domingo, 15 de julio de 2012

3x1

Sí, tres por uno en esta entrada.
Tres veces he podido acudir a las salas de Cineápolis Dos Hermanas, que coge cerca de mi ubicación veraniega, y aunque trato de ir siempre al cine en lunes o martes, eso no quita que tenga que soportar a veces a algún incordiante y maleducado espectador. Algunos se quejan del precio, pero yo duplicaría o triplicaría el coste de la entrada para hacer criba de catetos, necios, pollinos y faltos de cualquier tipo de educación y saber estar.
Igualmente, triplicaría el precio del combustible, así se acabaría de un plumazo con los problemas de accidentes, contaminación y sedentarismo que asolan a la sociedad occidental actual. Pero ese es otro tema.

Enmpezaré con la última que he visto, "El Dictador". Sacha Baron Cohen nos obsequia una vez más con una ristra de gags enloquecidos, situaciones surrealistas y, sobre todo, acidez, mucha acidez. Me he partido el culo con sus ocurrencias, tan obvias en las situaciones que se crean como geniales en la valentía de la crítica mordaz a todo lo que se le pone a tiro, no dejando títere con cabeza.
Por supuesto, del primero que se ríe es de sí mismo, pues todos los personajes que ha interpretado hasta la fecha no sólo le vienen como anillo al dedo, sino que viendo su trayectoria uno se puede imaginar que es que el tal Sacha es así. Ni más ni menos.
Con Borat ya me enamoró. Con Brüno se pasó de la raya, lo cual me encantó, por supuesto. Y con esta nueva obra se nota a un actor tan irreverente como maestro absoluto en su papel. Hay más medios, más efectos especiales, un cierto "guión", mínimo pero algo hay. Y ya no es tan escatológico como en las anteriores entregas.
Sacha Baron Cohen, 2011.jpg
El actor
En resumen, a mí me ha entretenido. No es algo entusiasmante, pero reconozco haber pasado un buen rato visionándola.

En cambio, la segunda peli que les paso a enumerar, me ha dejado frío. Mejor no haber ido a perder el tiempo así. Con la excusa de llevar a los niños, he caído en la trampa de Marvel, y me he tragado dos horas de mierda enlatada en celuloide de tercera o cuarta categoría, como mínimo. El tedio se apoderó de mí mientras veía aburrido y somnoliento "The amazing Spiderman", el asombroso hombre araña, que más bien era el paniaguado hombre garrapata, por no abandonar la familia honrosa de los arácnidos. No comentaré más sobre ella, ni siquiera pondré pictograma alusivo. No merece nada la pena.

Y la primera que ví, un par de días después de su estreno, fue "El mundo es nuestro", la opus maxima de Mundoficción, la productora de los compadres, pero también de los canis del políngano, el Culebra y el Cabeza, que youtube ya se encargó de popularizar hace tiempo. La espera ha merecido la pena, pero desgraciadamente, su humor e idiosincrasia, como en el mismo filme se dice claramente, es difícil que sea comprendido fuera no ya de las fronteras de Andalucía o de Despeñaperros para arriba, sino que dudo siquiera que alguien que no conozca Sevilla en profundidad pueda captar el 60% del tema, del mensaje, del humor, del carácter de los personajes.



Un robo que medio se frustra, y con esto ya dejo de contarles más, que bastante spoiler es por sí solo. Altamente recomendable, cine muy bravo, del que se echa de menos en nuestras pantallas, la verdad.

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