lunes, 26 de marzo de 2012

singletrack fury: espera lo inesperado

Siempre. Espera lo inesperado. Porque sí.
Lo que parecía ser un simple cruce de caminos, de pistas anchas sin atractivo serio, de pronto se convirtió en un caminito alegre, uno de esos senderos escondidos entre la maleza, en el sotobosque típico de la zona. Y he pasado por ahí cienes de veces pero nunca cogí el desvío por juzgar, inmerecidamente, que sería otro tramo más de pista puerca. Pero nada más lejos de la realidad.

De este modo comenzó mi última ruta de la semana pasada, el día antes de salir de viaje a Barna... pero esa es otra historia.
De modo que descubrí un singletrack inesperadamente, y ese trozito de distancia, esas curvitas, vueltas y revueltas divertidas, ya justificaron haber sufrido el trecho de carril bici cotidiano. Ya iba yo con una gran sonrisa dibujada en mi rostro escondido tras la abundante y salvaje barba, las gafas y el casco.
Y unos kilómetros más tarde me percaté de un caminillo apenas insinuado en la hierba que bordeaba el camino, y resultó ser un atajo que nunca había conocido antes. Olé, pues ya van dos.
¡Qué gran tarde, joder!



Sigo internándome por los pinares, llego a la urbanización de El Portil, me adentro entre los chaletes y decido probar a rodar por la playa, aprovechando la bajamar. Cuatro kilómetros y medio que me sabe a gloria. Termino por quitarme el casco y dejar que la leve brisa acaricie mi calva, reconfortándome en este día de tintes casi veraniegos.

Algo diferente, eso siempre viene bien. Un poco antes de llegar a Punta Umbría decido parar y sacar un par de tomas al juguete:


La Chameleon se comporta bien en todo tipo de terrenos, me tiene enamoraíto. El Astro Rey va bajando, y si no me espabilo me cogerá la bajada de temperatura, cosa que es desagradable. Una última instantánea:

Contraluz
Vuelta por un camino de hormigón que pasa bajo los pinos junto a la carretera, divertido, sube y baja, curvitas, se acaba pronto, una pena. Un par de kilómetros o tres por carretera para enlazar con el carril verde, y se acaba la jornada velocípeda.
Me ha gustado mucho hacer algo distinto, cosas que se me iban ocurriendo sobre la marcha. Y como decía Hannibal:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.