Una vez más, corriendo el año 2012 de nuestra era, Radical Ducati, desde Madrid, nos obsequió con esta bella manufactura.
El humilde origen del proyecto sería el chasis de una Cagiva Alazzurra 350, a la que se acopló el motor de una Paso 750 con la culata trasera de una F1 Montjuich para poder montar el carburador detrás y el escape por delante, como en las Pantah originales.
El trabajo se borda con un cantilever, piezas de diversa procedencia, y un escape dos en uno (raro en cualquier ducatona) fabricado exprofeso.
La paleta de colores que la adorna es poco vista, que ya es decir bastante, y decir mucho de su creador, por supuesto. Bravo por este gran trabajo, que tiene muchísimas horas de intensa dedicación para poder ver la luz.
La dificultad más importante para llevar a cabo un proyecto así pasa por encontrar una donante adecuada. Entraron pocas Pantah en España, y las Alazzurra están contadas con los dedos de un cuerpo humano, más o menos... Durante un tiempo, Radical Ducati ofrecía una réplica del chasis para este tipo de preparaciones, pero supongo que eso ya se acabó hace bastante.
Sin duda, el aspecto clásico mezclado con el aire de competición de resistencia es algo muy especial, y un tema que Pepo ha tratado en varias ocasiones. Y con maestría, debo añadir.
martes, 31 de diciembre de 2019
La flaca: fin de año.
Para despedir 2019 me embarqué con la Pentax en un paseo matinal. Carril bici hasta Malpica, por la carretera paisajista del Portil y el Rompido hasta el karting de Cartaya, y de ahí hacia El Rompido por su ancho arcén. Vuelta por El Portil hasta la playa del Cruce, y retorno por el carril bici de nuevo.
Como el carreterismo puede volverse muy aburrido, sobre todo si uno va solo, en esta ocasión he llevado música incorporada. Sé que no se debe hacer, pero la verdad es que oía venir a los coches perfectamente, al viento, y el rock siempre es una buena motivación.
No sé si por Spotify o por que con el tiempo voy aprendiendo a aplicar otras cadencias que aprovechan mejor el esfuerzo, pero me chiva el Endomondo que he bajado en más de cinco minutos mi récord personal de los 50 km.
Sea como fuere, lo podría bajar muchísimo más con el tiempo, porque soy consciente de mi mediocre capacidad, pues creo que una media de 25 km/h es algo paupérrimo, irrisorio... por no decir patético, aunque como mi tocayo Pedro Labadía dice: "a mí me vale".
Pues eso.
The daily stoic
Durante un año, día tras día, cada uno de sus días, a la hora del desayuno, he ido leyendo una página de este libro que llegó a mí por pura casualidad. A veces hay que creer en lo fortuito, pero a menudo uno se va dando cuenta, con el paso del tiempo y la experiencia acumulada, que tal cosa no existe (o al menos no en la medida que nosotros creemos).
Cada día una cita de un autor clásico de la escuela estoica, normalmente Marco Aurelio, Séneca o Epícteto, aunque hay alguna perla de algún otro filósofo aislado. Y tras la cita perteneciente a un texto, el comentario del autor de la antología, el recopilador, que con palabras y ejemplos comprensibles para el lector medio nos transmite la idea a la perfección.
Una pena que no exista en castellano, pero el tema me atrajo tanto cuando me topé con él, que no pude evitar hacerme con un ejemplar en la lengua de Shakespeare. No me ha costado tanto trabajo como pensé que iba a hacerlo en un principio, pero es cierto que habiéndolo digerido en pequeñas dosis diarias es más llevadero. Mi inglés se oxida poco a poco, sobre todo el hablado, pero el leído y el escuchado trato de mantenerlos activos viendo películas e innumerables videos en internet. Bendito internet.
Tampoco es que yo haya aprendido mucho con "The daily stoic", pues esta rama de pensamiento me ha atraído siempre, pero sí que me sirvió para afianzar y separar ideas, para afianzar y disfrutar de lo que sé y lo que aprendí. Y de lo que aprendo a diario. ¿Acaso soy yo un estoico diario? Ummm, bueno, mi pensamiento es que hay tantas interpretaciones como filósofos existen, y si cada persona es un poco filósofa a su manera (porque todos tenemos una manera de ver la vida, unos principios que nos guían)... pues imaginen. Pero es reconfortante aprender que hace 2000, 2400 años y más, ya hacía personas que se planteaban los mismo problemas que hoy nos acucian, y que las soluciones, curiosamente, siguen siendo prácticamente las mismas.
