sábado, 11 de septiembre de 2010

Parking solidario

En la cienciadel Derecho, se habla de que algo o alguien es solidario, sólo entendiendo a éste dentro de «un conjunto jurídicamente homogéneo de personas o bienes que integran un todo unitario, en el que resultan iguales las partes desde el punto de vista de la consideración civil o penal». O sea, todos son individualmente responsables por la totalidad de las obligaciones. Por tanto, para el Derecho, la solidaridad implica una relación de responsabilidad compartida, de obligación conjunta.

Creemos que una de las consecuencias favorables que nos ha proporcionado la globalización es, precisamente, una visión más conjunta del mundo entero; un sentido de solidaridad mayor entre los hombres. De pronto, los niños en Ruanda no se sienten tan lejanos; los cañones de guerra en el Medio Oriente también aturden nuestros oídos; el terremoto en Japón sacude nuestra respiración.

Desgraciadamente, esta conciencia de solidaridad universal suele reducirse a una buena intención, una aberración lejana y sentimental hacia las injusticias sociales, hacia la pobreza o el hambre. Y este sentimiento que arroja nuestras esperanzas hacia un país lejano, tal vez arranque de nosotros la capacidad de observar las necesidades de los seres humanos que lloran a nuestro lado todos los días.

La solidaridad, por tanto, se desprende de la naturaleza misma de la persona humana. El hombre, social por naturaleza, debe de llegar a ser, razonada su sociabilidad, solidario por esa misma naturaleza. "La palabra solidaridad reúne y expresa nuestras esperanzas plenas de inquietud, sirve de estímulo a la fortaleza y el pensamiento, es símbolo de unión para hombres que hasta ayer estaban alejados entre sí". Es la solidaridad el modo natural en que se refleja la sociabilidad: ¿para qué somos sociales si no es para compartir las cargas, para ayudarnos, para crecer juntos? Como vemos, la solidaridad es algo justo y natural; no es tarea de santos, de virtuosos, de ascetas, de monjes, de políticos; es tarea de hombres.

Debe quedar claro, y si no, yo lo pongo explicado brevemente, que la solidaridad, en primer lugar, no se debe confundir con la caridad o la ayuda desinteresada del que no espera nada a cambio, del que tiene frente al que no tiene, o del que puede frente al que no puede. NO. Durante muchos años, sobre todo últimamente, se ha confundido todo esto hasta llegar a desaparecer, para el vulgo, para el público estulto, necio, no ilustrado, el borrego, el verdadero sentido y significado del concepto "solidaridad". La solidaridad implica un toma y daca, un tácito contrato social en el que hay que compartir cargas: yo te doy, pero para que tú me des. Eso es la solidaridad. Yo te doy lo que yo tengo y que tú no tienes, para que tú me dés aquello que tú sí tienes pero que yo no tengo, de modo que si todos hacemos lo mismo, todos tendremos de todo.

Pero, y ahora viene lo bueno, MUAHAHAHAH, me parto y me troncho: se montan en la playa algo que han dado en llamar "parking solidario", o sea, una serie de perroflautas te quieren cobrar por el hecho de tú aparcar tu vehículo donde lo has estado haciendo toda la vida, con la excusa de que ese dinero recaudado es con fines solidarios. Pero so hijo de la gran puta: ¿qué recibo yo a cambio? ¿Acaso el derecho de todo ciudadano de aparcar en la vía pública, refrendado por el pago puntual de mis impuestos? Y ese dinero, ¿lo administras tú, hijo de perra, chupóptero, cabrón?
Y si acaso educadamente se le ocurre a uno insinuar que no comulga con esa perversa prostitución de la acepción "solidario", tienen los huevos, la cara dura y la desfachatez no sólo de mirarte mal desde un par de ojos bizqueantes y enrojecidos por el  uso y abuso de cannabis -sufragado solidariamente, por supuesto-, sino hasta te pueden reprochar de viva voz, tratando de humillarte, como si de seres moralmente superiores se tratara, tu poca capacidad de empatía, tu "insolidaridad", en una palabra.

Repito, MUAHAHAHAHAHAHA.

Me cago en los muertos y sus respectivas putas madres. De todos ellos.

2 comentarios:

  1. Recuerda:
    1, 2, 3,
    4, 5, 6,
    yo me calmaré,
    todos lo vereis.

    Repetir hasta que la entrada y salida de aire en los pulmones sea fluida...

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  2. Fíjese usted, señor Víctor, que lo vi a primeros de Julio, y he esperado todo este tiempo para que las aguas se calmaran en mi interior.
    Conque imagínese si lo llego a escribir en cuanto lo descubrí...

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