lunes, 3 de diciembre de 2012

El gen, de nuevo

La cabra tira al monte, un escorpión es un escorpión. Estos y otros dichos pueden aplicarse, pero la verdad, la única y verdadera cuestión, es que el gen emerge otra vez.
A pesar de las presiones, a pesar del dolor sufrido, a pesar de las advertencias y señales, ahí está el gen, inamovible, impertubable, metido en el ácido desoxirribonucleíco, grabado a fuego en los alelos, inculcado tras años de práctica y disfrute.
 He aquí el pictograma a modo de imagen positivada a todo color de un primero de Diciembre, día perfecto para rodar por esas carreteras serranas... si no fuera por el frío reinante que trajo de culo a mi compañero en esta subida, el últimamente algo filósofo Gabi:


El nuevo mono, porque está literalmente nuevo, aún algo rígido, hace unas formas extrañas cuando estoy de pié con él, pero ya se irá domando con sucesivas rodadas. Aún no desvirgué las deslizaderas, pero tiempo habrá para ello, no hay prisa. Este es un camino que hay que recorrer, casi empezar de nuevo.
Casi.
Porque ya en mi tercera subida de mi nueva era vital me he encontrado con increíbles sensaciones que tenía aparcadas y metidas en ese baúl de los recuerdos, allí al fondo, muy lejos ya. Ha sido muy, muy, emocionante, de verdad, notar el feeling, el centaurismo con la máquina, con la Minigixxer, que aunque un poco falta de potencia para andar por carretera y exenta de la capacidad de transmitir de un bicilíndrico gordo, cumple con su misión sobradamente.
He sido muy felic, sí.
Pero no conviene abusar, y es una pena, porque para coger el nivel adecuado habría que subir cada finde, pero todo no puede, o no debe, ser. Muchos frentes abiertos, y no querer levantar la liebre, me mantendrán calmado, quiero creer.

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