El estoicismo está presente en nuestras vidas, no lo duden.
domingo, 29 de diciembre de 2019
mtb enduro: río Piedras, segundo asalto
Y tenía muchas ganas de reestrenar la Chenry Bomb, dieciséis kilos y medio de aparato ciclomontañés que lo aguanta todo, con un sistema básico de suspensión trasera tipo “horst link” y cinco pulgadas de recorrido, que hace buenas migas con la Pike Air 140, una horquilla que lleva conmigo quince años.
Una bici y unas suspensiones hechas para durar y trabajar eficientemente y sin descanso, que leen el terreno y aportan comodidad y también seguridad.
Muchas trampas de arena, escalones de piedra afilada que acechan para atravesar mi costado si pierdo el equilibrio, roderas ahondadas por motos de enduro que mal llevadas erosionan el terreno sin piedad, y piedras, cientos, miles, millones de ellas. La vegetación se cierra por momentos, y en otros compases de la ruta me veo inmerso en un inmenso bosque de pinos enormes, altísimos, ahora sobre una alfombra de hierba bien verde... ¡bello!
Bajadas entre raíces y tierra suelta y removida, y después repechos imposibles para una bicicleta... pie a tierra y pateo obligado, no pasa nada, es parte del arte del enduro. La ruta prosigue, la sonrisa aflora cada dos por tres, y veo alternativas y posibilidades para otro día.
Sólo eché en falta alguna vez una tija telescópica, AKA "tija pija". Maldigo el momento en que me deshice de ella, pero era otro tiempo, otra época en que vendí todo lo que tenía de enduro duro: la horquilla Lyric, el cuadro Specialized SX Trail magnífico, y la tija pija. A lo hecho pecho, no pasa nada, pero pienso que para ir a la sierra, a los enduros de Fuenteheridos, Galaroza, Aracena, Alájar, la tija pija es, si no imprescindible, sí muy recomendable.
lunes, 23 de diciembre de 2019
desmoengendro: The Green Machine, por Deep Creek Cycle Works
Llamada por su dueño como The Green Machine (en honor del tema homónimo de la californiana banda de stoner rock, KYUSS), esta corredora de café es mucho más que una simple Monster con un colín adaptado:
Oh, sí, destaca. Maravilla que hayan encajado un motor 916 en el chasis "pequeño" de las primeras Monster. Esta es de 1996, y prácticamente sólo conserva chasis (que ha tenido que ser modificado para dar cabida a los inyectores), basculante, horquilla y depósito. Bueno, son precisamente las piezas que más carácter y personalidad le han dado a la Monster siempre.
No queda mucho más que decir, salvo agradecer el impecable esquema y elección de colores para este objeto bello. Los semimanillares y el colín tan recortado hacen que esta máquina aparezca verdaderamente compacta, pequeña, pero el potencial que encierra, dinámicamente hablando, es enorme.
Oh, sí, destaca. Maravilla que hayan encajado un motor 916 en el chasis "pequeño" de las primeras Monster. Esta es de 1996, y prácticamente sólo conserva chasis (que ha tenido que ser modificado para dar cabida a los inyectores), basculante, horquilla y depósito. Bueno, son precisamente las piezas que más carácter y personalidad le han dado a la Monster siempre.
No queda mucho más que decir, salvo agradecer el impecable esquema y elección de colores para este objeto bello. Los semimanillares y el colín tan recortado hacen que esta máquina aparezca verdaderamente compacta, pequeña, pero el potencial que encierra, dinámicamente hablando, es enorme.
domingo, 22 de diciembre de 2019
Singletrack fury: prenavideña
Cinco o seis días lloviendo se tienen que notar, y cierto es que el campo lo agradece: el verdor aflora por fin, sábanas clorofílicas se extienden entre los pinos, y los senderos están más disfrutables que nunca!
