuestas millonarias. Una vez vistas un par de carreras, ya las has visto todas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.