lunes, 29 de agosto de 2011

La falacia

La historia del primer coche eléctrico llevado a producción por la gran General Motors no tiene desperdicio.
En 1990, la supercompañía de Detroit, animada por un Gobierno americano algo carente de respuestas medioambientales, contrató a algunos de lso mejores ingenieros recién salidos de la universidad para crear el que sería el primer coche 100% eléctrico llevado a la producción en cadena.
Los ingenieros, con un cheque en blanco encima de la mesa, hicieron posiblemente el trabajo más gratificante de su vida, y lanzaron a la venta en 1996 un eléctrico de aspecto futurista que fue un dolor de cabeza para creadores, Gobierno y fabricante en los años posteriores.
A pesar de vender poco más de 2.000 unidades entre 1996 y 2003 -fracaso de ventas se mire por donde se mire-, la repercusión mediática del EV1 -electric vehicle número 1- fue espectacular. Actores y famosos de toda la costa californiana empezaron a hacer campaña del EV1, como viendo en él una opción alternativa a los enormes motores de combustión que poblaban las carreteras del "estado dorado".
Mientras a los capos de GM se les caía la ceniza del puro cuando el de ventas les enseñaba el powerpoint con los números del último mes, el Gobierno americano empezó a tener presiones de las grandes compañías petroleras como Texaco.
No hace falta ser muy listo para sacar conclusiones. No obstante, yo, conocedor de la media de c.i. de mis ilustres y escasos seguidores, ayudaré con ello: "Yo, oh Gobierno todopoderoso -almighty, por darle un toque más yanki-, te encargo a tí, oh gran ejemplo del Sueño Americano, General Motors, hacer un coche a pilas; tu vendes y yo quedo de puta madre -gobierno = no contaminante, subimos puntos en las encuestas-; atiza, no contamos con los grandes hermanos podersosos del petróleo, quienes presionan hasta eliminar EV1; GM mata coche malo, gran máquina silenciosa que no gasta.
Entre 2003 y 2004, GM se dedicó a ir puerta por puera buscando sus EV1, subiéndolos en una grúa y destruyéndolos en un descampado en medio de la nada. Los expropietarios, con un débil contrato de leasing, tan sólo pudieron hacerse fotos con sus hijos adoptivos.
El asunto fue tan gordo que hicieron un documental asaz interesante sobre ello.

Para los escépticos, los incrédulos, que los hay, lo sé, miren aquí.

Foto del aborto:

JORROROSO, se mire por donde se mire.

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