Y la Sawyer, que gran máquina. Es dulce, pero firme; rígida, pero absorbente; grande, pero manejable; pesada, pero rápida. Es una mezcla entre el old y el new school. Y me encanta. Sigo jugando con las presiones de las ruedas, buscando el mejor compromiso entre amortiguación y seguridad.
La mañana amaneció con algo de niebla, lo que suele ser presagio de buen y soleado día, como a la postre se confirmó. Bien. Y en el bosque de pinos surcado de pistas (para los pisteros) y trazado de senderos y caminitos (como los llama El Bocina), como un laberinto, como una telaraña, el bosque como iba diciendo me regala sorpresas, hoy un par de singletracks nuevos para mí, uno de ellos muy reciente. Mientras tanto, decido inmortalizar uno de los carteles que anuncian el nombre y propiedad intelectual de uno que es muy bello:
Perdonen la sobreexposición, pero la hice sin gafas y un poco deslumbrado... |
El ascenso de Skywalker
Y por fin llegó. El Episodio Nueve de la alargadísima saga se estrenó un jueves en pleno comienzo de vacaciones escolares navideñas, tratando así de obtener un rédito económico que hubiera sido imposible de otro modo...
Me debato, no sé si es esta última entrega o fue la séptima la peor con creces de todas las Stars Wars movies.
No quiero ni extenderme mucho porque verdaderamente no lo merece. La película es una pura mierda, una atrocidad cinematográfica que no hay por donde cogerla, aburrida (bostecé incontables veces, y en tres ocasiones estuve a punto de abandonar la sala, sólo aguantando por acompañar a mi hijo menor, a quien a la postre me confesó que se aburrió muchísimo también).
Y ahora sé porqué escogieron a la actriz que escogieron para hacer el papel de protagonista, esa Palpatin renegada que finalmente quiere ser una Skywalker, pero no que no lo puede ser porque, sencillamente, la genética es la que es: por su facilidad para soltar lagrimitas. Se pasa media peli llorando, es algo insoportable. ¿Y esa es la culminación de la sabiduría Jedi de miles de generaciones? ¿La que tiene que salvar a la galaxia? Mother of the Beautiful Love... (aquí vendría un facepalm en toda regla)
Ahorren tiempo y dinero, excluyan el susodiche filme de su lista de cosas a hacer en estas fechas, miren hacia otro lado.
No, sencillamente NO.
Luego no digan que no les avisé.
jueves, 19 de diciembre de 2019
Las máscaras del tiempo
ROBERT SILVERBERG es un reconocido y premiado autor de literatura fantástica, considerado como uno de los grandes maestros de la ciencia ficción del siglo xx.
Su primera novela, de corte juvenil, llamada Revuelta en Alfa Centauro fue publicada en 1955 y a partir de entonces su carrera literaria ha continuado sin interrupciones, aunque, como escritor profesional, ha escrito todo tipo de novelas de género muy alejadas del fantástico.
Ganador de varios premios Hugo (aunque nunca uno a mejor novela, siendo un eterno finalista), Nébula y Locus, Silverberg publicó con revistas como Galaxy o Ace Doubles. A partir de 1975 Silverberg se retiró de la escritura durante varios años, aunque en 1980 volvió con El Castillo de Lord Valentine, una de sus obras más aclamadas.
Fue nombrado Gran Maestro de la ciencia ficción en 2004.
Finalista del premio Nebula en 1968, esta obra sitúa su acción principal en el año 1999, es decir, en el futuro cuando fue escrita.
El 24 de diciembre de 1998 aparece en Roma un hombre pecular llamado Vornan-19, que dice venir del futuro, año 2999. Dicho individuo parece tener ciertos poderes energéticos, una libido descontrolada, y a lo largo de la historia deja entrever que el sistema político y forma de vida del siglo XXIX son muy distintos a los actuales.
Al mismo tiempo, el narrador de la historia es Leo Garfield, profesor de física en una universidad de California, quien mantiene una relación de amistad con Jack Briant, su alumno de doctorado que hace increíbles avances en torno a la fisión atómica, descubrimientos que podrían cambiar la faz de la sociedad tal y como la conocemos porque liberaría a los hombres del yugo energético: tendríamos energía prácticamente ilimitada y gratuita. Jack se encuentra con el dilema moral de publicar sus logros y derrumbar la civilización tal y como la conocemos, o retirarse a vivir como un eremita con su novia Shirley al desierto de Arizona.
