Hay pioneros. Rarezas. Desconocidos sucesos que, por adelantados a su época, no llegaron a cuajar.
Las razones, los motivos de este fracaso, pueden ser distintos, variopintos. Más allá de las ocurrencias, hay genialidades a las que merece la pena echar un vistazo. Una de ellas, sin duda, es este ejemplar de bicicleta de 1987, con suspensiones de larguísimo recorrido, un producto hecho por encargo, muy caro, en el que no sólo se podía elegir el material de construcción (titanio o aluminio), sino ángulos de dirección y tubo de sillín, así como tipo de acabado.
Once pulgadas de recorrido tanto delante como detrás, que son unos 275 mm, es tela, incluso para una bici de descenso actual, pero da una idea de la radicalidad del concepto. Otros detalles son los frenos de disco de fibra de carbono, ¡en 1987! Todo ello con un peso inferior a 25 libras, equivalentes a menos de once kilos y medio. Brutal.
Supongo que un precio exorbitado hizo fracasar el proyecto.
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