jueves, 1 de diciembre de 2011

reborn: orbitando el planeta pedalier

A menudo uno hace las cosas por rutina, por costumbre. Eso es horrible, al menos para mí, que busco la plena consciencia en todo lo que hago, aunque se trate de algo tan primario como ir al baño a cagar.
Desde hace unos años, y creo que yo lo he puesto por aquí alguna vez, trato de aprovechar cada momento, de sacar algo positivo de cada experiencia, de disfrutar de cada día.
Hay cosas de las que, obviamente, no se puede extraer nada bueno o positivo, pero en todo caso se puede aprender de ellas, seguro.
Hoy, siguiendo mi programa de rehabilitación, fortalecimiento, reeducación muscular, y entrenamiento no sólo para el cuerpo, sino también para la mente, y después de la terrible mañana de ayer, me he enfundado unos culottes de pierna larga, un maillot gordito de otoño, y he llenado bien el camelback de agua para que no me pase como la última vez. Todo ello, que hay que decirlo, con la absoluta contraindicación del limitador, quien pudo ver lo mal que estuve ayer.
Pero, ¿saben? a veces hay que hacer de tripas corazón, y tirar un poco palante.

Ha sido una vueltecilla breve, solo para estirar las piernas, para hacer que la sangre circule un poco.




Estos son unos pantallazos de la app llamada Endomondo, para el aifón, que encuentro magnífica y útil.

Decir que me ha sentado bien, creo. Me he animado incluso a pelarme y afeitarme, que ya tocaba.

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