Precisamente, Vornan, quien hace un tour turístico por el planeta para empaparse de cultura histórica de sus semejantes, ancestros "medievales" (como él los llama), va causando el caos allá por donde pasa, al mismo tiempo que aparece una legión de seguidores que lo toman por un semidiós, enfrentados a los apocaliptistas surgidos con ocasión del fin del milenio que se acerca.
Cuando su gira llega a los USA, encargan a unos científicos que lo acompañen y le saquen el máximo de información posible, entre los que se encuentra nuestro profesor Leo.
Leo, así, trata de extraer conocimientos sobre el futuro, sobre todo el método para viajar en el tiempo (su especialidad académica, en la que se encuentra bloqueado en un callejón sin salida), y a petición de su amigo Jack le intenta sacar algo sobre la fisión atómica... pero Vornan se zafa una y otra vez de las preguntas sobre éstos y otros aspectos inquietantes del futuro, alegando ignorancia o directamente pasando del tema.
Hasta aquí puedo escribir sin hacer demasiado spoiler que les reviente la lectura, sólo señalando algunos matices interesantes: la relación curiosa que se establece entre Leo, Jack y la novia de éste, Shirley, en sus largas estancias en su casa de Arizona; los poderes de Vornan, y su atractivo y magnetismo natural, que hacen que consiga todo lo que quiere; las caracterizaciones de los personajes, sobre todo los miembros de la comisión de científicos que acompañan a Vornan... Todo suma en una novela que no es muy larga pero sí interesante, que a ratos pudiera parecer que ralentiza la acción, pero todo se va hilando, no sobra nada, tampoco nada falta, hasta un final que deja abiertas algunas líneas argumentales, preguntas en el aire sin responder, situación que a algunos lectores no gustó, pero que a mí, personalmente, no me ha causado desagrado.
Acaba como acaba, y es posible haberlo acabado de otro modo, pero ¿qué sentido hubiera tenido entonces? Es algo común a todas y cada una de las obras literarias que existen, pero siempre hay auténticos inconformistas que quieren más, o distinto, o vaya usted a saber.
La novela está muy bien, la recomiendo.
El 24 de diciembre de 1998 aparece en Roma un hombre pecular llamado Vornan-19, que dice venir del futuro, año 2999. Dicho individuo parece tener ciertos poderes energéticos, una libido descontrolada, y a lo largo de la historia deja entrever que el sistema político y forma de vida del siglo XXIX son muy distintos a los actuales.
Al mismo tiempo, el narrador de la historia es Leo Garfield, profesor de física en una universidad de California, quien mantiene una relación de amistad con Jack Briant, su alumno de doctorado que hace increíbles avances en torno a la fisión atómica, descubrimientos que podrían cambiar la faz de la sociedad tal y como la conocemos porque liberaría a los hombres del yugo energético: tendríamos energía prácticamente ilimitada y gratuita. Jack se encuentra con el dilema moral de publicar sus logros y derrumbar la civilización tal y como la conocemos, o retirarse a vivir como un eremita con su novia Shirley al desierto de Arizona.
Precisamente, Vornan, quien hace un tour turístico por el planeta para empaparse de cultura histórica de sus semejantes, ancestros "medievales" (como él los llama), va causando el caos allá por donde pasa, al mismo tiempo que aparece una legión de seguidores que lo toman por un semidiós, enfrentados a los apocaliptistas surgidos con ocasión del fin del milenio que se acerca.
Cuando su gira llega a los USA, encargan a unos científicos que lo acompañen y le saquen el máximo de información posible, entre los que se encuentra nuestro profesor Leo.
Leo, así, trata de extraer conocimientos sobre el futuro, sobre todo el método para viajar en el tiempo (su especialidad académica, en la que se encuentra bloqueado en un callejón sin salida), y a petición de su amigo Jack le intenta sacar algo sobre la fisión atómica... pero Vornan se zafa una y otra vez de las preguntas sobre éstos y otros aspectos inquietantes del futuro, alegando ignorancia o directamente pasando del tema.
