Con la trilogía "Southern Reach", Jeff Vandermeer nos presenta un mundo extraño, invasivo, contenido en la denominada Area X, en cuyo interior parece ser que rigen otras leyes de la naturaleza distintas a las que conocemos.
La primera entrega tiene por título "Aniquilación", la segunda "Autoridad", y la tercera y última (por fin) "Aceptación".
Yo llegué a estos libros gracias a la película que toma el título del primero de los volúmenes, que es del año 2018. Me impactó cuando la vi, pues mezcla un poco géneros de ciencia ficción, e intriga, todo aderezado con un auténtico espectáculo visual que la obra escrita no llega a transmitir.
Hablemos de lo escrito. Cada volumen trata de lo mismo, pero contado de diferente manera. Así, en el primero, desde la base que se encuentra justo a las afueras del Area X se prepara la 12ª expedición al interior de la misma. Todas las expediciones anteriores han fracasado, bien porque no han vuelto, o si lo han hecho, sus participantes han muerto al poco tiempo de cáncer. Los que no volvieron fue porque se mataron unos a otros en una especie de locura colectiva, o bien se suicidaron, o bien nunca más se supo. La nueva expedición la forma la directora del centro, que es sicóloga, además de una bióloga (protagonista de la narración, que se hace en primera persona, y cuyo nombre nunca es desvelado), una topógrafa, una antropóloga, y una lingüista que no llegó si quiera a incorporarse a la expedición. Se adentran en el Area X y observan, toman nota, experimentan todo lo que ven: una naturaleza salvaje llena de mutaciones que no vienen a cuento, la aparición de una "anomalía topográfica" en forma de torre invertida, es decir, un túnel bajo tierra que lleva a nadie sabe dónde y que contiene algo que nadie sabe qué. El objeto es llegar hasta el faro que se encuentra en la costa que linda con el Area. Pero van sucediendo cosas, algunas más explicables que otras.
El segundo volumen, "Autoridad", cambia de protagonista: la sicóloga de la expedición 12ª era la anterior directora, y como no volvió, hay que poner a uno nuevo que se llama a sí mismo "Control". Aparece la bióloga, pero parece no recordar nada. Control la interroga varias veces, pero sufre el boicot de la subdirectora, llamada Grace, y no es que haya mucha colaboración por otros miembros científicos de Southern Reach, cada uno de los cuales tiene su particular teoría, pero que no sirven para aclarar nada del origen del fenómeno, las causas, su solución, ni el resultado final. Se introducen otras cuestiones que hacen caer en el tedio al lector, avatares de la vida de Control, su pasado, relaciones con sus padres e incluso con su abuelo. Ocurren algunos descubrimiento extraños, pero nada concluyente ni definitivo. Al final del libro el Area X se expande engulliendo a las instalaciones de Southern Reach.
El tercer y último volumen, "Aceptación", está redactado en numerosos capítulos protagonizados por diferentes personajes: la bióloga, Control, la directora, y Saúl (el farero, un expredicador dedicado en cuerpo y alma a su faro, un tipo solitario y un poco filósofo, que vive su homosexualidad y su misantropía a su manera). Entretiene porque mezclando todas las historias parece que se ve algo, que se explica... pero nada de eso ocurre. Acaba la novela y te quedas igual, nada se explica, te deja peor que cuando lo empezaste, y todo con un estilo, sobre todo el primer libro, que recuerda mucho a Lovecraft y a J.G. Ballard (en clara referencia a "El mundo de cristal", que en su día ya hice una entrada sobre él), aunque claro está, sin llegarles a los talones, desde luego. Uno lee y lee, y aunque el autor lo intenta por varios medios, no lo consigue. Sí, me ha enganchado, pero sólo porque quería ver si aportaba algo más que no viera en la película... y resultó que fue al revés.
La película:
Protagonizada por Natalie Portman, tan convincente y bella como siempre, la película tiene un principio y un final dignos de dicho nombre. Aunque los presupuestos argumentales son básicamente los mismos, pronto la historia coge otros derroteros, y se presenta claramente el origen extraterrestre de lo que ocurre. Se da más importancia a la relación entre el esposo de la bióloga, Lena (aquí si tiene nombre), y en el Area X, cuando van hacia el faro, pasan cosas que son una interpretación muy espectacular de lo que se describe en los libros. El guionista y director Alex Garland nos da su particular visión, colorida y maravillosa, de las mutaciones que tienen lugar en la selva, los animales, las flores... y las personas. Nos introduce en un mundo casi mágico u onírico, y mezcla escenas de acción con drama sicológico, cortes de exteriores increíbles, y momentos íntimos o de encierro en pequeñas habitaciones que agobian. La trama se hila correctamente, todo o casi todo se entiende a la primera, y el espectáculo visual está asegurado.
La peli la vi en 2018, y ahora, tras la lectura de la trilogía, he querido verla de nuevo para corroborar el buen sabor de boca que me dejó, y lo regulero de la versión escrita.
Rara vez ocurre esto, que la película sea claramente mejor que el libro. Eso hay que aprovecharlo y disfrutarlo. Les animo a no leer y sí a ver, en este caso.