Hasta aquí puedo escribir sin hacer demasiado spoiler que les reviente la lectura, sólo señalando algunos matices interesantes: la relación curiosa que se establece entre Leo, Jack y la novia de éste, Shirley, en sus largas estancias en su casa de Arizona; los poderes de Vornan, y su atractivo y magnetismo natural, que hacen que consiga todo lo que quiere; las caracterizaciones de los personajes, sobre todo los miembros de la comisión de científicos que acompañan a Vornan... Todo suma en una novela que no es muy larga pero sí interesante, que a ratos pudiera parecer que ralentiza la acción, pero todo se va hilando, no sobra nada, tampoco nada falta, hasta un final que deja abiertas algunas líneas argumentales, preguntas en el aire sin responder, situación que a algunos lectores no gustó, pero que a mí, personalmente, no me ha causado desagrado.
Acaba como acaba, y es posible haberlo acabado de otro modo, pero ¿qué sentido hubiera tenido entonces? Es algo común a todas y cada una de las obras literarias que existen, pero siempre hay auténticos inconformistas que quieren más, o distinto, o vaya usted a saber.
La novela está muy bien, la recomiendo.
domingo, 15 de diciembre de 2019
Singletrack fury: oh, oh yeah
Y el campo quiere ponerse verde, como corresponde a la estación y época. Y ya hay sitios en los que sí. Y en otros no.
¿Quizá el invierno se va extendiendo a su ritmo? Aún quedan días, no obstante, para que el solsticio llegue, el camino orbital de Tierra alrededor del Sol lleva sus ritmos, y nosotros tenemos que adaptarnos a ellos.
Mientras tanto:
viernes, 13 de diciembre de 2019
desmoengendro: Redmax Speedshop
Desde la más pérfida Albión nos llegan noticias de este trabajo esclarecedor, y abrente de puertas a tantos caferaceros poseedores de Ducati Monster.
Inicialmente, la Monster fue la base elegida por los avispados a la par que flemáticos misters de Redmax Speedshop, pero más tarde extendieron sus habilidades para satisfacer a los usuarios de ST y SS.
He aquí el resultado consistente en aplicar el depósito de su invención, un símil del usado por Ducati para las SportClassic, fabricado en fibra de vidrio:
El problema de los chasis procedentes de una adaptación de la legendaria 851/888 es que es muy diagonal, y abraza al bicilíndrico en L, de modo que no se pueden emplear depósitos normales basados en chasis corrientes con una espina superior. Hacerlo implicaría poner un depósito inclinado en su línea inferior, lo que atenta contra la regla no escrita del caferacerismo que reza: la línea seguida por el depósito y el asiento debe ser horizontal y paralela al suelo.
Con un depósito que se ensancha en su parte delantera se salva este inconveniente, a la par que se otorga ese aire retro flipante que adquieren las motos Ducati con tal estética.
La donante del ejemplo expuesto es una M900 de carburadores, a la que se ha acoplado el basculante de una S2R y horquilla pillada en la eBahía.
He estado estudiando otros ejemplos basados en SS y ST como base para trabajar, pero no quedan tan bien como en la Monster.
Toda una SportClassic por un puñado de euros, y al alcance de cualquiera.
Inicialmente, la Monster fue la base elegida por los avispados a la par que flemáticos misters de Redmax Speedshop, pero más tarde extendieron sus habilidades para satisfacer a los usuarios de ST y SS.
He aquí el resultado consistente en aplicar el depósito de su invención, un símil del usado por Ducati para las SportClassic, fabricado en fibra de vidrio:
Masmola. Mucho. |
Con un depósito que se ensancha en su parte delantera se salva este inconveniente, a la par que se otorga ese aire retro flipante que adquieren las motos Ducati con tal estética.
La donante del ejemplo expuesto es una M900 de carburadores, a la que se ha acoplado el basculante de una S2R y horquilla pillada en la eBahía.
He estado estudiando otros ejemplos basados en SS y ST como base para trabajar, pero no quedan tan bien como en la Monster.
Toda una SportClassic por un puñado de euros, y al alcance de cualquiera.
martes, 10 de diciembre de 2019
Singletrack fury: para tipos duros
Tenía ganas ya de rodar con rigidez total, me refiero a no llevar suspensión, y ¿qué mejor que una antigualla de noble acero? Estas máquinas con geometrías desfasadas, frenos uve y, para más inri, sin cambio de velocidades, tienen para mí un encanto inigualable. Pero su conducción es tan placentera como exigente.
Leer el terreno siempre es importante, pero en este caso se convierte en algo crucial, casi de vida o muerte, hay poco margen para el despiste o el error. La ausencia de amortiguadores obligan a brazos y piernas a trabajar en su lugar, aunque esta vez he usado un truco viejo:
He montado un High Roller de 2'35, más balón permite llevar menos presión, y eso ayuda |
En cuanto a la ausencia de cambio de velocidades, es un tema que ayuda a aprender a ser mejor ciclista, estoy totalmente convencido. Dejando aparte consideraciones banales como el peso o la simplicidad, depender de un único desarrollo te obliga a anticiparte, mirar lejos, aprovechar inercias, dejar correr la bici, casi no tocar los frenos.
Escribo ahora estas líneas y recuerdo que me he sorprendido a mí mismo sonriendo, riendo, un par de gritos o tres. Pura diversión. Todo ha cuadrado... o casi, porque lo de que la noche nos alcance tan temprano es algo horrible para los que gustamos de disfrutar del deporte a cielo abierto en plena naturaleza.
endutrail inesperado... o quizá no
Pues me he agenciado una cámara tipo gopró para hacer inmortalizaciones de sucesión de fotogramas a todo color. En esta primera aproximación la dejé apuntando demasiado hacia abajo... pero algo se puede ver, más o menos.
Al menos la música mola, o eso creo: Trent Reznor & Atticus Ross para la banda sonora de una peli.
viernes, 6 de diciembre de 2019
Un beso de la flaca
Me esperaba tranquila en la buhardilla. Una pasada con el trapito para quitar el polvo más evidente, hinchar los tubulares, corta prueba por el garaje de la comunidad... ya estaba lista para el paseo matutino del día siguiente.
Meses y meses sin tocarla, y ella me corresponde como si fuera el primer día. Máquinas básicas, sencillas, fiables, fuertes.
Quise aprovechar el par de horas muertas que iba a tener antes de acudir a un almuerzo familiar, y pensé que estirar las piernas sería una buena idea.
Acero Columbus SL, guiado del cable de freno trasero por el interior del cuadro. Detalles con casi 30 años. |
Me encantan los bujes de alas anchas, muy bellos a pesar de la suciedad incrustada. Perdón. |
Frenos Delta, tirantes tipo espaguetti, ruedas tubulares... no es que sea retro, es que es clásica |
¿Diríase que el tubo superior tiene sloping negativo! |
Un velocípedo fuera de tiempo (ancrónico, pero válido, como hoy se demostró una vez más), y también fuera de talla, como demuestra la altura del sillín respecto del cuadro. Tuve que fabricarme una tija ad hoc para poder introducirla al máximo (aún conservo la original, que tiene un apéndice aerodinámico en la parte trasera que impide profundizarla tanto). Asimismo, el sillín original lo conservo bien guardado, demasiado grande y pesado, y pernicioso para la próstata seguramente. Lo cambié en su momento por el réplica Lance Armstrong, ligero y ¡duro!, sólo para culos curtidos:
La ruta consistió en tirar por el carril bici hacia la Playa de la Bota, y una vez allí, viendo que iba bien de tiempo, por la carretera de la playa seguí hasta Punta Umbría. En la rotondo del Hotel Barceló di la vuelta. Sin matarme, intentando llevar buena cadencia (que es difícil con el cambio trasero de solo 6 velocidades y dos platos enormes). Es normal encontrarse algo atrancado en cuanto te despistas un poco, supongo que por la falta de costumbre, el engorro de las palancas de los cambios allí abajo en el tubo diagonal (además de la vieja escuela total, no indexados, hay que cambiar tanto al tacto, como por oído), y la postura de conducción de una bici que excede mi talla en varios números...
La Otero tiene su punto, como todo trasto antiguo, y me ha gustado recordar los tiempos en que la cogía más a menudo. Ha hecho un día magnífico, el campo alrededor del carril bici y de la carretera hacia Punta empieza a estar muy verde, los árboles pintan bonitos. Y sí, he sonreído varias veces, claro.
martes, 3 de diciembre de 2019
Singletrack fury: km
Hay que ponerse en forma, coger un fondo mínimo, y eso se gana haciendo km y km. Hay otros modos, los más pro van al gimnasio, siguen dieta estricta, practican entrenamientos intensivos con series y cosas de esas. Sí, muy pro.
Uno es más cazurro, y no tiene mucho tiempo para distraerse con tontunas, la verdad. Así que me dedico a lo que me gusta. Y para disfrutar más hay que estar más fuerte, más resistente, más duro. Mejor, en suma.
Pues hoy cayeron 43 km en 2:20 horas, se me hizo de noche, y el relente y el frío estuvieron amenazando aunque no llegaron a hacer mella.
Tuve tiempo de entreterme a tirar un par de instantáneas al poco de entrar en materia, tras abandonar el horrible carril bici. Lo odio, lo odio y lo odio, pero hoy tocaba sumar trabajo en las piernecitas, orbitando el planeta pedalier, palante y palante. Pues como digo paré para estas fotillos, y ya no paré más porque sabía que había una especie de contrarreloj casi invernal ya. El Sol cae rápida e irremediablemente sobre las 18 horas esté yo donde esté, y nunca llevo luces. Ni tengo.
El motivo de parar en esta ocasión fue, principalmente, inmortalizar el momento del descubrimiento de un sendero nuevo para mí, ciertamente bonito, de los que hacen afición. Más tarde empalmé con otro también novedoso. Sólo eso ya ha hecho que mereciera la pena la salida de hoy. Es un lujo poder disfrutar de esos caminitos entre pinos, y aunque algunos van desapareciendo con las acciones de desbroze y tala, otros nuevos se van creando.
La Trek Sawyer, una 29er de acero, de la vieja escuela, un poco mejorada con horquilla de suspensión específica con geometría G2 (ideada por el mismo que diseñó el cuadro, el mismísimo y gran Gary Fisher, gurú montambaiquer y pionero de este noble arte-deporte) y unos frenos Hope que son una belleza tallada en la masa (CNC le llaman), muy regulables y eficaces, además de un juego de ruedas un poco más ligeras que las de origen y con buje trasero Hope de sonido chulo. Hacía mucho que no la metía en el monte, y me he reencontrado con aquellas sensaciones que me enamoraron de ella. Mi relación con la Sawyer ha sido algo cultivado, trabajado, un amor consolidado con el trabajo de mucho tiempo y pedaladas por los mismos pinares que hoy visité. Es una magnífica bici, fácil, eficaz, rápida y manejable a pesar de su peso. Y aún así, a pesar de lo bien que me va con ella, no sé si ese tamaño de rueda es demasiado para mí, dada mi estatura de celtibérico común, más bien tirando a Landa que a Gasol. Definitivamente, soy de la vieja escuela para casi todo, pero eso tampoco es malo, eh.
Hoy ha sido de esas tardes en que me he sentido muy libre, fantásticamente feliz, he gritado, he reído yo solo entre los árboles, y he sonreído mucho. Muchísimo.
Y todavía algunos dicen que la bici es para sufridores, jajajjajajajjaj
lunes, 2 de diciembre de 2019
Campo de concentración
Thomas M. Disch nos dejó esta curiosa novela cuya sinopsis es como sigue:
Década de los setenta del siglo XX: Los Estados Unidos han declarado la guerra al resto del mundo y a gran parte de su propia ciudadanía, y están dispuestos a usar cualquier arma que les asegure la victoria. Louis Sacchetti, un poeta encarcelado por negarse a ser alistado, es llevado a una instalación secreta llamada campo Arquímedes, donde es testigo involuntario de los experimentos despiadados de «maximización de la inteligencia» llevados a cabo por el ejército. Los prisioneros a los que se les administra Palidina, una droga derivada de la espiroqueta de la sífilis, pronto se convierten en genios, pero hay un desafortunado efecto secundario. La Palidina resulta mortal en todos los casos.
Obra fundamental de Thomas M. Disch —y de la ciencia ficción contemporánea—, Campo de concentración funciona como una caja china, como una novela dentro de la novela —el diario que debe escribir Sacchetti—, con todos los juegos literarios que esto implica, con todos los guiños al lector, con toda la pirotecnia del talento.
Aunque demasiado teatral a ratos, puede aburrir en determinados momentos en los que parece que la acción no avanza, pero Disch es buen escritor, ha ido hilvanando una curiosa historia casi sin que nos demos cuenta, y al final, el desenlace no es como uno espera, y sí como debería ser según lo que se ha ido exponiendo a través del planteamiento de la obra. Multitud de personajes, muchas caracterizaciones distintas con tonos muy diferentes entre ellos, juegos sicológicos, desquiciamiento, locura, genialidad... todo tiene cabida en ese campo de concentración para disidentes y aparentes pringados, cuya evolución mental es directamente proporcional al declive físico.
Cuando casi iba a tirar la toalla y hacer una grosera crítica de esta novela, su acción tuvo un giro magistral, bien calculado y fuera de mi contemplación como supuesto plausible mientras había estado leyendo el resto de sus páginas. Esto ha hecho que recupere la fe en esta obra en particular, y en Disch en general. Bien.
domingo, 1 de diciembre de 2019
desmoengendro: Chupacabra, por Soulmoto
De este desagradable modo ha bautizado Soulmoto su creación más oscura.
Sobre la base de una SS900SP, legendaria moto de carburadores, mito sobre ruedas, estos alemanes han llevado a cabo algo que no es del todo ignominioso (quitando aparte el escape, indiscutiblemente horrible y merecedor de decapitación por parte del diseñador):
Bueno, todos sabemos que los alemanes son muy especiales, y aunque a veces pueden sorprendernos con verdaderas maravillas, en otras ocasiones perpetran auténticas cagadas, órdagos al mal gusto, insultos a los paradigmas establecidos hace siglos por los clásicos. Es el caso de ese horrendo escape que se desdobla en dos. No imagino realmente lo que pasó por la cabeza de su creador en el momento de tamaña decisión. No veo sentido alguno. Algunos mecánicos y transformadores no llegan a darse cuenta de la importancia que tiene para el resultado final la imagen de un buen escape.
Por no hablar del tablero de mandos sacado de la peli Tron, cruzado en el panel de un F-18, como mínimo:
Algo que desentona lo más grande junto a la placa que numera la serie limitada SP. De cárcel.
No obstante, quitando eso de nuestras cabezas, aunque sea difícil dado lo importante que son ambos detalles (tablero y escape), el resto de la moto gusta bastante. El color elegido queda bien, contrasta con las llantas agradablemente y en vivo la hará parecer más compacta y pequeña de lo que ya es esta moto:
Sobre la base de una SS900SP, legendaria moto de carburadores, mito sobre ruedas, estos alemanes han llevado a cabo algo que no es del todo ignominioso (quitando aparte el escape, indiscutiblemente horrible y merecedor de decapitación por parte del diseñador):
Bueno, todos sabemos que los alemanes son muy especiales, y aunque a veces pueden sorprendernos con verdaderas maravillas, en otras ocasiones perpetran auténticas cagadas, órdagos al mal gusto, insultos a los paradigmas establecidos hace siglos por los clásicos. Es el caso de ese horrendo escape que se desdobla en dos. No imagino realmente lo que pasó por la cabeza de su creador en el momento de tamaña decisión. No veo sentido alguno. Algunos mecánicos y transformadores no llegan a darse cuenta de la importancia que tiene para el resultado final la imagen de un buen escape.
Por no hablar del tablero de mandos sacado de la peli Tron, cruzado en el panel de un F-18, como mínimo:
Algo que desentona lo más grande junto a la placa que numera la serie limitada SP. De cárcel.
No obstante, quitando eso de nuestras cabezas, aunque sea difícil dado lo importante que son ambos detalles (tablero y escape), el resto de la moto gusta bastante. El color elegido queda bien, contrasta con las llantas agradablemente y en vivo la hará parecer más compacta y pequeña de lo que ya es esta moto:
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